ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El estudio del comportamiento de los usuarios de redes sociales ha sido crucial en las estrategias del enemigo. Foto: Tomado de La Iguana

La historia de la guerra mediática contra el proceso revolucionario cubano, prácticamente tiene sus inicios con el nacimiento de la guerrilla liderada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. De tal modo, la mentira está en las raíces mismas de la oposición a la Revolución, y sigue siendo hasta hoy práctica cotidiana.

Tan temprano como en 1957, el jefe guerrillero fue «aniquilado», según trascendidos en la prensa del vecino del Norte. La evidente fake news sería convenientemente desmentida por el periodista estadounidense Herbert Matthews, de The New York Times, quien entrevistó a Fidel en plena Sierra Maestra.

De estas primeras experiencias surgiría, como necesidad política insoslayable, un medio de comunicación propio del Movimiento 26-7: la ahora icónica emisora Radio Rebelde, que adquirió notable audiencia cuando aún no había caído la dictadura.

Desde entonces hasta la actualidad los objetivos de la agresión mediática contra la Revolución son los mismos: desacreditar a sus líderes, fomentar estados de opinión contrarios a esta y crear las condiciones, en el terreno ideológico, para su destrucción en el seno del pueblo cubano.

Otro fin aún más global, no siempre evidente, tiene que ver con el admitido propósito del poder en ee. uu. de enfrentar, en el terreno de las ideas y de la cultura, un pensamiento de izquierda, que cuestione la existencia misma del sistema capitalista.

Resulta un error estratégico creer que la guerra mediática contra Cuba es un asunto local, y que se limita a sembrar mentiras y medias verdades sobre la cotidianidad cubana. A partir del simbolismo y los alcances internacionales de la Revolución en la Isla, desvirtuar, distorsionar y destruir ese legado en el orden de la subjetividad política constituye tal vez el principal propósito de los enemigos.

En el contexto de una guerra económica que se despliega en paralelo, mediante un bloqueo sostenido y prolongado, las autoridades estadounidenses han implementado una estrategia comunicacional que cuenta con generosos recursos tanto de origen público, a través de numerosas agencias federales, como más compartimentadas, que se solapan en ong y otras instituciones de aparentes propósitos solidarios y para ayudar al pueblo cubano.

A partir de la extraordinaria expansión de las redes sociales digitales y del universo digital propiamente dicho, la agresión mediática adquirió dimensiones insospechadas 30 años atrás.

Los ataques desde medios tradicionales como la tv y la radio, así como la prensa escrita, se reconvirtieron al formato de las nuevas plataformas, y el mensaje permanente, 24 horas por siete días a la semana, se lanzó como dardo envenenado a millones de cubanas y cubanos, generando un nuevo cuadro desafiante en materia política e ideológica.

Es relevante insistir en la integralidad de la agresión. Se recurre a una suerte de retroalimentación en tanto a mayor bloqueo, mayores restricciones y más obstáculos al desarrollo sostenible, con lo cual se busca fomentar la inconformidad, la incertidumbre y, si todo le va bien al enemigo, que se generalice la incertidumbre y la pérdida de confianza en un futuro mejor.

Para 2024, según lo expresado públicamente por la administración de Biden, disponen de unos 50 millones de dólares como aporte a la hostilidad en materia mediática. Con semejantes recursos se prevé el soporte financiero a no menos de 30 plataformas que operan como medios de prensa, así como a páginas y perfiles y un grupo de llamados influencers, entre otras formas de organización para delinquir en materia comunicacional.

Los medios de prensa digitales cuentan con intelectuales y, en algunos casos, comunicadores bien preparados, excepto tal vez en una cosa: el sentido de patria. Los influencers, bueno, los influencers francamente son cualquier cosa, y predomina en ellos la vulgaridad, la incultura y la mediocridad más absoluta, compartiendo los antivalores propios del sistema que los mantiene, sin que tengan que trabajar en algo útil.

Luchadores contra el comunismo, adalides de la democracia liberal burguesa y otras tonterías predominan en este miniejército, que se alista según el pago que recibe; es decir, mercenarios 2.0 que cruzaron todos los límites cuando, al unísono, pidieron una invasión militar a Cuba en ocasión de los sucesos del 11 de julio de 2021. Para entonces, la traición adquirió una dimensión de la que no podrán volver.

El afán de lucro, empero, es uno de sus principales problemas. Visto que en las redes sociales la competencia tiene un volumen casi tan infinito como el propio internet, las plataformas o influencers rivalizan entre sí porque es menester monetizar las publicaciones, más allá de la indicación de los jefes norteamericanos, de generar permanentes líneas editoriales o campañas coordinadas.

Visto desde una perspectiva política, el cuadro se torna delirante. La guerra mediática es entonces un modus vivendi gestionado por personajes desprovistos de un compromiso patriótico y de limitadas luces, aunque en contados casos derrochen cultura general, peleados íntimamente con los demás de la cuadrilla y sin una propuesta política auténtica, subordinados a los intereses de reconquista neocolonial de sus empleadores.

A pesar de lo anterior, es obligado prestar comedida atención a este quehacer. Nunca deben subestimarse las agresiones, por ineficaces que aparenten ser. En última instancia, ningún proceso de transformación profunda tiene futuro si es incapaz de defenderse, más allá de lo justo y necesario que sea.

La Revolución, ya sabemos, es una obra colosal que les cambió la vida a millones de seres, y con ello generó un sentimiento, valores compartidos que van más allá de cualquier tipo de esquema ideológico, convirtiendo al cubano de antes del 59 en otro tipo de cubano.

Desde luego que las cosas, dialéctica mediante, cambian a veces atropelladamente, cuando la agresión y las vicisitudes económicas pueden lacerar la paciencia de las personas. Es en ese momento cuando el enemigo intensifica su ataque, cuando cree que, por fin, y por arte de magia, se han creado las condiciones para derrotar a los revolucionarios.

Este tipo de batalla de las ideas que trasciende a la de la información, también impone el tremendo desafío de saber lidiar con nuestras propias diferencias, con el ejercicio saludable de la crítica y la autocrítica, y con la sabiduría de no confundir el ataque siniestro desde la potencia hostil, con la opinión diferente entre los revolucionarios. Si nos equivocamos en esto, la guerra mediática habrá obtenido un obsequio inmerecido.

De allí la necesidad de persistir en las formas y contenidos de la democracia partidaria y popular, que pasa por algo tan abarcador como simple: tener claro qué principios defendemos, el intercambio permanente con la gente, la transparencia en la información, la creatividad y la honradez intelectual.

Puede decirse que la guerra mediática está condenada al fracaso, y no solo por la incapacidad política de nuestros enemigos. Derrotarla es imperativo para sostener la soberanía nacional, es lo justo, es lo moral, es estar en el lado correcto.

A favor de la Revolución también está la cultura cubana, que no tiene nada que envidiarles a otras, se tiene el nivel educacional alcanzado, que vuelve imposible que la mayoría de la gente se coma el primer cuento que le hagan, no importa los costosos formatos que se empleen para convertirlos en una realidad del metaverso manipulado por algoritmos, no la real verdadera.

Lo esencial, en resumen, es sostener el poder político. Con esa fuerza y con esa garantía podemos diseñar los mejores dispositivos, los más competentes escudos ideológicos; experiencia y voluntad existen de sobra.

También tenemos la imperecedera obra de José Martí y de Fidel, ambos juntos apenas podían caber en una Isla pequeña como Cuba, y suponen una fortaleza que pocos procesos políticos tienen a su disposición.

En común, nos dejaron la cerrada defensa de la verdad, la misma que la contrarrevolución nunca ha empleado, como aquí se ha dicho, olvidando que, como expresará José Martí, «no son inútiles la verdad y la ternura». Junto a él, Fidel nos precisó, en su épico concepto, que «Revolución es no mentir jamás ni violar principios éticos».

A los enemigos, solo recordarles lo que en su momento expresó Raúl: «Cuba no teme a la mentira ni se arrodilla ante presiones, condicionamientos o imposiciones, vengan de donde vengan; se defiende con la verdad, que siempre, más temprano que tarde, termina por imponerse».

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leonel dijo:

1

11 de junio de 2024

08:29:54


Buen analisis sobre las acciones del enemigo. Estoy de acuerdo en la necesidad de desenmascararlo. Pero hay que prestar mas atencion a lo nuestro. El enemigo se apoya en nuestras grietas, sobre todo en el terreno cultural, ideologico, informativo, educativo. Ese debe ser el centro de nuestros debates. Quitemosle terreno al enemigo y menor sera su influencia. Seamos criticos de nuestra propia labor. Reconozcamos los exitos y ataquemos nuestras debilidades, errores, inercia, triunfalismo. Pasemos a la ofensiva mirandonos hacia dentro. Hacerlo AHORA. URGE. La culpa no la tiene solo el enemigo.

Joel Ortiz Avilés dijo:

2

11 de junio de 2024

09:11:56


Interesante reflexión nos entrega Francisco…Es algo extremadamente preocupante, que nos debía interesar a todos los cubanos dentro y fuera del país…..!!! pero no es así !!!. Me llama mucho la atención; a partir de que me ocupan nuevas funciones por incorporarme a la docencia en la Universidad; cuando intercambio con mis alumnos; el nivel de “desconocimiento” y desinformación que se visualiza en un gran números de ellos; sobre temas nacionales e internacionales que nuestros medios, mantienen un alto nivel de impacto mediático. Es verdad que hoy la situación energética, no nos permite mantenernos informados en los horarios habituales y con la frecuencia que deseamos; pero es evidente, que la multifinanciada y logísticamente mantenida guerra mediática contra nuestro país, ha creado brechas en las mentes de sectores de la población. El trabajo político de hoy; necesita de una transformación y liderazgo partidista; que impacte la base social; aún en las condiciones complejas y difíciles que tenemos…Tal vez, precisamente por su complejidad; exija de una mayor atención , ocupación e implementación de una práctica “de a pie” como lo realizó Martí en los portales de las tabaquerías en Tampa o Mella en las calles o escalones de la Universidad de la Habana; donde luego se subió un joven estudiantes de derecho llamado Fidel Castro; a transformar los pensamientos y a colmar los corazones de esperanzas y de luz. Necesitamos de ese “encanto” del verbo vibrante; de la vos y la conducción con el ejemplo del jefe que te convino al combate diario contra las dificultades, con las convicciones de que venceremos.

Santiago dijo:

3

11 de junio de 2024

09:45:37


En esta guerra de ideas nos mantenemos firmes a nuestros principios, pero no solo de ideas se vive y la difícil manera de resolver los alimentos diarios, medicamentos, apagones, etc, a la que estamos sometidos, hacen que muchos ni se acerquen a leer un artículo de un periódico, ver un noticiero, es ahí donde duele y perdemos terreno.

Zadrian dijo:

4

11 de junio de 2024

10:04:58


La batalla revolucionaria en el ciberespacio es dispareja en injusta, no somos el monopolio de nada y mucho menos de los medios. Las herramientas están en manos de los enemigos de la revolución, pero siempre hay alguien que nos busca, que nos lee y que nos apoya en el espacio digital y, por no cejar en nuestro justo empeño, por apoyar nuestro proceso y por hacerle honores y respeto a nuestros seguidores debemos continuar la lucha en las redes.

marcos godoy dijo:

5

12 de junio de 2024

08:51:57


..SON UNA TROPITA CON UN MISMO DISCURSO ,.QUE TIENEN COMO IDEAL POLITICO Y FORMA SUPERIOR DE VIDA EL YUMA..QUIEREN CAMBIAR LA HISTORIA DE CUBA PORQUE LA REAL Y CIERTA NO LES GUSTA ..,POR LO QUE TRATAN DE REVINDICAR A BATISTA ,ELEVAR A LA CONDICION DE HEROE NACIONAL A WILLIAM MORGAN Y A LOS BANDIDOS DEL ESCAMBRAY HACERLOS MARTIRES DE UNA GUERRA QUE FUE SIMBOLO DE LA RESISTENCIA CUBANA ,A QUIENES DERROTO UN EJERCITO RUSO Y NO LOS GUAJIROS VOLUNTARIOS DE LAS L C B.. CONRADO BENITES Y MANUEL ASCUNCE FUERON UN PAR AGENTES DEL G2 QUE BIEN MERECIERON SU MUERTE ATROZ..DICEN QUE EL GOBIERNO CUBANO ESTA EN LA OLLA.QUE SUS INSTITUCIONES NO FUNCIONAN .. QUE AL MINFAR LE QUEDA UN SU 29 CON LAS GOMAS PONCHADAS Y EN EL MININ NO TIENE QUIEN MANEJE LAS PATRULLAS.. QUE TIENEN LISTO UN TRIBUNAL COMO EL NURENBERG ,QUE INSTALARAN EN EL MALECON PARA JUZGAR A CUANTO COMUNISTA HAYA DADO UN PELLISQUITO A LOS PATRIOTAS PRESOS POR LO DEL 11 07 Y AL QUE QUEDE VIVO LO MANDARAN POR EL RESTO DE SUS DIAS A CARCELES DE MAXIMA SEGURIDAD EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS...ES TANTO EL DELIRIO DE ESTOS YOUTUBERS QUE DA LA IMPRESION DE QUE ALGO RARO ESTAN FUMANDO..UNO DE ELLOS LLEGO A DECIR QUE SABIA DE BUENA FUENTE QUE BUENA PARTE DE FUNCIONARIOS DEL ALTO GOBIERNO CUBANO DUERME A PUNTA DE MEPROVAMATO...HACERSE EL GUAPO EN UN PODCAST ES FACIL..

Maria lourdes dijo:

6

13 de junio de 2024

18:25:04


Cuba forte y no submetida