ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los bomberos enfrentan circunstancias extremas que requieren de mucho sacrificio. Foto: Ariel Cecilio Lemus

Inmersos en situaciones de desastres que pueden surgir en el día a día o aquellas provocadas por eventos de origen natural, los bomberos enfrentan circunstancias extremas que requieren de mucho sacrificio, dedicación y disciplina.

Sin embargo, al final de la jornada, su mayor recompensa es salvar vidas.

Los profesionales del Comando 1 del Cuerpo de bomberos, radicado en La Habana Vieja están presentes para servir y proteger, no solo al propio municipio, sino también a Centro Habana y apoyar a otros comandos cercanos.

 

TESTIMONIOS DE VALENTÍA

Oscar Mali Sánchez Hernández, un joven del Comando 1, comentó a Granma que una de las experiencias más desafiantes que ha tenido en un siniestro fue en la explosión del Hotel Saratoga, en mayo de 2022.

«En aquel entonces era soldado, estábamos en el cambio de guardia y guardando los medios en el carro. De repente se escucha una explosión y se nubló todo el cielo. Después el comando le dio la salida a todos los carros que estaban de guardia, para el lugar», comentó.

«Cuando llegamos, nosotros los soldados evacuamos a los niños que estaban en la primaria, y los profesionales fueron los que se dedicaron a la extracción de las personas y los heridos que estaban más cerca del lugar del incidente».

«Eso era algo impresionante, nunca en mi vida había visto una cosa así», dice Henry Toledo Grau, quien con 13 años de experiencia explica que estuvieron una semana en la extracción de las personas que se encontraban atrapadas, y en busca de los desaparecidos.

A pesar de solo tener dos años de servicio, Sánchez Hernández se enfrentó a otra situación de peligro extremo, como lo fue el siniestro en la Base de Supertanqueros de Matanzas, en agosto de ese mismo año.

«Salimos de aquí sobre las seis de la tarde, y cuando llegamos allá eran las 11 y pico de la noche, y enseguida empezamos a trabajar. Estuvimos toda la madrugada. Descansábamos cinco o diez minutos para comer algo, pero era todo el tiempo trabajando», relata.

«Sobre las cinco de la mañana fue que ocurrió la explosión. Yo no estaba ni tan cerca del lugar ni tan lejos tampoco, pero sufrí quemaduras, igual que todos mis compañeros», detalló.

El bombero Yansel Rodríguez Valdés, quien lleva 20 años de labor, comenta que la parte más triste «fue saber que algunos compañeros nuestros no habían podido salir de la explosión, y estábamos conscientes de que no iban a aparecer».

Rodríguez Valdés dice que también ha participado en servicios de refinería, «un servicio bastante complejo, ya que estamos hablando de grandes volúmenes de combustible, que pueden ocasionar cualquier tipo de explosión, y podemos perder la vida», precisó Rodríguez Valdés.

Igualmente, Yasmani Arrastía Rodríguez contó cómo vivió de cerca el derrumbe del edificio multifamiliar ubicado en la calle Lamparilla, No. 362, entre Villegas y Aguacate, en La Habana Vieja. «La catástrofe pasó delante de mis ojos, estoy hablando de pura casualidad», relata.

«Cuando entré a rescatar al compañero, hubo un segundo desplome que me cogió a mí en el interior de la edificación, pero pudimos sacar al señor, gracias a Dios, con vida», continúa. «Luego seguimos haciendo las acciones para evacuar al edificio completo, porque estaba en malas condiciones, y ocurrió el tercer desplome; fue ahí cuando perdimos a dos compañeros», narró.

Estos héroes anónimos coinciden en que la parte más gratificante de su trabajo es «cuando la población se siente agradecida con tu trabajo y te lo demuestra, o no saben ni cómo agradecer».

Cuando los niños se fijan en ti y quieren tirarse una foto o mandan dibujos, o te dedican una sonrisa, también. «Por lo menos a mí me llena mucho eso», seguró Arrastía Rodríguez.

Estos valientes bomberos recalcan la importancia de estar preparados, mental y físicamente, para enfrentar cualquier situación.

Oscar Sánchez asegura que «cuando uno elige esta carrera, debe estar ya preparado mentalmente. Físicamente te vas preparando en el camino. Pero mentalmente debes estar preparado para todo lo que te pueda pasar».

Para enfrentar situaciones de este tipo, Yasmani Arrastía relata que, cuando llega a la guardia, «lo primero que digo es que muchas personas dependen de mí, y del trabajo que yo hago; y si ellos dependen de mí, yo tengo que estar preparado para lo que necesiten ellos en ese momento. No puedo flaquear».

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