ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Aseguran que van a superar las 20 000 toneladas del dulce, con un extra para la economía del país. Foto: Armando Sáez

LAJAS, Cienfuegos.–Los obreros del central Ciudad Caracas se afincan en la estabilidad de molidas en busca de la brújula del cumplimiento de unas 16 220 toneladas de azúcar planificadas con destino a la canasta familiar normada de varias provincias del país.

Aquí no se habla si no de honrar el compromiso productivo ratificado ante la visita del Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y del miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda.

Yoel Eduarte Negreira, administrador del ingenio lajero, sostuvo que el déficit de grasa y lubricantes, para la maquinaria agrícola e industrial les impidió iniciar la molienda en la fecha prevista. Luego llegaron las lluvias, con la concebida interrupción del corte en los campos, por el exceso de humedad en los suelos; sin embargo, ahora se afianzan en lo único que importa: moler.

Agregó el directivo que los parámetros de eficiencia se están comportando de acuerdo con el brix de la caña, con un rendimiento industrial por encima de los ocho enteros y una calidad superior del azúcar, acorde con las exigencias para su comercialización.

Precisó, no obstante, que están seguros de alcanzar mejores indicadores en la extracción de la sacarosa a la gramínea que pasa por los trapiches, mientras mayor madurez alcance la materia prima, y eso también les permitirá ir acortando los atrasos por ese concepto.

 

EN CADA PUESTO, UN HOMBRE Y SU EMPEÑO

«Los caraqueños se han caracterizado por ser cumplidores en los últimos años, y este no será la excepción», le oí expresar a un veterano moledor, mientras velaba por el correcto funcionamiento de las masas.

Cada puesto, cada hombre, cada empeño y experiencia individual resultan esenciales en el complejo proceso de fabricación. Bajo el techo de un central confluye la sapiencia de varias generaciones de azucareros y la zafra es el momento ideal en que los más veteranos se empeñan en trasmitir todo el acervo de conocimientos y la práctica a los más jóvenes, una suerte de escuela a pie de los hierros, como le gusta calificar este tipo de enseñanza a los experimentados.

La mayoría de las veces, cuando hablamos de la producción del crudo, se mencionan puestos claves. Por lo general sale a la palestra el protagonismo de mecánicos y ayudantes de cada una de las áreas del ingenio, o los operadores de centrífugas, tachos, planta eléctrica o generación de vapor, puntistas o analistas del laboratorio.

Sin embargo, un oficio que pocos conocen y pasa inadvertido para los neófitos en la materia es el engrasador, una suerte de hombre montaña, porque sin su intervención sería imposible el funcionamiento de toda la maquinaria industrial que interviene en el proceso de fabricación.

A Orfilio Martínez Quintana, técnico en lubricantes, lo mismo te lo puedes encontrar supervisando una chumacera de los molinos, que el nivel de aceite o grasa de cada equipo fabril, incluyendo los mecanismos del centro de limpieza o el almacén del producto terminado.

Compartió que lleva 40 años en este mismo ingenio, y ejerciendo igual función. Los inicios fueron como técnico medio en maquinaria azucarera, tras graduarse en el politécnico 5 de Septiembre. Después, vino la especialización, y poco a poco se fue enamorando de lo que hacía, por la importancia de este desempeño, aun cuando resulta bastante anónimo para muchos.

Confesó que ama ser azucarero porque le complace mucho disfrutar del olor a miel que se respira durante la molienda. Reveló que sufre cuando el ingenio está parado y no ve, desde su casa del batey, la chimenea votando humo.

Tal vez sea Orfilio uno de los que más sufrió las carencias de lubricantes que impidieron la arrancada en tiempo. Indicó que el problema no está resuelto del todo, por eso tienen que guapear cada día para el uso racional de esos recursos, ahorrarlos en lo posible, y evitar las paradas e interrupciones.

Esas mañas y secretos se las está enseñando a su futuro relevo, expresó, con  orgullo reflejado en el semblante.

 

CONFIANZA EN EL CUMPLIMIENTO DEL PLAN

El  central Ciudad Caracas tiene planificados 83 días de operaciones, al 66 % de aprovechamiento de la capacidad de molida diaria, aunque al decir del administrador, es muy posible que se incremente ese plazo por atrasos, y porque se proponen moler hasta que dispongan de la materia prima (unas 260 000 toneladas de la gramínea) procedente de los campos propios y los  de las empresas agroindustrial azucareras 5 de Septiembre y Efraín Alfonso, esta última de Villa Clara.

Está en perspectivas, conversaciones mediante, traer algún volumen de caña por ferrocarril, desde la empresa George Washington, enclavada también en la provincia cercana.

Pese a todas las limitaciones materiales, en el periodo de reparaciones se logró el alistamiento en fecha de la maquinaria industrial. Se acometieron acciones restauradoras en respuesta al diagnóstico, como lo fue el cambio de dos tuberías de los tachos, desplazamiento del eje central del cristalizador, además del tren de engrane de los molinos y el conductor de banda de goma del primer molino, entre otras tareas de envergadura.

Ya en la pasada zafra se probó la eficiencia de una moderna centrífuga de segunda, cuya operación no solo garantiza mayor productividad, si no que, además, humaniza el trabajo en cuanto a la maniobrabilidad del equipo, comentó Yoel Eduarte Negreira, quien agregó que la instalación de cámaras de televisión en áreas claves de la fábrica ha constituido una novedad, para evitar la posible sustracción de azúcar.

Entre tanto, bajo el techo del central de la tierra del Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, hombres y mujeres del azúcar se empeñan en hacer el mayor aporte de este imprescindible alimento. Confiados y seguros, repiten que van a superar las 20 000 toneladas del dulce, con un extra para la economía del país.

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