Con el reclamo de libertad para el pueblo palestino y el tributo a la eterna Vilma Espín, comenzó ayer el XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Más de 300 delegadas, en cuatro comisiones de trabajo, evaluaron y trazaron nuevas líneas de acción para la vida interna de la organización, la atención a las juventudes, el empoderamiento económico y el desarrollo comunitario.
En esta edición, el 91 % de las delegadas son empleadas en el amplio espectro de todos los sectores sociales. Están representadas campesinas, trabajadoras del hogar, jubiladas y estudiantes.
El informe de balance, resultado de las asambleas municipales, reveló que se requiere revitalizar el accionar en todas las esferas de la sociedad, y actualizar el funcionamiento, en correspondencia con los tiempos que corren.
Es preciso, también, rescatar el trabajo en la base: las cuadras y barrios son la primera línea de combate contra las manifestaciones de violencia de género y la visión tradicional que coloca a las mujeres en estratos vulnerables.
La inestabilidad en las estructuras, la apatía y el insuficiente dominio de las herramientas de diagnóstico en las comunidades son deficiencias que urge revertir para lograr un eficaz involucramiento de la Federación en las problemáticas que aquejan a las mujeres y sus familias.
Presidieron la jornada los miembros del Buró Político, Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido, y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC; la vice primera ministra Inés María Chapman; el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura; y la general de Brigada, Delsa Esther Puebla Viltre.




                        
                        
                        
                    





    
    










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