Detrás del sello Thaba se levanta un colectivo de talabarteros abnegados a su trabajo, buscando únicamente, materia prima para producir, incrementar la oferta e ingresar los 330 000 000 de pesos que tienen como plan este año.
La entidad, que celebró el Día del Trabajador de la Industria Ligera, este 1ro. de marzo, se propone incrementar la calidad a pesar de las dificultades con el abastecimiento de los materiales necesarios, comentó Ricardo Labrada Barrueco, especialista principal de Gestión de Recursos Humanos.
«Tenemos un taller de diseño y prototipo, dedicado a desarrollar nuevos modelos de los productos, para mantener el nivel de competitividad en el mercado», alegó
Actualmente, dijo el especialista, el taller 108, dedicado a los medios de protección para la zafra azucarera, fabrica polainas cañeras y fajas lumbares.
Sin embargo, los bienes más demandados son las mochilas, carteras y bolsos, apuntó.
Labrada Barrueco, quien es, además, fundador de la empresa, asegura que, ante la escasez de los elementos básicos, «tenemos cooperación con las formas de gestión no estatal y otras entidades estatales; ellos compran los insumos y nosotros producimos, para después distribuir y vender».
Thaba es una empresa que, inicialmente, era Talabartería Habana, en la que todos los talleres estaban en esta provincia del país; pero la entidad ha ido creciendo, y ya cuenta con diez unidades empresariales de base (UEB), cuatro de ellas productoras, radicadas en Las Tunas, Cienfuegos, Pinar del Río y la capital, y otras tres UEB dedicadas a la comercialización, afirmó.
El directivo ilustró que una tercera parte de los empleados tiene entre 16 y 30 años, por lo que se consolida como «una fuerza de trabajo estable que adquiere las experiencias de los trabajadores con más años de servicios», expresó.
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