ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Periódico Escambray

En medio de la tensa situación que prevalece hoy en todo el Archipiélago, con precios inalcanzables para el jadeante bolsillo, escasez de productos de primera necesidad, constricción del transporte, inevitables apagones… cinco jornadas con actividades asociadas al rodeo, en el Parque de Ferias Delio Luna Echemendía, de Sancti Spíritus, han sido como el lazo imaginario que lanzado a lomo de corcel enlaza todo lo adverso y suelta riendas al disfrute de la espiritualidad.

Así lo ha propiciado la convergencia, allí, de los tres mejores equipos del centro-oriente cubano (Ciego de Ávila, Villa Clara y los anfitriones), protagonistas de la primera confrontación semifinal del rodeo cubano que concede boleto a la gran final, prevista para marzo, del mismo modo que la competencia de ranking, con los mejores atletas del país, según ha adelantado el periódico Escambray.

Arraigado desde la primera mitad del pasado siglo, desde los poros hasta las entrañas de la sociedad espirituana, incluso más allá de ganaderos y campesinos en general, este deporte forma parte de las tradiciones y de la cultura en ese central territorio, sin distinción de sexo o de edad.

No por casualidad, modalidades como el derribo de reses a mano, la peligrosa monta de toros, el enlace de terneros, la carrera entre barriles o las acrobacias, por solo mencionar algunas, suelen atraer a miles de personas, «portadoras sintomáticas o asintomáticas» de una herencia generacional que mantiene la vitalidad de ese deporte contra todo tipo de vientos y de mareas, a lomo del tiempo.

Complementada con el inseparable y contagioso embrujo de la música mexicana, la llamada Feria agropecuaria espirituana constituye uno de los acontecimientos sociales más trascendentes de la provincia, del mismo modo que las fiestas populares conocidas como el Santiago.

Organizar un evento así, sobre todo en la coyuntura económica actual, no es asunto que se resuelva silbando una canción o encasquetándose bien el sombrero de vaquero. Hay que ajustarse bien el cinto, botas y dar espuela sobre cuanto nudo se presente. Y los espirituanos han logrado hacerlo una vez más.

Su emblemático Parque, con la escultura de Delio Luna dando la bienvenida a todos, todo el tiempo, no puede perder el tesoro que significan las cuadras para animales, condiciones de alojamiento, pista de rodeo, cabina de transmisión, áreas recreativas, expositivas y espacios concebidos para la venta de productos.

Pero, sobre todo, en el significativo año 510 de su fundación como villa, Sancti Spíritus no podía soslayar el privilegio y la fortuna que implica ver a los habitantes de la tierra del Yayabo disfrutando de un espectáculo que forma parte de su cultura, de su historia y del derecho a un esparcimiento sano, tranquilo, seguro y feliz.

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