
Con la parsimonia de quienes practican taichí, con pausas largas entre las frases, Vidal Martín Sarduy, administrador del central Ciro Redondo, otrora gigante de las zafras avileñas, afirmó en noviembre pasado que el ingenio estaría listo en diciembre para el comienzo de la campaña 2023-2024.
Fue una aseveración muy osada, pero la palabra de un azucarero de vergüenza hay que respetarla. Sus razones tendría.
Tanta ha sido la espera que, sin pecar de excedidos, metafóricamente hablando, hay quienes hasta han pensado prenderle fuego a la biomasa almacenada o a viejos neumáticos de los mismos equipos transportadores de marabú que están en desuso, y ponerlo en las bocas de las torres para avivar la nostalgia y creerse que el Ciro por fin está moliendo caña y no tropiezos.
De traspiés en traspiés, no ha podido cumplir el plan en las últimas cinco contiendas, al extremo de que, si sumamos las toneladas que supuestamente deberá fabricar en la zafra que está por comenzar, llegaría, al menos en papeles, a 34 076 toneladas, apenas 2 000 menos que lo realizado en las cinco campañas anteriores.
Varias fechas de comienzo «se manejaron» en reuniones y se transpiró exceso de optimismo ante las visitas de primer nivel que, una y otra vez, se llegaban hasta el otrora coloso y su allegada bioeléctrica, para conocer de primera mano si arrancaría o no, si por fin sincronizarían. Varias fueron las visitas, como los cambios en la fecha de arrancada, una arrancada más que necesaria, obligada, ante las urgencias de la nación.
Ha sido un ingenio sometido a un proceso inversionista tardío, para el que el país erogó unos 113 millones de dólares, solo para poner a punto la industria y hacerla competitiva ante la vecina bioeléctrica, una planta generadora de corriente a partir de bagazo y de marabú que, con más prudencia que ingenuidad, venía empinándose a su lado.
En noviembre pasado, Martín Sarduy refirió una serie de complicaciones por parte del central, de incumplimientos de otros que repercutirían en el comienzo del Ciro, como realmente sucedió, aunque Vidal, gallo experimentado de mil batallas, siempre dejó rendijas abiertas: «si ellos terminan –refiriéndose a trabajos que realizarían terceros y, digo yo, a la lógica preocupación por su vecina bioeléctrica– comenzaremos la zafra en tiempo».
«Si ellos terminan» se tradujo en aquel momento en problemas y más problemas, solubles la mayoría, pero problemas al fin. De la parte del ingenio: falta el completamiento de las chumaceras, de bombas para las distintas áreas, de caracoles, rodamientos, terminación del muro de contención del plato de bagazo, más las afectaciones con la corriente eléctrica, gases y combustible en momentos cruciales.
De la parte de la bioeléctrica: las vibraciones en el rotor del generador, la más perentoria, no la única.
Al cabo de algunas cuentas, el Ciro podría llevarse unos segundos de adelanto en el bloque de arrancada, y no días, meses de atraso, luego de no cumplir el plan en las últimas cinco zafras, aunque, al menos, haya hecho el esfuerzo.
Hay temas con los que es difícil ser objetivo: el inicio y la terminación de una zafra en el Ciro Redondo y, de una vez y por todas, el acoplamiento con la bioeléctrica, que volvió a tropezar y fue cómplice de la arrancada en falso, otra más, al volver las vibraciones en el rotor del generador.
Se dijo que el rotor había que trasladarlo hacia La Habana, algo que, tras movilizar a los mejores especialistas de Cuba, ocurrió a velocidad supersónica; sin embargo, la buena intención quedó trunca cuando se supo que había que «esperar por los especialistas chinos», la frase más recurrente cuando se habla de la bioeléctrica, además de los esfuerzos de los técnicos cubanos, que no han sido pocos, como los dolores de cabeza.
Uno y otro –el central y la bioeléctrica– han sido culpables en más de una ocasión de las reiteradas paralizaciones, al extremo de que, ante cada venidera contienda, muchos cruzan los dedos.
El primero debe más de 170 000 toneladas de azúcar en las cinco zafras que no ha podido completar, y la segunda ha dejado de generar millones de kilowatts, como millonario es el proceso inversionista entre ambos, superior a los 330 millones de dólares.
Más de una vez se ha escrito y se ha errado por navegar a favor de un optimismo desmedido. Para titulares como estos: Ultiman detalles para la zafra en Ciro Redondo o Primera bioeléctrica de Cuba debe generar energía a partir del 20 de diciembre, lo visto obliga a ser más cautos.
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William dijo:
1
17 de enero de 2024
09:19:39
carlos Jiménez trincado dijo:
2
17 de enero de 2024
14:30:27
Estrella dijo:
3
17 de enero de 2024
14:46:43
Jorge dijo:
4
17 de enero de 2024
21:17:04
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