Para Víctor Nieto Nieto regresar a Cuba significa respirar paz emocional y recargar energías para seguir luchando por su patria, aunque sufra las amenazas de los odiadores anticubanos.
Salió de la Isla en 1961 con solo 14 años de edad, porque sus padres creyeron en la falsa campaña de que perderían la patria potestad de sus hijos y engrosaron la lista de las familias que entonces fueron víctimas de la Operación Peter Pan, en una de las tantas acciones que, desde Estados Unidos, buscaron desestabilizar a la Revolución Cubana.
A su llegada fue a vivir a Nueva York al cuidado de una tía, y si bien no sufrió los riesgos de los campamentos que refugiaron a esos niños y adolescentes, sí fue víctima de burlas por parte de sus compañeros de la secundaria por no pronunciar bien el inglés, y del rechazo de sus profesores por considerarlo de una categoría social inferior.
Vivió las protestas en la década de los años 70 en contra de la guerra en Vietnam y las acciones por cambios sociales en el país norteño. Estos y otros hechos le hicieron comprender que su vida estaría ligada a lucha contra la irracionalidad de un sistema opresor, colonialista y discriminatorio para las comunidades de negros, pobres y latinos.
Ese camino lo llevó a ser trabajador social y dirigente sindical, hasta postularse por un escaño en el senado, puesto que no obtuvo, no por falta de votos sino porque fue sujeto de trampas jurídicas por parte de sus contrincantes, y por no disponer de recursos financieros para asumir una campaña comunicacional para esos fines. Esa también fue una etapa en la que lo amenazaron y debió vivir bajo medidas protectoras para salvarse de un atentado que le pudiera quitar la vida.
De esa forma se sumó a los grupos de solidaridad con Cuba radicados en Estados Unidos y al Comité por la liberación de los Cinco Héroes, quienes sufrieron injustas condenas por luchar contra el terrorismo.
En 2016 vino a Cuba por primera vez luego de su salida, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, y en esa ocasión volvió a caminar por su Habana querida, y a ver desde lejos su antigua casa en el barrio capitalino de Cayo Hueso.
Hoy regresa para participar en la IV Conferencia la Nación y la Emigración que se desarrolla en el Palacio de Convenciones este fin de semana, con la expectativa de tener un mayor acercamiento con su patria y generar iniciativas a favor de una lucha común en contra del bloqueo y de las injustas sanciones que aplica la Casa Blanca para destruir la Revolución.
Ante la pregunta de lo que significa Cuba para él, la emoción brotó de sus ojos, en una respuesta que fue más allá de las palabras.



















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