ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El programa de formación de Medicina Integral Comunitaria inserta a los estudiantes en la comunidad desde primer año. Foto: Giráldez, Laura Mercedes

Anzoátegui, Venezuela. – Después de varios años como camarera en un hospital privado, persistía en ella un sueño casi inalcanzable: vestir de blanco para salvar vidas.

Cuando, gracias al Convenio de Cooperación Cuba-Venezuela, se abrieron las puertas para que el pueblo pudiese acceder a la salud gratuita, y comenzó a formarse el relevo de los especialistas cubanos, Libertad Tebre González sintió que esa era su «oportunidad». 

Siete años después de comenzar sus estudios, se desempeña como médico general en el CDI Camilo Cienfuegos, y es residente de primer año de Medicina Integral Comunitaria (MIC), bajo la guía constante de los galenos antillanos.

«Mi vida estudiantil ha sido muy dura. No es fácil estudiar Medicina y trabajar a la vez, pero con consistencia, organización y disciplina lo he logrado. Y, sobre todo, con la ayuda de los cubanos», cuenta la futura especialista.

Ser formada por doctores de la Isla es una experiencia distinta, acerca a los discípulos a una forma más humana de curar. «Ellos nos explican la parte metodológica y nos orientan sobre cómo debemos tratar a los pacientes».

Ese es un sentimiento que también comparte Willian Martínez Carreño, estudiante venezolano de primer año. A él le atrae la forma particular de sus profesores de acercarse a los enfermos. «No solo atienden las dolencias físicas, sino que se preocupan por su bienestar emocional.

«Ahí también está la satisfacción de salvar vidas», que es el motivo por el que comenzó a estudiar Medicina, tras varios tropiezos por falta de recursos económicos.

Precisamente, Anzoátegui cuenta en la actualidad con una matrícula de pregrado de alrededor de 1 380 estudiantes, y en posgrado unos 80 residentes, explica Pedro Tamayo Torres, coordinador de la actividad docente de la Misión Médica Cubana en el estado. 

«Nuestro Programa de formación de Medicina Integral Comunitaria difiere de los esquemas tradicionales, porque desde primer año insertamos a los estudiantes en la comunidad», remarca. Es decir, los cdi y los consultorios médicos populares son convertidos en escenarios docentes. «Por eso decimos que es una formación completa».

Hoy Willian Martínez Carreño insiste en que le debe a Cuba el no haberse quedado en el camino, y poder sentarse en una consulta a atender a sus vecinos. 

Por su parte, Libertad Tebre González luce «con orgullo» su bata blanca y se siente «realizada como profesional y como persona». A los galenos de la Patria de Martí y de Fidel les agradece, y les asegura que, en ella, «los médicos venezolanos del mañana tendrán a una maestra». 

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