ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las Tunas para este año tiene un plan de 1 086 viviendas, de estas 404 estatales, 282 células básicas habitacionales y 400 por esfuerzo propio. Foto: Leidys María Labrador Herrera

Las Tunas.– Si bien no se puede trabajar con la celeridad que se quisiera y son insuficientes los logros frente a las necesidades, la búsqueda de alternativas, sobre todo en el ámbito local, mantiene vivo el empeño de que todos aquellos que lo requieran puedan tener un hogar digno.

Las Tunas para este año tiene un plan de 1 086 viviendas, de estas 404 estatales, 282 células básicas habitacionales y 400 por esfuerzo propio. Hasta el cierre de julio se han terminado 527, de ellas 223 por la vía estatal, 49 células básicas habitacionales y 255 por esfuerzo propio de la población.

Así comentó a este diario, Eliset Izquierdo Pino, subdirectora técnica de la Dirección Provincial de Vivienda, quien señaló que, como peculiaridad para el presente año, no se ha llevado el plan de manera lineal, sino que se estructuró un cronograma de terminación. Pese a ello, no se han logrado las cifras previstas, como también comentó la entrevistada.

«De manera general, al cierre de julio se logra alcanzar el 96 % de lo previsto hasta la fecha. Cumplen los municipios de Puerto Padre, Las Tunas y Jobabo, pero los demás no alcanzaron sus compromisos. No obstante, incidió de forma favorable el avance del esfuerzo propio, porque las células básicas marchan al 51 % del plan para la fecha, y al 17 % del plan anual», apuntó. Sobre este último programa explicó, además, que «muestra atrasos por diversas causas, pero entre las más significativas está el déficit de recursos como el acero y el cemento, y algunos de terminación como cables eléctricos, juegos de baño, enchape y carpintería, entre otros.

«Ahora se le agrega el problema de presupuesto, porque al encarecerse los materiales, el monto con el que fueron aprobados es deficitario, y hay un grupo de beneficiarios a los que ya no les alcanza lo aprobado para adquirir los recursos que les restan en aras de concluir las acciones constructivas. De todas maneras, estamos tratando de proponernos un grupo más de viviendas estatales y por esfuerzo propio, para suplir ese déficit».

Otros elementos al respecto los ofreció Marisol Alarcón Contreras, subdirectora de Inversión y Desarrollo: «En el caso de las células básicas hay también morosidad, a veces las personas tienen recursos y no ejecutan las acciones constructivas. No entienden que en la medida en que vayan terminando unos pueden iniciarse otros.

«También debemos incidir más en el apoyo a ciertos subsidiados que, por su situación de vulnerabilidad, se ven imposibilitados de avanzar en la construcción de sus viviendas. Este programa está dependiendo, en gran medida, de la producción local de materiales más que de los balances nacionales, y prácticamente todos los recursos han aumentado de precio», explicó.

No obstante, nadie permanece de brazos cruzados y se adoptan medidas para impedir que los planes se estanquen, lo que en definitiva se revierte en perjuicio del pueblo. Así lo explicó Izquierdo Pino:

«Hemos trazado directivas que hoy están en manos de todos los municipios para dinamizar lo más posible estos programas. Hay que decir, por ejemplo, que se complejiza la terminación de edificios multifamiliares; sin embargo, hemos incorporado al plan viviendas del fondo paralizado.

«Esas construcciones ya tienen un avance físico y necesitan menos recursos para su terminación. Además, potenciamos la tipología cuatro (madera y techo ligero), sobre todo en las zonas rurales, involucrando a las formas productivas y a los factores comunitarios.

«De igual manera se trabaja con las viviendas económicas, proyectadas con cementos alternativos, poco acero, y otras técnicas que permiten avanzar en ese sentido. La otra estrategia tiene que ver con los cambios de uso de locales que tenemos subutilizados y pueden adaptarse, eso también implica un ahorro de recursos».

Con limitaciones, pero sin dejar de hacer

Aunque la Empresa de Materiales de la Construcción responde a un balance nacional, tiene un peso muy importante en los programas de la vivienda del territorio, como asegura su director, Oscar Ayala González. «Donde más incide la industria de materiales es en los productos áridos, entiéndase, arena y piedra. Aunque la producción local de materiales tiene un plan de áridos, el más fuerte es el nuestro. En ese sentido garantizamos el árido de las inversiones de la Vivienda y parte de la venta al Ministerio del Comercio Interior (Mincin)».

El directivo señaló que la carencia de combustible y de piezas de repuesto, unida al alto índice de humedad, sobre todo en mayo y en junio, han sido escollos difíciles de sortear.

«Esa situación ha tenido un impacto muy fuerte en nuestras producciones, esencialmente en la arena. Aunque debemos destacar que, como estrategia de la empresa, hemos protegido esas líneas de producción. Como las tiendas del Mincin responden, por lo general, a los casos más vulnerables, hemos trabajado fuerte para que no haya un desabastecimiento, aunque nuestro plan con ellos es pequeño por todas las limitaciones que tenemos. No obstante, en coordinación con el Gobierno del territorio, más allá de los planes, nosotros ponemos el recurso donde haga falta, para respaldar la estrategia de la provincia».

Ayala González señaló que en estos momentos se extrae arena en las canteras de El Rincón y en Las Parras, esta última de mejor calidad, utilizada, sobre todo, para elementos prefabricados.

En el caso de la piedra, se extrae también en Las Parras, y en la cantera del kilómetro 18 en la división entre los municipios de Colombia y Amancio. Esta última abarca los tres territorios del sur, con una producción importante, aunque el déficit de combustible ha implicado allí una contracción productiva muy grande.

No obstante, al decir del directivo, «el futuro de los áridos en nuestra provincia está en esa zona, incluso con una intención de exportar, para las islas del Caribe, que hoy están demandando grandes volúmenes de piedra; una evaluación que hicimos allí nos demostró que es posible hacerlo. Además, la cantera nos queda a solo 25 kilómetros del puerto de Guayabal, en Amancio».

Con mucho sentido de pertenencia se trabaja en esos lugares, pues la tecnología es obsoleta, sin posibilidades reales de sustitución en un corto periodo, pero se hace un gran esfuerzo para no detener las producciones, como destacó el director de la Empresa.

«El equipamiento de nuestras canteras está en una situación crítica; sin embargo, hemos buscado alternativas, adaptación de piezas, elaboración de otras. Con creatividad y con el trabajo de nuestros innovadores, recientemente le hicimos una mejora tecnológica a la cantera de Las Parras, y la máxima es no parar la producción».

El municipio, corazón de los programas de la vivienda

Las limitaciones conocidas por las que atraviesa el país le dan una gran importancia a la producción local de materiales, en función de responder a las necesidades de la población. A ello se suman todas las iniciativas que, desde el municipio, puedan contribuir al avance de estos programas, un aspecto que siguen muy de cerca los consejos de la administración municipales.

Alberto Tamayo Abelleira es el viceintendente de ese órgano en el municipio cabecera, que atiende los programas de la construcción y la producción local de materiales.

En declaraciones a Granma, dijo que la estrategia municipal para mejorar el estado del fondo habitacional y responder, en la medida de lo posible, a las necesidades más puntuales de la población, parte del incremento en la producción local de materiales, para satisfacer la demanda de determinados recursos, y que se ha desarrollado una infraestructura que permite cumplir ese objetivo.

«Somos un municipio con alta producción de ladrillos de barro, un producto imprescindible ante la escasez de cemento, cuyo plan estamos sobrecumpliendo. Cumplimos también los planes de áridos, los planes de tanques para agua y los extensores certificados, con la calidad requerida. Ahí está, por ejemplo, el cemento escoria, que se produce en Acinox, y que es una de las potencialidades para trabajar en la erradicación de pisos de tierra.

«Nos hemos visto en la necesidad de eliminar, en un alto porcentaje, la utilización del bloque, y de potenciar el uso de estas producciones de barro, gracias a las importantes reservas que tenemos de esa materia prima. Trabajamos en los proyectos de viviendas económicas con poco acero y poco cemento, y ya contamos también con el equipamiento necesario para comenzar a hacer las viviendas de techo de bóveda, que representan economía de recursos», argumentó.

Tamayo Avelleira insistió en que, como constituye una prioridad del país, también lo es en Las Tunas la atención a las madres con tres o más hijos menores de edad, que presentan necesidad de vivienda.

«Tenemos en el municipio un número alto de madres con tres o más hijos menores de edad, de ellas 290 tienen problemas serios de vivienda. Es un programa que hemos tratado de agilizar y de priorizar, aunque desgraciadamente pasa también por limitaciones objetivas, no obstante nos enfocamos en buscar soluciones definitivas.

«El año pasado compramos cinco viviendas y se las asignamos a estas madres. Por el plan estatal concluimos seis, que también destinamos a ese programa; a otras que tenían un subsidio aprobado les priorizamos la terminación para que por lo menos crearan las condiciones mínimas con una célula básica, y después seguir ampliando. También lo hemos encauzado con la adaptación de locales. Este año, en el plan estatal tenemos incluidas 23 madres».

Son muchas las tareas que en materia de vivienda ocupan a este territorio. A las ya ejemplificadas, se suman la erradicación de pisos de tierra, con 10 915 pendientes. Se sostiene el seguimiento a los afectados por fenómenos naturales, cifra a la que se sumaron los de las intensas lluvias de junio de 2023.

Sin embargo, se trabaja, y se dedican notorios empeños al humano fin de que, al poner la cabeza en la almohada cada noche, sean más los tuneros y tuneras que se sepan resguardados bajo un techo digno y seguro.

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