ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El Ballet Nacional de Cuba y representantes de la Compañía Antonio Gades. Foto: Ahmed Piñeiro Fernández

Este martes se celebró en el capitalino Teatro Martí una boda muy especial y esperada por muchos desde hace más de diez años. Sin embargo, todo terminó en una tragedia. Estaba destinado a ser así y no por la superstición asociada con el martes 13, sino porque la novia estaba enamorada de otro.

Ballet Español de Cuba interpretando la obra Pasión. Foto: Talía Castro Cruz

Ese es el tema de la obra Bodas de Sangre, inspirada en la tragedia de Federico García Lorca, reposición que, después de una década ausente de los escenarios cubanos, el Ballet Nacional de Cuba (BNC), en colaboración con tres estrellas de la Compañía Antonio Gades, presentó en el marco de la 30 edición del Festival La huella de España, dedicado a Castilla y León.

La novia fue interpretada por Viengsay Valdés, primera bailarina y directora general del BNC y presidenta del festival. El novio fue el joven bailarín principal Darío Hernández, y los artistas invitados dieron vida a Leonardo, el contrincante amoroso, asumido por Álvaro Madrid, Esmeralda Manzanas, en el papel de La mujer y en el rol de La madre, Stella Arauzo, directora artística de la compañía Antonio Gades, y el cuerpo de baile del BNC.

La «fiesta de boda» culminó con un duelo, recreado a través del efecto de cámara lenta. El público, aunque supiera el desenlace, estaba ansioso. En la sala solo se escuchaban los sonidos de la respiración y del corazón emocionado de cada uno de los presentes frente a la apasionante actuación.

La emblemática obra, inspirada en hechos reales, y coreografiada por Antonio Gades, no tuvo un final feliz, en cambio, en la gala La danza española, la cultura española y cubana renovaron sus votos de amistad, como parte de la jornada de celebración por las Bodas de perla, correspondientes a los 30 años del festival.

Esta fiesta se caracterizó por el repique de tacones y castañuelas, algunas acompañadas por música del cubano Ernesto Lecuona, interpretadas en el piano por el maestro concertista Nelson Camacho y por Maribel Gallardo, una de las figuras invitadas del Ballet Nacional de España. Pertenecientes a esa compañía también estuvieron Miguel Ángel Corbacho e Inmaculada Salomón.

Por su parte, el Ballet Español de Cuba, dirigido por Eduardo Veitía, director artístico del festival y de la gala, también mostró sus habilidades en este tipo de danza, a través de las obras Pasión, Alhambra y La boda de Luis Alonso.

«Esto realmente ha sido un intercambio entre los bailarines cubanos y españoles. Estamos recibiendo tanto de uno como de otro. Creo que eso es lo bonito. Nosotros aprendemos de ellos el estilo, la técnica, cómo evolucionan y nosotros les aportamos nuestra gracia cubana, junto con todo lo que dominamos de la danza española, y ese es un aporte que nos une. Intercambiamos puntos de vista, tanto artísticos, técnicos y como amigos», explicó a Granma Eduardo Veitía.

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