ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Estudios Revolución

A quienes confluyeron en el Palacio de la Revolución –en esta ocasión para hacer una valoración de lo que han sido las asambleas de los comités provinciales de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), celebradas entre el 10 y el 31 de enero, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, les habló sobre la importancia de hacer análisis a punto de partida de dichas asambleas, porque ellas «son la encrucijada entre el Congreso que ya hicimos y hemos venido siguiendo, y el Congreso que viene».

Díaz-Canel expresó que «si alguien simplificara, o si alguien no conociera bien el compromiso que tiene nuestra vanguardia artística con la Revolución, pensaría que en un tiempo como este las asambleas iban a ser asambleas de demandas, de casi que pedir lo imposible; y fueron todo lo contrario: porque es que esa vanguardia sabe entender los momentos históricos que se viven, sabe dónde están las causas de los problemas y está comprometida con lo que se está haciendo».

De gratitud por la posibilidad del reencuentro habló el presidente de la Uneac, Luis Morlote Rivas. Sobre el IX Congreso, sobre el tiempo transcurrido y lo hecho hasta hoy resaltó que, de los 68 acuerdos tomados en la importante cita de los escritores y artistas, solo uno queda pendiente, lo cual indica, dijo, que «se ha trabajado con rigor», en dirección a un X Congreso que tendrá lugar en 2024.

IDEAS DESDE VARIOS ESCENARIOS DE LA ISLA

El presidente de la Uneac en Matanzas, José Manuel Espino, hizo referencia al acompañamiento de las autoridades del Partido y del Gobierno al desarrollo de la cultura en el territorio, y también reconoció que quedan grandes desafíos, en una provincia que, además de la covid-19, fue impactada por el incendio de la Base de Supertanqueros.

El presidente de la Uneac en Guantánamo, Jorge Núñez, hizo referencia al notable ingreso de nuevos miembros al universo gremial; y Julio César Méndez, presidente de Holguín, abogó por la necesidad de ser creativos, de mantener abiertos, contra toda adversidad, los espacios para defender la cultura.

Mientras, el periodista Pedro de la Hoz dijo que estos encuentros permiten resumir y avizorar hacia dónde debe marchar la Uneac. Y al referirse al concepto de «resistencia creativa» –del que habla el Presidente–, resaltó la importancia de conferirle, desde el universo de la cultura, condiciones que resultan sustanciales.

«La resistencia creativa para nosotros significa, en primer lugar, ser coherentes», dijo el prestigioso intelectual, en clara alusión a la necesidad de defender, lo mismo en el ámbito mediático como en el comunitario, los símbolos que nos pertenecen.

Otra premisa que abordó Pedro de la Hoz fue la sistematicidad, el seguimiento a cuanto se haga. «Lo tercero es la manera en que enfocamos los procesos»: Muchas veces, dijo, organizar mejor los procesos no tiene que ver con recursos materiales.

Marco Antonio Calderón, presidente de la Uneac de Sancti Spíritus, reparó en cómo en ninguna asamblea de las celebradas hubo cuestionamientos a la política cultural de la Revolución; e hizo referencia a la necesidad de defender, desde la cultura, los mejores valores morales y espirituales de la nación cubana.

Sobre el ingreso a la Uneac, la actriz, Corina Mestre, destacó lo alentador de que muchos de los que han expresado el interés de pertenecer al gremio de artistas y escritores sean jóvenes. Invitó a analizar el mejor lugar en el cual colocar los recursos disponibles para formar a los futuros creadores.

El presidente de la Uneac en Pinar del Río, Nelson Simón, recordó cómo fue que en los duros días de la COVID-19, la sede de la organización se convirtió en una suerte de «cuartel general» contra la pandemia, y que el paso del huracán Ian volvió a poner a los escritores y artistas al centro del trabajo en la provincia.

«Tenemos que ser una sola fuerza», definió el poeta, narrador y etnólogo Miguel Barnet Lanza. En su opinión, la Uneac debe estar muy atenta, porque la internet nos ha globalizado, pero también polarizado, porque ese mundo binario informa, pero no ilustra.

«El éxito siempre va a estar en la integración institucional», valoró el presidente de la Uneac en Ciego de Ávila, Alberto Fernández Pena; en tanto, Sergio Morales Vera, al frente de la organización en Camagüey, contó cómo fueron convocados por la dirección del Partido en el territorio para visitar fábricas, escuelas y otros espacios de la sociedad, lo cual ha sido una experiencia enriquecedora.

Sobre la necesidad de analizar el estado de la música cubana habló Rodulfo Vaillant, presidente de la Uneac en Santiago de Cuba. Y su homóloga por Las Tunas, Marina Lourdes Jacobo, recordó que los símbolos compartidos, que son los de la identidad cultural, necesitan de una estratégica protección, y de atentos cuidados.   

EL VALOR Y LA URGENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD

En torno a las asambleas celebradas en enero, Díaz-Canel expresó que pasaron revista a todo lo abordado durante el IX Congreso de la Uneac. Pero más que todo, dijo, propusieron «cosas nuevas, y nuevas interrogantes que hay que contestar, nuevas propuestas que hay que hacer» a partir de los últimos tres años vividos en Cuba, los cuales han sido «años duros».

El mandatario hizo referencia al «bloqueo recrudecido», que nos quitó todas las fuentes de financiamiento. Habló, además, acerca de prioridades de primer orden; entre ellas, despojarnos del «síndrome de la COVID-19».

«Ya vencimos la COVID-19 –afirmó– con inteligencia, con unidad, y yo creo que hoy somos un ejemplo, en el mundo, de cómo fue que la enfrentamos».

El Jefe de Estado denunció que «nos han aplicado una lógica imperialista», la cual tiene elementos fundamentales como la asfixia económica –«para hacernos reventar y que sea la asfixia económica la que nos haga manifestarnos, desesperanzarnos, rendirnos»–; y a ese elemento sumó un programa de colonización cultural que a su vez está apoyado en «una plataforma de subversión político-ideológica» que está montada «en una guerra mediática de desprestigio de la Revolución».

Es una lógica imperialista, reflexionó, que «aplicaron con todo rigor»; y «apostaron a que con la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo, la Revolución se caía». El mandatario recordó que el imperialismo negó a Cuba la posibilidad de comprar ventiladores pulmonares u oxígeno medicinal.

«Quisieron matarnos a la gente», denunció. Y fue enfático: «Eso no se le hace a nadie, ni a una persona con la que tú no tengas una relación, porque es un problema de humanidad». Recordó que aquellos momentos del pico pandémico fueron muy duros. «Yo a veces me pregunto: Si no hubiésemos hecho las vacunas cubanas, ¿qué nos hubiera pasado?».

«Tenemos que volver a una vida normal», dijo el dignatario, quien, además, habló de rescatar, «todavía con más intensidad, la programación cultural, los eventos, los debates sobre la cultura… porque todo eso también alimenta la espiritualidad».

El otro aporte importante de la Uneac en estos tiempos, resaltó, tiene que ser en relación con el programa de descolonización cultural: «Hay que asumirlo con profundidad, con inteligencia, con coherencia». Y definió que ese programa «tiene que ser parte del debate de todos los días, porque nos quieren romper la identidad».

Hizo hincapié en que «la Revolución no puede estar ajena a la decencia. La vocación humanista de la Revolución tiene que defender la decencia. Entonces esa es otra prioridad, que es más fácil mencionarla que entrar en toda la envergadura que tiene».

A los escritores y artistas les expresó: «Todo lo que ustedes tengan como insatisfacción, denúncienlo; todo lo que crean que se pueda cambiar, propongan cómo cambiarlo, que siempre van a tener oídos (receptivos), y yo creo que los espacios de comunicación están directos, están en todas las provincias, y aquí también tenemos una manera de vernos, sistemáticamente».

Sobre el complejo momento que vive el país, Díaz-Canel afirmó: «Vamos a ir mejorando, pero los saltos no son inmediatos porque no tienen que ver solo ni con voluntades ni con la situación del país; tienen que ver también con que el mundo está en una crisis».

«Lo espiritual es muy importante en estos momentos», enfatizó en sus palabras: Eso, dijo, «hay que abordarlo desde la cultura».

Sobre la participación en las transformaciones sociales de los barrios, enunció: «A lo que aspiramos no es a una transformación infraestructural ni a darles un colorete a los barrios. Estamos hablando de una verdadera transformación social, que no sea incluso una transformación basada en el asistencialismo».

Lo dijo en el sentido de que no solo se trata de asistir a quienes lo necesitan, sino de darles oportunidades para ir eliminando las causas que provocan las situaciones de vulnerabilidad.

Este es un tema, afirmó, que debe ser visto desde la responsabilidad, y desde la participación, «y, por supuesto, todo el que tenga que ser amparado por algo tendrá también asistencia».

Para la transformación de los barrios –reflexionó– «primero hay que partir de un estudio antropológico de ese barrio; y eso lo pueden hacer ustedes, o nos pueden ayudar a preparar a otros actores que hay en el barrio; porque hay que conocer las raíces, la identidad…, sus costumbres, su historia».

«Lo espiritual sí tenemos que trabajarlo ya en todos los barrios, y ahí tenemos una figura fundamental, que es el trabajador social... Pero si a ese trabajador social lo apoyamos con el trabajo cultural, entonces logramos mejores resultados», razonó el mandatario.

A la lógica imperialista, dijo, «le tenemos que anteponer una lógica de construcción socialista», la cual debe basarse en la ética, en la cultura, y en el Derecho –ese Derecho que defienda lo justo.

Hay que seguir –añadió– «perfeccionando nuestra democracia, y eso tiene que ver mucho con la participación de nuestra gente».

Hacia el final de su intervención, el Jefe de Estado expresó: «En todos estos propósitos de avanzar, de enfrentar la lógica imperialista, de ir con la lógica socialista, por encima, con ese concepto de resistencia creativa, de que hay que vencer el bloqueo con nuestro propio esfuerzo, nuestra inteligencia y nuestro talento, estamos en un momento en que tenemos el ideal que defendemos, y lo que es posible hacer en estas condiciones».

«El ideal, y lo posible. Pero sin renunciar al ideal porque estemos en un mundo complejo», destacó el dignatario, quien está convencido de que hacer «un grupo de cosas posibles no significa que estemos renunciando al ideal. Al contrario: se tiene que fortalecer más la convicción de que podemos llegar al ideal».

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