Por algo será que el nombre de Asiel Aguada Barceló, uno de los candidatos a diputado por Santa Clara, está en boca de quienes residen en el consejo popular Sakenaf-Caracatey. A su paso por las calles ahuecadas y polvorientas de la comunidad, muchos lo saludan o lo detienen para comentar algún asunto o plantearle determinado problema.
Su tiempo parece infinito. Resultan tantas las quejas por el desabastecimiento de agua, la compleja situación de la vivienda o el tema de las comunicaciones, que apenas tiene momentos libres para atender a su familia. Mas, siempre se le ve sonriente y con buen estado de ánimo, porque su vocación es la de servir a las personas que lo eligieron como delegado y presidente del consejo popular.
A sus 29 años, pudiera decirse que ya es un líder, condición que ha ganado en las duras batallas que debe librar cada día para representar con la mayor dignidad posible a sus electores. Aún se recuerda su protagonismo durante el enfrentamiento a la COVID-19, momento muy duro para él, por la pérdida de valiosos compañeros, pero en el cual brilló por su capacidad organizativa.
Este consejo tiene muchas complejidades, comenta Asiel, quien dedica gran parte de su tiempo a organizar el abastecimiento de agua en pipa a buena parte de su comunidad, donde los ciclos de distribución llegan a extenderse hasta cinco meses y más; y al tema de la vivienda, porque la mayor parte de las casas están evaluadas como regulares y en mal estado.
Sobre su labor, el jubilado Fidel Cordero opina que ese muchacho es una «fiera». «He hablado con él muchas veces para tratar de resolver la situación de mi vivienda, y aunque no ha podido hacerlo, siempre me convence con su explicación sincera y cargada de argumentos».
Y como las de Fidel, también positivas son las valoraciones de la gente humilde y sencilla que reside en ese consejo popular. Xiomara Cabrera Dueñas, por ejemplo, ve en Aguada Barceló a la persona que la sacó del lodo en que estaba sumida, y la llevó, incluso, a presidir en la actualidad el Grupo de Prevención en el barrio.
Por su parte, Beatriz Reyes, la mujer que lo propuso hace cinco años como delegado de circunscripción, sabe que no se equivocó. «Vi su juventud, los deseos de trabajar que tenía y el compromiso con las tareas de la comunidad, y no dudé en pensar: este es el hombre».
Pablo García, delegado de la circunscripción 86, reconoce que Asiel no tiene hora para trabajar, incluso los fines de semana.
Acerca de esa vocación para servir, el Presidente del Consejo Popular Sakenaf-Caracatey dice que le viene de la educación recibida de sus abuelos Pablo y Lutgarda, quienes le enseñaron desde pequeño muchos valores que hoy porta con orgullo.
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