Guantánamo tiene el privilegio de contar con una de las cuencas más importantes de Cuba y de Latinoamérica: la del Toa, considerada la reserva de agua dulce más importante del Caribe insular. Preservar esa zona, libre de contaminantes, justo cuando nos encaminamos a una era en la que el agua podría ser el líquido más escaso y demandado mundialmente, es una tarea de interés global.
Como parte del compromiso que el Estado cubano y las organizaciones no gubernamentales internacionales tienen con la protección del medioambiente y el futuro, desde 2019 opera en el Alto Oriente cubano el proyecto Desarrollo comunitario y adaptación, basado en el manejo de ecosistemas de cuencas hidrográficas en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
La iniciativa que auspicia la República Federal de Alemania, a través de la organización no gubernamental Oro verde, se despliega también en cuencas tropicales de interés en República Dominicana, Guatemala y México. En 2024 deberá concluir esta noble idea que ya va dando frutos a favor del entorno natural y social.
El proyecto incluye acciones como la reforestación estratégica, el uso de sistemas agroforestales, la creación de cercos vivos, como barreras contra el viento; fuentes de forraje, sombra y hábitat para aves e insectos, las cuales van de la mano de otras tareas de impacto social, entre ellas la reconstrucción de 60 hectáreas de suelo y 210 de bosque, y el mantenimiento a 48 kilómetros de caminos y vías interiores.
Bárbaro Zabala Lahitte, coordinador en Guantánamo por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, significó a Granma la importancia de la iniciativa para 95 familias de la zona que desarrollan la agricultura con tecnologías tradicionales, ayudan y enseñan a conservar el medioambiente, así como la restauración de 13 kilómetros de faja hidrorreguladora, y la reforestación de 14 hectáreas con más de 18 000 árboles, todos endémicos.
«El cambio es palpable en los municipios de Baracoa y Yateras, e igualmente en Moa, de Holguín, donde incluso se han hecho estudios de factibilidad económica y ambiental para vender el agua de esa zona para el desarrollo local», agrega.
También unen esfuerzos en esta iniciativa el Ministerio de la Agricultura, las empresas forestales y la Universidad de Guantánamo, como parte de la integración multidisciplinaria prevista en la Tarea Vida, plan del Estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático.



















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