EE. UU. conocía los planes terroristas contra un avión de Cubana y no hizo nada para impedirlo

«Al menos desde junio de 1976, la CIA, el FBI, la Marina, el Departamento de Estado y otros, conocían de antemano que Orlando Bosh planeaba poner dos bombas en un avión de Cubana de Aviación».

Así lo afirmó en su perfil en la red social Facebook, Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

El funcionario señaló que a pesar de tener conocimiento de los planes macabros de Bosh, Estados Unidos no hizo nada para impedirlos.

«No evitaron que las pusiera como sucedió muy lamentablemente en octubre de ese año donde murieron tantos jóvenes cubanos, guyaneses y coreanos inocentes», añadió Martínez, en alusión a lo que se conocería como el crimen de Barbados, y que consistió en hacer estallar en pleno vuelo un avión cubano que se dirigía desde Barbados con destino a La Habana.

En total, 73 personas perdieron la vida durante este terrible hecho, considerado en su momento el peor ataque de su tipo en el hemisferio occidental y uno de los más brutales actos de terrorismo ejecutados por personas al servicio de la CIA en contra de la Revolución Cubana.

Entre las víctimas, se incluyó el equipo nacional de esgrima, que acababa de conquistar invicto el Campeonato Centroamericano y del Caribe.

El director general de América Latina y el Caribe del Minrex compartió documentos desclasificados por el gobierno estadounidense, que además de develar que este conocía las intenciones de Bosh, «demuestran el seguimiento detallado que hacía la CIA de los vuelos de Cubana de Aviación».

Uno de ellos, considerado como altamente confidencial y emitido el 22 de junio de 1976, consigna como asunto «posibles planes de extremistas exiliados cubanos para poner dos bombas en la aerolínea cubana».

En él, reconoce a Orlando Bosch (1926-2011) como líder, y remarca sus intenciones de atentar originalmente contra una aeronave de Cubana que cubriría la ruta Panamá–Habana.

Aun cuando la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Marina de Estados Unidos y la Agencia Federal de Investigación (FBI) recibieron notificaciones de este memorando, ninguna de ellas impidió que finalmente el atentado se llevara a cabo en octubre de ese año.

Al cabo de casi cuatro décadas, en 2015, la complicidad de Estados Unidos con esta acción terrorista quedó al descubierto, cuando se desclasificaron documentos donde el entonces secretario Henry Kissinger mostraba su preocupación por los vínculos entre la CIA y los grupos extremistas de emigrados cubanos en el sur de Florida.

Según los escritos, esa agencia tenía vínculos con tres de las personas implicadas en el ataque, «pero cualquier papel que estas personas pudieran haber tenido en la demolición se llevó a cabo sin el conocimiento de la CIA».

Sin embargo, los nuevos documentos recién salidos a la luz, demuestran el interés de la CIA por los vuelos de Cubana de Aviación, y que las agencias estadounidenses estaban al tanto de los planes terroristas de la mafia anticubana, pero prefirieron mirar hacia otro lado.