
Solo a través del desarrollo de una generación de profesionales informados y formados en una variedad de campos, la sociedad puede evaluar inteligentemente las complejidades de las interacciones entre el clima y la salud, aseveró Ana Rosa Moreno Sánchez, Premio Nobel de la Paz y profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el marco de la penúltima jornada de la IV Convención Internacional Cuba-Salud 2022, la docente, al impartir su conferencia Formación de recursos humanos para afrontar los efectos del cambio climático en la salud, recalcó que la educación en el contexto de cambio climático debe en principio enseñar y orientar hacia nuevos valores en la relación de los seres humanos con el planeta.
Resaltó al respecto que, al mejorar la comprensión colectiva de la ciencia del clima y la salud, se pueden diseñar e implementar estrategias de adaptación y mitigación más efectivas.
Asimismo, dijo, se deben tener en cuenta estas complejidades al planificar y tomar decisiones de inversión en infraestructura y anticipar las consecuencias no deseadas de esas decisiones en múltiples niveles.
Para ello, señaló, el empoderamiento se puede lograr a través de las actividades educativas en salud, las cuales se orientan principalmente hacia una transformación de comportamientos y conductas que pueden causar daños a las personas y por ende repercuten positivamente en la calidad ambiental.
La Premio Nobel de la Paz hizo un llamado a implementar iniciativas como fortalecer la capacidad de adaptación del sistema de salud, a través de educación a la población; y educar a comunidades vulnerables que participan en medidas de adaptación y mitigación.
Moreno Sánchez también se refirió a la importancia de la capacitación, la cual no solo debe ser para los trabajadores de salud y los responsables del propio sistema sanitario, sino para otros profesionales de áreas vinculadas a la salud de forma directa o indirecta que deben estar abiertos al trabajo interdisciplinario cuando se discutan las medidas de adaptación y mitigación.
Precisó la docente que la formación de recursos humanos para estos retos lleva abordar temas de salud asociados al cambio climático, como son la evaluación de la capacidad de afrontamiento de la comunidad y del sistema de salud local; y el fortalecimiento de la capacidad de adaptación del sistema de salud, a través de información a la población, vigilancia de enfermedades asociadas con el clima, preparación en caso de eventos extremos, vacunación y atención primaria y atención de salud mental.
Asimismo, agregó, como parte de la educación para la salud se debe incluir el cuidado del agua, ahorro en el consumo de energía, reciclaje, saneamiento del medio ambiente y respuesta del sistema de alerta temprana para eventos extremos.
La profesora de la UNAM señaló el imperativo de que la educación sobre el clima y la salud formen parte del plan de estudios más amplio; en tanto, que los profesionales de la salud, formuladores de políticas, planificadores urbanos, ingenieros y líderes corporativos necesitan una educación más formal en las ciencias del clima, la salud pública y las formas en que el cambio climático y la salud se interrelacionan.

Subrayó, además, que los programas de educación ejecutiva también son necesarios para proporcionar cursos breves de capacitación sobre los desafíos y oportunidades relacionados con la salud y el cambio climático a ejecutivos de alto y medio nivel, responsables de formulación de políticas y los funcionarios del gobierno.
Tales esfuerzos facilitarán y acelerarán la inclusión de planes de estudio de educación sobre el clima y la salud, aumentarán la conciencia social sobre los efectos del cambio climático en la salud, y sembrarán nuevas líneas de investigación, medidas de adaptación y mitigación y oportunidades para mejorar la salud local y regional.
Ana Rosa Moreno Sánchez, en su intervención, contextualizó que en las últimas décadas los eventos hidrometeorológicos sufridos por las sociedades y el interés de los medios de comunicación al cambio climático han incrementado la atención por parte de la ciudadanía de prácticamente todos los países y un cambio en la percepción de este fenómeno.
Recordó que el cambio climático causado por el ser humano está provocando una disrupción peligrosa y generalizada de la naturaleza, al tiempo que está afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos para reducir los riesgos.
El cambio climático, alertó, está socavando muchos de los determinantes sociales de la buena salud, como medios de subsistencia, igualdad y acceso a la atención de salud y estructura de apoyo social.








 
     
    










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