ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Para acceder a los materiales, las cerca de 100 000 familias damnificadas en Pinar del Río deberán pasar antes por las oficinas de trámites. Foto: Ronald Suárez Rivas

Pinar del Río.–Tras una larga espera de más de siete horas, a Alberto Cabrera lo sacude una noticia que nunca esperó escuchar: la ficha técnica con el levantamiento de los daños que el huracán Ian ocasionó en su vivienda, tiene errores.

Por tanto, la funcionaria que lo atiende le explica que debe regresar a su casa, esperar que en los próximos días un técnico lo visite nuevamente, vuelva a evaluar los daños y confeccione otra ficha con la que, entonces, Alberto podrá retornar a la oficina de trámites y continuar las gestiones de acceso a los materiales para rehabilitar su hogar.

«Esto es algo que no debería suceder. Hace falta más personal para que las cosas avancen», se lamenta este jubilado del consejo popular de La Conchita, uno de los miles de pinareños damnificados por el devastador fenómeno meteorológico que azotó con una fuerza descomunal el fondo habitacional de Vueltabajo.

Como él, no son pocas las personas que en los últimos días han estado chocando con un proceso necesario, pero que en algunos lugares no termina de cuajar.

En La Conchita, por ejemplo, ante la falta de personal calificado para certificar en el terreno las afectaciones de las viviendas y determinar los recursos necesarios para su rehabilitación, ha habido que asumir la tarea con fuerzas de otras provincias.

Aun así, solo se ha podido trabajar en siete de las 13 circunscripciones que abarca la zona de defensa.

En el resto de la provincia, la realidad es similar. Miguel Ángel Álvarez, presidente del Consejo de Defensa Municipal de San Juan y Martínez, uno de los territorios más golpeados por Ian, donde se han contabilizado preliminarmente 11 022 afectaciones sobre un fondo de poco más de 14 000, asegura que allí también el personal es insuficiente y que «tenemos un atraso considerable en el levantamiento de los daños».

En una visita reciente a Pinar del Río para chequear la marcha de la recuperación, el primer ministro Manuel Marrero Cruz afirmó que, a pesar de que se han incorporado decenas de especialistas de otras partes de Cuba, el proceso sigue siendo lento, e indicó abrir más oficinas para recibir a la población.

¿QUÉ SON LAS OFICINAS DE TRÁMITES?

Concebidas para atender la recuperación de las afectaciones en las viviendas, ocasionadas por desastres, las oficinas de trámites se ubican en cada una de las zonas de defensa, y se rigen por un procedimiento establecido nacionalmente, que define paso a paso las acciones para seguir.

En ellas, radican representantes de las direcciones de Vivienda, Comercio, el banco y los trabajadores sociales, a fin de viabilizar cualquier trámite que necesiten los damnificados –desde la gestión de un crédito hasta el otorgamiento de un subsidio– y completar la documentación con la que podrán acudir luego a las tiendas de materiales. Sin embargo, la atención a las personas afectadas se inicia desde antes.

José María Bustios, presidente del consejo de defensa de la zona Carlos Manuel de Céspedes, en la ciudad de Pinar del Río, explica que a 24 horas del paso de Ian, en cada circunscripción, comisiones integradas por el delegado, los CDR y otros factores de la comunidad hicieron un primer levantamiento para tener una noción de los daños.

Luego de este paso, Bustios señala que un técnico de la Vivienda subordinado a la oficina de trámites, debe visitar cada una de esas casas para certificar las afectaciones y elaborar una planilla que las describa, y también los recursos necesarios para su recuperación.

Aunque se dice fácil, se trata de una labor que requiere muchas más personas de las que dispone el sistema de la Vivienda, y entre las cuales también hay damnificados.

«Aquí casi todos tuvimos daños», asegura Ninfa Cabeza, jefa de la oficina de trámite de la zona de defensa Celso Maragoto. «A mí me desprendió una ventana, me rompió dos fibros de un cuarto, y el techo de la terraza todavía no sabemos dónde cayó, «Así y todo estamos aquí», añade Ninfa. «Hemos dado el paso al frente porque sabemos que hay gente que está mucho peor, y porque cruzados de brazos no vamos a resolver nada».

Ante esa realidad, y el reto mayúsculo de llegar a alrededor de unas 100 000 familias damnificadas en el menor tiempo posible, junto al personal que ha llegado de afuera, la provincia ha sumado al trabajo de campo a especialistas de empresas y organismos relacionados con la construcción.

Es el caso, por ejemplo, de la zona de defensa Carlos Manuel de Céspedes, a la que se han unido 16 trabajadores de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de Pinar del Río.

Aun cuando se trata de una ayuda indispensable, las cifras logradas siguen siendo discretas.

Gregorio Acosta, jefe de la oficina de trámite enclavada en esta parte de la capital pinareña, precisa que al cabo de los primeros diez días de trabajo se habían completado 407 planillas.

Ello significa un promedio diario de apenas 2,5 viviendas por cada especialista, el cual demandaría casi dos meses para llegarle a los últimos afectados.

En la zona de defensa Celso Maragoto, el pronóstico es todavía más reservado. Para culminar las fichas técnicas de las 4 251 viviendas damnificadas que arrojó el levantamiento preliminar, al ritmo que se ha trabajado hasta ahora, se requerirán alrededor de cuatro meses.

«La población está desesperada, pero es que no tenemos técnicos suficientes para atender todo el consejo popular, que abarca 20 circunscripciones», reconoce la jefa de la oficina de trámites de la localidad.

Con el propósito de avanzar a una mayor velocidad, la funcionaria señala que el trabajo en el terreno se ha reforzado con seis personas, entre arquitectos e ingenieros de la construcción. 

No obstante, advierte que todos le han dicho que no saben calcular los materiales que necesita una casa para su recuperación.

«Esa es otra de las causas de la demora», argumenta Ninfa, y explica que, debido a esta limitación, después de llegar hasta las viviendas, llenar los datos generales (si es un derrumbe o lo que tuvo fue daños en la cubierta, la carpintería, las tuberías, el tanque de agua...) y registrar las fichas técnicas en la oficina de trámites, se las vuelven a llevar para una dependencia de la Empresa de Construcción y Montaje de Pinar del Río, donde otros especialistas se encargan de añadirle a cada una el cálculo de los materiales que requerirán los afectados.

Después de esto, los documentos retornan a la oficina de trámites, donde se localiza a los damnificados, se les entrega una copia y quedan a la espera de que se les vuelva a citar, cuando entren los recursos a la red de comercio.

Si así, a grandes rasgos, parece un proceso largo y enrevesado, en la práctica lo es mucho más.

«Solamente el cálculo de los materiales es algo que está tardando varios días», reconoce Primitiva Lorenzo, la funcionaria de la Vivienda encargada de recibir y chequear las planillas en la oficina de trámites. «El tiempo exacto que esto demora no se lo puedo decir, porque es muy difícil de determinar».

No obstante, una cuenta a punta de lápiz da al menos una idea: en los primeros 11 días de labor, el trabajo de campo en la zona de defensa arrojó 547 planillas, pero el 35 % de ellas (189) todavía está incompleto, esperando el cálculo de los materiales, en una dependencia de la Empresa de Construcción.

CON PRISA, PERO BIEN...

Convertido en uno de los asuntos más cuestionados de la recuperación, el desempeño de las oficinas de trámites ha estado en la agenda de las visitas de la máxima dirección del país y en el centro de reuniones a todo los niveles.

En ellas se ha insistido en la necesidad de cumplir con rigor los procedimientos establecidos, pero también de avanzar a un mayor ritmo, que permita acabar de tener cifras definitivas de los daños causados por Ian, y que asegure que no haya baches en la entrega de los materiales a los afectados, por causa de las demoras en la tramitación.

No se trata únicamente de crecer en el número de fichas técnicas que se completan diariamente, sino de que estas se llenen correctamente, otra de las deficiencias identificadas, que en algunos lugares ha obligado a trabajar doble, retornando a las mismas viviendas para rehacer lo que ya estaba, y ocasionando más demora y malestar entre la población.

«Parece que el personal que han puesto en esto no es el más calificado, y cuando llegan acá, las planillas tienen problemas», comenta Javier Escofet, administrador de la tienda de materiales de la construcción 10 de Octubre, uno de los que, al final de la cadena, ha estado chocando con el problema.

«Eso me ha obligado a virar unas cuantas», confiesa Javier.

Con el propósito de restarle importancia al asunto, en algunas de las oficinas de trámites visitadas por Granma argumentan que, de todos modos, para la cantidad de recursos que ha estado entrando a los puntos de venta, las planillas que se procesan son suficientes.

Sin embargo, tras siete horas perdidas en espera de una gestión que en los próximos días tendrá que volver a intentar, Alberto Cabrera considera que no se puede ver como algo normal. «Sabemos que se está haciendo un esfuerzo y que hay muchos daños, pero hacen falta más personas preparadas para no desgastarnos en colas y peloteos, que bastante desgracia tenemos ya».

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Malore dijo:

1

14 de octubre de 2022

18:41:19


Considero que se debía pensar en utilizar alumnos de arquitectura e ingeniería de los últimos años de la carrera debidamente capacitados y que está labor le sirva como práctica y/o Servicio Social. Saludos