Pinar del Río.–Micrófono en mano, desde algún portal de la calle principal del pueblo, Andrés Licort repasa las noticias del día, la ayuda que se ha recibido, la marcha de la recuperación.
«Es importante que la gente sepa lo que está sucediendo de alguna manera, porque llevamos una semana sin corriente y, por tanto, sin televisión y sin radio», dice.
Desde que el huracán Ian impactara el municipio de San Juan y Martínez con una fuerza descomunal, Andrés y su altoparlante constituyen aquí el único medio masivo de comunicación.
Cuenta que empezó transmitiendo desde el portal de su casa, con el equipo de audio acoplado a una batería, hasta que pudo conectar su radiobase de campaña en la sede de Etecsa, donde hay un grupo electrógeno que le asegura más tiempo de transmisión.
Entre una alocución y otra, coloca temas musicales que son como un bálsamo para un territorio sumido en el silencio. «Estamos empezando a reconstruir el pueblo y hay que darles ánimo a las personas e invitarlas a que se sumen», argumenta Andrés.
Aunque los embates de la naturaleza no son desconocidos para ningún sanjuanero, todo el mundo coincide en que jamás habían sufrido algo igual.
En la casa donde se encontraba, Edisbel Pérez recuerda que «el viento despegó el zinc del cerramento y hubo que hacerle presión entre cuatro hombres a la puerta para que no la pudiera arrancar».
«El aire rugía como una locomotora», describe Randy Barón.
«Esto acabó con casi todo: viviendas, escogidas, casas de tabaco –lamenta Bárbara Bravo–. Sano y en pie fue muy poco lo que dejó».
De un extremo al otro de su geografía, San Juan tiene hoy la misma apariencia de una tierra arrasada, como si la naturaleza se hubiera empeñado en borrarlo del mapa o un gigante enojado se le hubiera parado encima y empezado a saltar.
Su realidad se parece mucho a aquella que el huracán Gustav dejara del otro lado de Vueltabajo hace 14 años, y que uno de nuestros más avezados generales comparara con un golpe nuclear.
La diferencia es que, esta vez, el radio de vientos más fuertes ha surcado la parte más poblada de la provincia, la de la infraestructura más vulnerable y que tiene en la economía un peso mayor.
INVENTARIO DE UNA TRAGEDIA
Según los datos oficiales, la larga lista de afectaciones en suelo sanjuanero incluye hasta el momento más de mil postes eléctricos derribados y daños en 8 709 viviendas, que representan el 62 % del fondo habitacional.
Sin embargo, Randy Barón, jefe del Centro de Dirección del Consejo de Defensa Municipal (CDM), advierte que estas son todavía cifras preliminares que en los próximos días se pudieran incrementar.
El funcionario explica que, por la magnitud del desastre y el estado en que quedaron las carreteras y los caminos, todavía se trabaja en el levantamiento de los daños en algunos lugares.
Incluso, señala que ha habido que poner en función de los linieros un grupo de tractores de la agricultura, para que puedan chequear el estado de la red en los tramos más intrincados.
Los informes que actualiza varias veces al día el Centro de Dirección del CDM confirman daños en la mayor parte de la infraestructura del territorio: el 80 % de la telefonía, el cine, el museo, la casa de cultura, el policlínico, la clínica estomatológica, el gimnasio, la fábrica de conservas, la peluquería, los almacenes...
Ni siquiera la funeraria o el cementerio escaparon a la furia del ciclón.
Aunque no hay una sola afectación que no duela en un municipio que todavía carga la cruz de cientos de familias damnificadas por fenómenos meteorológicos anteriores, los enormes estragos a la infraestructura tabacalera, columna vertebral de la economía y fuente de empleo de la mayoría de su población, constituye, junto a la vivienda, la preocupación más grande.
Las cifras recopiladas por la Empresa de Tabaco Hermanos Saíz son abrumadoras: los 155 depósitos de la hoja clasifican como derrumbes totales; de 1 792 casas de cura (secado) natural, 1 771 están en el suelo; 26 de las 27 escogidas se destruyeron de manera total o parcial.
Para hacer aún más dramática la situación, dentro de las instalaciones que se vinieron abajo existían 5 680 toneladas de las últimas cosechas, de las cuales unas 4 900 se mojaron.
Aun así, muchos de los mejores vegueros de San Juan y Martínez mantienen su voluntad de hacer campaña.
A pesar de que los daños en los semilleros retrasarán el inicio de la siembra, que habían previsto iniciar de manera masiva el 20 de octubre, todavía están a tiempo de lograr una buena cosecha.
Así lo asegura el Hombre Habano Héctor Luis Prieto, uno de los tantos productores a los que Ian no les dejó casi nada en pie.
«Este es el esfuerzo de años de trabajo destruido en pocas horas», dice ante el amasijo de madera y tejas de zinc en que se convirtieron las construcciones donde secaba y procesaba su cosecha, y fomentaba la cría porcina y de ganado menor.
Héctor Luis, sin embargo, no es un hombre derrotado.
«El huracán nos azotó con una fuerza increíble; pero con esa misma fuerza nos tenemos que recuperar».
SAN JUAN EN LA NOTICIA
Enfrascado, como todo Pinar del Río, en la recuperación, San Juan y Martínez es hoy un hervidero de hombres y mujeres que hurgan entre los escombros en busca de todo aquello que se pueda reutilizar.
Con las mismas mantas de nailon con que se había tapado el tabaco en los depósitos o las planchas de zinc que han logrado rescatar, y clavos enderezados a martillazos, se van remendando los techos, provisionalmente.
Brigadas de linieros batallan por levantar los tendidos y se despejan las vías de las montañas de ramas que por todas partes dejó Ian.
Un contingente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias fue de los primeros en acompañar a los sanjuaneros en su lucha por ir sanando poco a poco las heridas abiertas por la furia del viento.
«También hemos recibido la ayuda de los compañeros de Azcuba, con sus alzadoras y sus camiones, y de varios otros organismos de la provincia y del país», asegura el Jefe del Centro de Dirección del CDM.
Señala que también han comenzado a llegar los primeros recursos. Entre ellos, 500 colchones para los damnificados, 29 toneladas de cemento, tanques de agua, elementos de techo, y donaciones de personas individuales, instituciones y proyectos no estatales.
De todo esto, lo que sucedió y lo que se hace, habla cada mañana por los altoparlantes Andrés Licort.
También del acompañamiento que ha tenido la provincia por la máxima dirección del país, y la llegada de un grupo electrógeno para darle corriente de manera emergente a una parte importante de la cabecera municipal, anunciada por el propio Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«Hay que explicarles a las personas que los daños son tremendos, que San Juan no es el único territorio afectado; pero también que no estamos solos, que Cuba entera está pendiente, que nos vamos a levantar», dice Andrés, el hombre que en este pueblo con nombre santo, le cuenta día a día a su gente cómo marcha el milagro de la resurrección.
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