Por mi casa también pasó el ciclón

«Así me siento útil, cargando escombros, ayudando en lo que haga falta. Ahora hay que recuperar todos los pueblos por donde Ian pasó».

Darío Hernández Cubilla ha sido ganador de concursos nacionales de Física, y en breve comenzará la universidad, en la carrera de Cibernética-Matemática. Lo de él son los números, la programación. Sabe que el futuro que ha elegido será en una oficina, nada similar a lo que este fin de semana realizó en Puerto Esperanza.

Lleva guantes, uniforme y botas. Recoge escombros, mueve árboles caídos, va allí adonde los hogares han quedado sin techo. Junto a otros jóvenes que cumplen el Servicio Militar en la Base Aérea de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, se afana en la recuperación de esta comunidad pinareña, que no es la suya, pero es de Cuba, su país.

«Sí, yo soy pinareño, de la misma ciudad. Por mi casa también pasó el ciclón. Dicen mis padres que aquello no se sintió bien, pero que ya las calles están bastante limpias».

Darío ayuda con denuedo a la gente de Puerto Esperanza, porque sabe que en su hogar alguien más –de Pinar del Río, La Habana, Cienfuegos o de otras provincias– hace lo mismo por su familia.