
Como ha sido tradición en la Cuba revolucionaria, obtener la sede de las actividades centrales por un aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes constituye un punto de giro en el trabajo de la provincia ganadora, tanto en el frente económico como en el social.
Con sano orgullo de pueblo que, además, se siente feliz por saberse a la vanguardia de los retos actuales, en esta ocasión los cienfuegueros aprecian la decisión del país como un parteaguas que los motiva para acelerar la materialización de las ideas y directrices del 8vo. Congreso del Partido, y avanzar más rápido hacia el socialismo próspero y sostenible que construimos.
Cienfuegos ha demostrado que es posible; en ese camino anduvo y, sobre todo, seguirá marchando.
En la provincia donde será celebrado –por primera vez con carácter presencial, tras el periodo pandémico– el acto central por el 26 de Julio, ser sede representa un reencuentro con la tradición patria, y algo muy especial: la posibilidad de pensar en Fidel, recordar la enseñanza que nos legó, aquí, en sus discursos por el Día de la Rebeldía Nacional y el 5 de Septiembre.
Rumbo al 26, en Cienfuegos se trabaja sin descanso en la reanimación de la economía, el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, la política de la vivienda, la expansión de polos productivos, el mejoramiento de los indicadores materno-infantiles, el vínculo científico con las universidades, la atención a decenas de comunidades vulnerables y en otros múltiples campos.
Como ha sido siempre en cada territorio premiado con tal condición, el 26 reoxigena la transformación socioeconómica constante que vivimos, de modo que haya impactos nuevos, rápidos y mayores en el bienestar de un pueblo que resiste y crea a la par, mientras defiende intransigente su Revolución, fruto superior de la gesta en que jóvenes patriotas derrocharon coraje, aquella madrugada de la Santa Ana, en 1953.
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