ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A través del big data, se hizo un estudio para conocer la movilidad en los flujos de la población en el transporte en La Habana. Foto: Juvenal Balán

Usar, como método de análisis, las técnicas de big data para evaluar la movilidad poblacional en Cuba puede facilitar, por ejemplo, conocer la fluctuación y el movimiento de personas en las urbes, cuándo se producen los desplazamientos más importantes y su relación con las rutas de vehículos de transporte público e incluso predecir comportamientos en un entorno epidemiológico determinado.

Según explicó Alejandro Lage Castellanos, director del Centro de Sistemas Complejos en la Facultad de Física, en la última jornada de actividades de la XVIII convención y feria internacional Informática-2022, el estudio de la existencia humana, pero en el plano de los datos, es hoy parte de una revolución que está en curso: el internet de las cosas y de un mundo datificado.

Hay todo un rastro que vamos dejando en nuestro camino digital, y la nueva forma de hacer ciencia es preguntarse por las correlaciones que deja ese rastro, pues brinda nuevas posibilidades para extraer comprensiones y tomar mejores decisiones.

A partir de este entendido, y en alianza con la Empresa de Telecomunicaciones S.A. (Etecsa), hemos desarrollado un proyecto que utiliza los datos de telefonía móvil para generar modelos de movilidad, garantizando siempre el anonimato en la identidad de las personas y la seguridad en el uso de esa información, acorde con la legislación vigente que regula este tema en el país, puntualizó.

«Ello, permitió, por ejemplo, analizar durante los primeros meses de la pandemia de la COVID-19 en Cuba, cuando se tomaron las medidas de restricción más severas, cómo fueron cambiando los trazos de movilidad y el desplazamiento de las personas».

Otro de los estudios realizados parte de una cooperación entre la Universidad de La Habana, la Universidad Tecnológica de La Habana y el Ministerio del Transporte, para hacer un análisis de movilidad en los flujos de la población.

De acuerdo con Lage Castellanos, esta alianza permitió conocer el comportamiento, en comparaciones con encuestas realizadas por el organismo, de la movilidad en La Habana antes de la pandemia de la COVID-19.

El análisis también respondió a los proyectos de movilidad urbana sostenible en varias zonas, a partir de la identificación de la cantidad de personas que estaban realizando viajes a distancias largas.

Como resultado, señaló, se identificaron siete millones de viajes en 12 días habituales, separando los usuarios que tenían un lugar nocturno (casa) y uno diurno (trabajo) de manera consistente, lo que arrojó cerca de 300 000 usuarios en La Habana y 1 600 000 viajes en la ciudad.

Resaltó que se analizó en cada zona de transporte cuántas personas y viajes se emiten y, si se compara en la mañana, la cantidad de salidas contra llegadas es dispersa, esto demuestra la existencia de un desbalance en los flujos en la ciudad, con una alta implicación en el transporte, pues está cargado en el sentido de mañana y la tarde, pero quedan flujos vacíos en otros horarios.

Otro empleo del big data en el análisis del comportamiento de flujos estuvo dado en eventos de congregación grande, como la peregrinación de San Lázaro, en diciembre. Según el especialista, estos datos, de forma general, se pueden emplear como fuente de comparación con otros días del mes por cantidad de visitantes, transeúntes y residentes en las zonas.

Lage Castellanos refirió que este es un sistema que emplea estándares internacionales y «no se puede hacer público ningún dato primario ni hacer análisis de números totales que no tienen sensibilidad sobre la privacidad. La seguridad se garantiza porque los datos se mantienen de manera anónima».

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