
Matanzas.–El henequén estuvo a punto de desaparecer en el país. Su cultura productiva se fue perdiendo poco a poco desde la década de los 90.
Llama la atención que en 1985 Cuba produjo algo más de 6 000 toneladas de fibra, y apenas ocho años más tarde, debido a su evidente desplome, el país debió importar un volumen superior a las 400 toneladas.
«Todo estaba en ruinas, sus días estaban contados», explica el máster en Ciencias Yuilber Castillo Ramírez, director adjunto de la Empresa de Fibras Naturales, entidad nacional con asiento en esta provincia, y fundada el 23 de diciembre de 2016, con el propósito de organizar el rescate de dicho cultivo.
Ya para entonces había tocado fondo. Fue un declive que obligó a la importación del producto para garantizar no pocas actividades de la economía nacional.
Aunque Cuba fue considerada potencia en la fabricación de fibra de henequén desde su introducción en nuestro país alrededor de 1850, sus tiempos de gloria quedaron atrás por diversos motivos.
Sin embargo, luego de años de deterioro progresivo de las plantaciones, cuando parecía que la suerte estaba echada, dio síntomas de vida y retomó el camino de su recuperación de manera gradual.
El primer requisito, según los expertos, fue la incorporación de nuevas áreas, sin dejar de atender como es debido las que están en desarrollo, para incrementar el número de hojas por planta y que esta se desarrolle en el menor tiempo posible.
Gracias a esas premisas, en 2021 la producción alcanzó las 200 toneladas de sogas, en su inmensa mayoría para el aseguramiento logístico de ese importante rubro que es el tabaco.
En el periodo los henequeneros también aportaron 56 toneladas de cordel artesanal, y 20 toneladas de sogas de polipropileno a partir de materia prima importada, cuerda de alta calidad y de habitual uso en los escenarios portuarios.
Las áreas destinadas a este cultivo rebasan hoy las 700 hectáreas, 200 de ellas en fomento, y según Castillo Ramírez, el propósito es llegar a completar las 3 000, empeño para el cual resulta necesario garantizar un mayor número de posturas.
Lo cierto es que los niveles de siembra continúan siendo insuficientes (apenas 130 hectáreas en el último quinquenio), y que resulta imprescindible impulsar el programa de fincas de posturas para respaldar la siembra y la reposición de las plantaciones de forma permanente.
La Empresa de Fibras Naturales comprende seis unidades empresariales de base, cuatro de ellas en Matanzas, y las otras en Mariel, y Cienfuegos, las de mayores áreas en producción.
También cuenta con tres fábricas desfibradoras y una vieja planta (la conocida Jarcia) para el procesamiento industrial, ya con algo más de un siglo de explotación.
Aunque las limitadas posibilidades de mecanización y las complejidades propias del cultivo continúan dificultando la captación de fuerza de trabajo, hoy se dispone de cerca de medio millar de trabajadores, además de una fuerza integrada por 40 jóvenes del Ejército Juvenil del Trabajo.
Se aprecia, además, mejoras en el salario para estimular básicamente las actividades agrícolas, que llegan a ser hasta de 15 000 pesos para las labores más difíciles en el campo, como la chapea y la cosecha.
El cultivo del henequén es un oficio duro, expuesto a muchos riesgos y poco atractivo para los más jóvenes, pero el producto es de gran importancia, pues las fibras vegetales son muy demandadas en todo aquello que se quiere embalar, y de gran interés para la agricultura y otros sectores.
Los trabajadores y directivos de la Empresa de Fibras Naturales no dan el brazo a torcer e insisten en rescatar un cultivo con mucha tradición en territorios como Matanzas, Cienfuegos y Mariel, donde hasta hace poco estuvo con la soga al cuello.
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Isabel Orelis torres gongora a dijo:
1
1 de marzo de 2022
19:20:15
Joaquín dijo:
2
12 de agosto de 2022
15:37:45
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