SANTIAGO DE CUBA.—Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de las luchas independentistas frente al yugo colonial, cuyo legado de patriotismo y dignidad reafirma ante las apetencias imperiales la determinación de defender la libertad conquistada, recibió, este 27 de febrero, el tributo del pueblo de Cuba en el aniversario 148 de su caída en desigual enfrentamiento a fuerzas españolas.
Para quien no ha reposado desde aquel 10 de octubre de 1868, en que proclamó la libertad a sus esclavos y emprendió esta Revolución que sigue adelante, fue depositada la ofrenda floral dedicada por los cubanos ante el monumento funerario de mármol blanco que en la senda patrimonial de los fundadores de la nación lo eterniza, en el cementerio Santa Ifigenia, de esta ciudad.
El homenaje precedido por la guardia de honor a cargo de una unidad de ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, estuvo encabezado por los miembros del Comité Central del Partido y máximas autoridades políticas y del gobierno en la provincia, José Ramón Monteagudo Ruiz y Beatriz Johnson Urrutia, así como por el jefe de la Región Militar, general de brigada Luis Lores Moreira.
Dueño de nuestros corazones desde aquel sublime acto de renunciar a sus riquezas y convocar a la lucha convencido de que todos los cubanos seguirían su voz en La Demajagua, el patricio también nos inculcó la determinación de morir antes de caer en manos del enemigo, y que la unión y el patriotismo son baluartes que nos hacen invencibles.
En representación del pueblo cubano, esta vez los santiagueros estuvieron acompañados por los especialistas del Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, ubicado en Bayamo, capital de la hermana provincia de Granma, quienes acudieron con ramos de flores a reverenciar al insigne coterráneo que cayera revólver en mano en la finca San Lorenzo, de la Sierra Maestra.
Precisamente en ese intrincado paraje, perteneciente hoy al municipio santiaguero de Tercer Frente, tuvo lugar, igualmente, un acto político para recordar al que tras el fusilamiento por los españoles de su hijo Oscar, los cubanos reconocieran como Padre de la Patria, y de quien el Héroe Nacional José Martí expresara: «Sé bendito, hombre de mármol».




















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