ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Archivo de Granma

Faltaba poco más de un mes para que cumpliera 27 años cuando, al frente de las huestes invasoras, ocupó los principales bastiones de la dictadura batistiana en la capital del país, una misión que, como tantas otras, supo cumplir de manera cabal.

Ya para entonces Camilo era Camilo. Rodeado de una aureola de heroísmo y lealtad a Fidel, el pueblo seguía cada una de sus hazañas, como acompañan los padres las aventuras y desventuras de los hijos a su paso por la vida.

Bien pronto sus acciones en la Sierra y en el llano adquirieron visos de leyenda, a golpe de audacia, de ejemplo personal, de desinterés y sacrificio, valores que le ganaron, por igual, el respeto, el afecto y la confianza de jefes y subordinados.

Ya en otras circunstancias, luego del triunfo revolucionario de enero de 1959, Camilo dedicó todas sus energías a consolidar el Ejército Rebelde como cuerpo armado dispuesto, unido y preparado para la defensa del país, en estrecha alianza con el pueblo.

Transcurridos apenas cuatro meses de la victoria popular, al Héroe de Yaguajay le correspondió asistir, en Camagüey, en calidad de invitado especial, a la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, celebrado por primera vez en una Cuba libre y soberana.

Según reseñas de la época, más de 50 000 ciudadanos participaron en el desfile por las calles principales de la ciudad, hasta culminar en el parque Casino Campestre, donde tuvo lugar un acto en el que, juntos, obreros, estudiantes y combatientes dieron su apoyo a la Revolución triunfante.

Esa alianza estratégica, como elemento novedoso del recién iniciado proceso de transformaciones económicas, políticas y sociales, no pasó inadvertida para el Señor de la Vanguardia, quien desde fecha bien temprana había precisado, con toda intención, que el ejército era el pueblo uniformado.

«Esta unidad que hemos visto hoy, y que la estamos viendo a diario en toda nuestra Patria, hay que mantenerla a toda costa. Todos los obreros, todos los trabajadores, las distintas partes del pueblo deben unirse cada día más», expresó Camilo en su vibrante alocución a los camagüeyanos.

Firmemente convencido de la imprescindible unión entre los cubanos patriotas para poder enfrentar los nuevos desafíos, el joven guerrillero aseveró a los presentes: «En la unidad está el triunfo, en la unidad está la verdadera consolidación de la Revolución y de la libertad que hoy disfrutamos».

Ovacionado por el pueblo, Camilo reiteró más de una vez su llamado a formar un frente común en defensa de la Patria: «Ustedes deben estar conscientes del momento que vivimos, que son muchos los enemigos que están escondidos, que esperan el momento de atacarnos. ¡No se dividan! ¡No podemos dividirnos! Ejército, pueblo y obreros debemos estar cada día más unidos».

Sus palabras fueron premonitorias. El 21 de octubre de 1959 acudió nuevamente a Camagüey, pero esta vez para conjurar un intento de sedición y de traición, con el cual se pretendía dividir e insubordinar a una parte de las tropas rebeldes de la localidad.

A fuerza de valor y de autoridad, Camilo y los hombres que lo acompañaban lograron tomar rápidamente el control de la situación, acciones que fueron respaldadas por una marcha multitudinaria de camagüeyanos dignos, encabezada por Fidel.

Cinco días más tarde, en el que constituyó su último discurso, el Comandante de sombrero alón aseguró, frente al Palacio Presidencial, que el acto confirmaba la fe inquebrantable del pueblo en su Gobierno, cuyas mayorías no se dejarán confundir por las campañas de los enemigos de la Revolución.

El llamado de Camilo a mantener la cohesión de las fuerzas patrióticas, a preservar las conquistas, a vencer cualquier obstáculo, cobra hoy plena vigencia en medio de un clima similar de amenazas de los círculos de poder yanquis en sus insaciables apetencias y sueños trasnochados de revancha.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.