Nuestro regalo a Fidel: construir, entre todos, una Cuba mejor (+Video)

CAMAGÜEY. — De un extremo a otro de esta provincia se le rinden honores, en el aniversario 95 de su natalicio, al líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, como mejor él hubiera deseado: haciendo cada cual lo que le corresponde en todos los ámbitos de la producción, los servicios y la defensa del país.

«Ese es el homenaje más digno que podemos ofrecerle, pues a los héroes de la Patria, como dice la canción, se les recuerda con acciones, con el actuar cotidiano de cada uno de nosotros», asegura el albañil Roberto Cáceres Urquiza, mientras da los últimos toques a la pared de una vivienda en construcción.

En ello coincide el campesino Iván Rosales Monteagudo: «Es este el momento para ratificar que la Revolución seguirá adelante, unidos todos en el trabajo, en el estudio, en la defensa de la Patria y en la lucha contra nuestras insuficiencias, única manera de ser fieles a las enseñanzas y al ejemplo del Comandante».

Visiblemente emocionada, la enfermera Liudmila Peña Sánchez ratifica que Fidel sigue vivo en cada cubano digno: «Ahí está su legado, es tan intenso, que no solo esta generación, sino todas las que nos seguirán lo recordarán y enarbolarán sus ideas en la lucha por un mundo más justo, a la que dedicó toda su vida».

«Una de las cosas más lindas que logró el Comandante, expresa la maestra Rosario Hernández Santelices, fue la unidad de todos los cubanos. Unidad para construir una sociedad nueva y para enfrentar a los enemigos de la Patria. Eso es lo primero que debemos preservar de su obra gigantesca.»

Aunque no llegó a conocer a Fidel en persona, el estudiante de Secundaria Básica Rigoberto Betancourt Oquendo refiere que «los niños fuimos siempre su prioridad y su desvelo. Me queda solo por cumplir el sueño de honrarlo con mi actuar, con llegar a ser un hombre de bien, que es el sueño de todos los pioneros cubanos».

Por hacer realidad esas metas, y por ser consecuentes y leales con su legado, todo un pueblo se levanta hoy frente a las adversidades y a los intentos de destruir la obra de la Revolución, convencido de que la mejor manera de honrarlo es con el trabajo y el cumplimiento cotidiano del deber dondequiera que se esté.