
Santiago de Cuba.-Un panorama productivo más alentador exhibe actualmente la Empresa Refinadora de Aceite Comestible (Erasol), de esta ciudad, en comparación con la inestabilidad afrontada meses atrás, a causa de demoras en el arribo de la materia prima y por roturas presentadas en la máquina conformadora de los pomos plásticos para el aceite que se expende en la red de tiendas.
«Si bien –expone su director Ricardo Lores Durán– el aceite a granel normado siempre estuvo garantizado desde Las Tunas a Guantánamo, tuvimos varios meses paralizada la producción en frascos de un litro, tan demandados por la población, lo cual nos exigió buscar alternativas para paliar en parte la situación.
«Nos dimos a la tarea de aumentar la producción en bolsas flexibles de medio litro de capacidad, formato en el que pasamos de cinco a 13,5 toneladas, y, a su vez, nuestros técnicos y especialistas crearon una línea de llenado manual para porrones plásticos de cinco litros, que nos permitió envasar diariamente 15 toneladas de aceite».
Durante ese periodo, y en espera de las piezas adquiridas en el extranjero, también fueron acometidos trabajos de limpieza, mantenimiento y ajustes tecnológicos en la planta, y una vez recibidas las piezas de repuesto, el personal de la empresa acometió la reparación de la afectación registrada, a falta de la asesoría foránea.
«Nunca antes –explica el ingeniero Rubén Ramos Giro, director de producción– habíamos realizado este tipo de trabajo, pero conociendo la necesidad de nuestro pueblo, nos apoyamos en manuales técnicos, y en 12 días fue resuelta la avería en los muelles de compensación y en las pinzas de soplado de la conformadora de pomos, con óptima calidad».
La refinadora santiaguera ahora se plantea extender las jornadas de trabajo a 12 horas, para elevar la capacidad de entrega de cien a 150 toneladas de aceite en cada jornada, y asegurar el producto en sus tres formatos: envase en bolsas flexibles y en pomos de un litro, así como en porrones de cinco litros.
Según precisó Lores Durán, desde el punto de vista tecnológico están en condiciones de garantizar ese aceite en frascos plásticos de un litro en todo el mercado de Santiago de Cuba y del oriente del país, pero se requiere estabilidad en la entrada de la materia prima, pues aún prosigue la reparación capital de la aledaña planta procesadora de soya encargada de este suministro.
El directivo manifestó que la entidad, responsabilizada con el aceite de la canasta básica y la venta liberada en cadenas de tiendas de las provincias orientales, no ha estado exenta del impacto del boqueo económico del Gobierno de EE. UU., pues, junto a las afectaciones técnica citadas, se sumaron las restricciones financieras provocadas por ese inhumano acoso.
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