ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

–¿Crees que Rocco y Neri tuvieron que ver en esto? Para aquella pregunta de su hombre de confianza, luego del frustrado intento de asesinato en su propia casa, en un paraje natural de Nevada, Michael Corleone (Al Pacino) parecía tener la respuesta desde hacía mucho tiempo.

Con su habitual pose de hombre duro, moderado y escalofriante al propio tiempo, fijó su mirada penetrante en Tom Hagen (Robert Duvall), el abogado de la familia Corleone y otrora consigliere de su padre, y le dijo en tono muy pausado algo así como…

–Son hombres de negocios, y su lealtad se basa en eso. Es algo que aprendí de papá.

Dejaba abierta así la posibilidad de traición de aquellos dos mafiosos tan cercanos a él y a quienes había empoderado.

Recordé esa escena de la espectacular historia de El Padrino, novela homónima de Mario Puzzo, llevada al cine por Francis Ford Coppola, al ver en redes sociales ciertos comentarios de compatriotas (también de algunos colegas, tan cercanos antes, tan distanciados hoy) con la intención de menoscabar el esfuerzo que realiza el país en esta hora difícil para los cubanos.

¿Será acaso el dinero? Bueno, sobre esa base todo es posible, diría entonces el sucesor de Vito Corleone (Marlon Brando).

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