ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Cada árbol tiene sus raíces, sus ramas y sus frutos. Foto: cortesía de la autora

Llevo años transitando, eventualmente, por una calle de Teherán dominada por dos árboles atravesados, y siempre termino filosofando en silencio sobre el simbolismo que entrañan...

En estos días de febrero, se celebra el aniversario 42 de la Revolución Islámica de Irán en medio de lo que califica, tal vez, como el periodo más duro, tenso y desafiante que haya vivido esta nación. El 11 de febrero de 1979, una ferviente masa de pueblo puso fin a 2 500 años de monarquía y echó de sus vidas al servil último sha de Persia, Mohamed Reza Pahlevi. Terminó así un Irán aliado de la CIA, expendedor de su petróleo a Israel y a otras potencias, un Irán al que ya le resultaba imposible contener la fuerza transformadora de su pueblo. El dictador, una vez se supo derrotado, huyó. Huyó del país cargando las riquezas que cabían en su equipaje, ilusionado con un pronto regreso... ¿les suena la historia? Sí, seguro que les resulta cercana, como también que su final le llegó en otras tierras viendo, de lejos e impotente, a un pueblo que levantaba un país tremendo.

Tan temprano como el 8 de agosto del mismo 1979, otro árbol atravesado restablecía relaciones diplomáticas con la joven Revolución Islámica. La Cuba barbuda y rebelde de Fidel no dudó en dar ese paso. Coherente con una política exterior basada en los principios de soberanía e independencia, una política exterior revolucionaria y atravesada a todos los intereses imperialistas, la Revolución Cubana reconoció a un nuevo amigo.

Para quienes hemos crecido en aquel otro árbol atravesado, no resultará sorprendente la accidentada historia a la que han tenido que sobrevivir los persas para mantener su Revolución: 42 años de agresiones de todo tipo, planes subversivos, permanente blanco de operaciones de inteligencia, guerra convencional, atentados, asesinatos a sus dirigentes y científicos, tergiversación de su realidad, manipulación mediática y sanciones, sanciones y más sanciones.

Los invito a un ejercicio de búsqueda fácil en Google: Irán + recursos naturales, y verán sus disponibilidades de zinc, cobre, gas, petróleo, hierro, uranio, plomo… Se entiende clarito, ¿verdad? A ello súmenle una población aproximada de 82 millones de habitantes, que ha graduado a muchos en la enseñanza superior (la mayoría son mujeres), un desarrollo científico impresionante y su poderío militar.

Son atravesados, sí, atravesados a ser dominados, a bajar la cabeza, a entregar sus riquezas, a permitir que siga creciendo el terrorismo y el saqueo a sus vecinos, a adoptar una cultura diferente a la que ellos orgullosamente han construido.

A este árbol le han intentado quitar toda fuente de crecimiento. Es grandioso, pero no alcanzo a imaginar lo que habría sido si lo hubieran dejado tranquilo... (como al otro árbol). Listados todos los recursos que les mencioné, tengo que contarles que aun así, el impacto de la política de máxima presión económica ha hecho estragos gigantescos, especialmente después del abandono por parte del Gobierno de Trump del Acuerdo Nuclear. Han sido raros los meses en los que no hayamos visto una sanción nueva desde ee. uu... ¿a que les sigue sonando la historia?.

Imaginen ustedes entonces cómo no sufrirlo en otro árbol atravesado, más chiquito, con mucho menos fuentes de alimentación (recursos) y desde cuya copa se pueden ver las luces del enemigo que no cesa de afilar sus hachas para cortarlo de raíz. Imaginen, además, si esos dos árboles atravesados quieren ser mejores amigos, intercambiar lo que tienen, complementarse... y a pesar de los obstáculos reales y tangibles, ellos tampoco renuncian y lo siguen intentando.

Cada árbol tiene sus raíces, su pedacito de tierra ganada, sus ramas y sus frutos. Existen especies, pero no existe un árbol idéntico a otro. Lo que sí es medible es la dureza de algunos tipos de árboles. Su hermosa terquedad, su determinación de vivir atravesado, de crecer, de no romperse en el intento por dar sombra, abrigo, oxígeno del bueno. ¡Larga vida a estos troncos atravesados! Los veo, los riego. ¡No nos partiremos!

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Elisarde Cuba dijo:

1

16 de febrero de 2021

00:47:22


Linda crónica Tania, te felicito!

Raúl dijo:

2

16 de febrero de 2021

12:02:40


Que hermoso articulo, que forma mas poetica de describir la realidad ocultada por los «medios de intoxicación» Enhorabuena, Tania

Antonio dijo:

3

18 de febrero de 2021

09:43:19


Fascinante reflexión,que expone sobre nuestros pueblos, el acoso imperial por destruir las revoluciones progresistas de Irán y Cuba

Carloa dijo:

4

18 de febrero de 2021

14:25:34


Hermosoo