Un imperativo de país: la producción de alimentos

Los retos de obtener localmente los alimentos que Cuba necesita, incrementar la producción cañera, las afectaciones climatológicas, la propagación de la COVID-19 en la Isla y el resto del mundo, además del recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos contra el país, así como los incumplimientos y falta de insumos pusieron a prueba, en este 2020, la resiliencia y capacidad de recuperación de la economía y sociedad cubanas.

Especialmente, el sector de la agricultura tuvo que adaptarse a esas condiciones para cumplir con su principal misión y encargo social.

Así se analizó este miércoles durante el VI Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su IX Legislatura, que contó con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz y de José Ramón Machado Ventura, Primer y Segundo secretarios del Comité Central del Partido, respectivamente; y del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el vicepresidente Salvador Valdés Mesa, así como de Manuel Marrero Cruz, primer ministro.

Durante la plenaria, dirigida por Esteban Lazo Hernández, presidente del órgano supremo del poder del Estado, el titular de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, señaló que, a pesar de los sinsabores, las campañas de siembra y cosecha continúan siendo la prioridad.

Sobre la campaña de siembra de frío, que generalmente comienza el 1ro. de septiembre, Rodríguez Rollero explicó que se tuvo que iniciar prácticamente en los primeros días de noviembre.

«En el caso de los cultivos varios, planificamos 378 623 hectáreas, entre viandas, hortalizas, granos y frutas. Esto representa un crecimiento de 58 000 hectáreas con respecto a la campaña anterior. A la par, hasta noviembre solo se ha sembrado el 85 % de lo previsto para ese periodo», reconoció.

Con respecto a la producción arrocera, un producto muy demandado por la población cubana, podemos asegurar al balance del próximo año 180 000 toneladas de arroz. Esto lo hacemos en condiciones difíciles, porque es un cultivo priorizado y hay que ponerle los insumos que lleve, aun cuando no se haya podido garantizar en el momento y con el ritmo imprescindible», puntualizó.

De hecho, la entrega estatal de este 2020, agregó, se cumple, aunque con un plan reajustado, con un estimado de cierre de 104 000 toneladas.

Otro de los cultivos dañados, sobre todo, por el clima, fue el tabaco que, a decir de Rodríguez Rollero, perdió más de 200 000 canteros. «Sin embargo, a los pocos días los recuperamos y ya están regados. La campaña comenzó a un ritmo más intenso, aunque tenemos que tomar todo el mes de enero para la siembra de tabaco».

Por ser un producto que tiene un precio estable en el mercado internacional, y porque aun en medio de la COVID-19 los volúmenes de exportación no han cedido, el compromiso del sector es continuar las producciones y crecer para el año que viene.

NO RENUNCIAR A LOS VOLÚMENES DE SIEMBRA

Gracias a las alternativas que han buscado los productores y al desarrollo de los centros de investigación, se ha logrado equilibrar la situación de la agricultura, más difícil este año que en ningún otro.

Rodríguez Rollero puso como ejemplo que de los productos químicos solo se ha dispuesto del 45 % que se demandó, mientras, de los fertilizantes se planificaron producir en el país 67 000 toneladas, pero las fábricas han estado prácticamente paralizadas, por falta de materia prima.

«Se pudieron importar nada más que 3 000 toneladas de productos previstos, que estamos utilizando actualmente en la papa. En el caso del nitrato de amonio se cumple al 57 %; la urea al 11 %, que es básica para el sector arrocero; además, el cloruro de potasio, importante en la fertilización del plátano y del arroz, solo estuvo el 8 % de lo necesitado», ejemplificó.

Mas, la premisa es no renunciar a los volúmenes de siembra ni a las producciones que la población necesita. Las alternativas están en el desarrollo de los cultivos rústicos. Según Rodríguez Rollero, en el caso del plátano se tienen 107 471 hectáreas, de las más de 150 000 planificadas.

Mientras, están disponibles 74 135 hectáreas sembradas de yuca, y de boniato se tienen en existencia 17 830 hectáreas, al cierre del mes de octubre.

Otras clases de productos, fundamentales en la mesa de la familia cubana, como el frijol destinado al balance, las viandas y hortalizas, además de la carne bovina y la leche para industria, no logran aún completar lo previsto para el año. Las siembras de alimento animal se encuentran al 94 %.

Otras soluciones, que en este 2020 fueron imprescindibles, no solo en la agricultura fue el vínculo de la ciencia con la producción. Al respecto, la viceprimera ministra, Inés María Chapman Waugh, resaltó el acompañamiento de la ciencia en la producción agrícola y los distintos avances en la producción agrícola local, chequeados sistemáticamente.

Por otra parte, Diosvany Acosta Abrahante, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas, reconoció las tareas desarrolladas por los jóvenes en el sector productivo y el propio vínculo entre la academia, las investigaciones y las maneras de hacer de los jóvenes imbricados en todas las tareas del país.

Otro de los indicadores señalados por el Ministro de la Agricultura fue el autoabastecimiento municipal, un programa que se chequea mensualmente y que tiene definidas dos grandes metas: lograr por mes 30 libras per cápita de viandas, hortalizas, granos y frutas, y llegar en una primera etapa a los cinco kilogramos de proteína de las especies menores para cada persona.

Sobre el primer objetivo, detalló que la aspiración debe ser entregar al balance de los municipios todos los meses 152 000 toneladas de estos cultivos, para alcanzar esas 30 libras. Sin embargo, solo se ha alcanzado como promedio unas 22,6 libras per cápita.

LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA: ESENCIAL PARA EL PAÍS

Al intervenir ante los diputados, Julio Andrés García Pérez, presidente del grupo empresarial azucarero Azcuba, explicó las condiciones sumamente difíciles y complejas en que se desarrolla la campaña azucarera 2020-2021 en el país.

Señaló que se logra cerrar 2020 con 585 309 hectáreas cubiertas con caña, el 68 %, y un área vacía de 293 000 hectáreas por incumplimiento, en lo fundamental, de la siembra en los últimos cuatro años, dejándose de sembrar 122 440 hectáreas. Entre sus principales causas se debió a:

• Problemas organizativos, de dirección y control en 116 cooperativas y 12 UEB de Atención a productores.

• Sequía en el norte de Villa Clara, sur de Camagüey y norte de Las Tunas, que ha limitado la siembra con riego entre enero y abril.

• Déficit de combustible diésel de junio a diciembre del año 2019 y en enero y febrero de 2020.

• Problemas climatológicos provocados por el ciclón Irma y la tormenta subtropical Alberto.

• Cooperativas sin créditos para la siembra y atención a la caña.

• Bajo porciento de aprovechamiento en la maquinaria de preparación de tierras en las empresas de Guantánamo, Granma, Matanzas y Artemisa, con menos del 70 %.

Del área vacía se planifican incorporar 20 000 hectáreas anuales a partir del año 2021; siendo Camagüey, Granma y Ciego de Ávila los últimos territorios que proyectan cubrir la misma.

El directivo comunicó que el plan técnico-económico de siembra de caña fijado para 2020 asciende a 135 648 hectáreas y, hasta la fecha, se han sembrado 103  652, el equivalente a un 76 %. Sin embargo, con el ritmo actual y la siembra en áreas de riego hasta diciembre, se estima superar las 108  658 hectáreas, que representan el 80 % del plan. Las provincias más atrasadas son: Villa Clara, Camagüey, Guantánamo, Ciego de Ávila y Artemisa.

Explicó que, luego de un proceso de intercambio con académicos, científicos, universidades, entidades de ciencia, expertos y productores de avanzada del sector, el grupo azucarero estableció los principios y las bases para elaborar el plan de producción de caña para el año 2021.

ZAFRA 2020-2021

El Presidente de Azcuba dijo que la zafra 2020-2021, por su parte, se realiza en condiciones más complejas, debido a la intensificación del bloqueo económico, la baja disponibilidad financiera para adquirir los recursos necesarios, la presencia de la COVID-19, la falta de rendimiento agrícola en la caña, el aumento del enyerbamiento por falta de herbicidas y la elevada obsolescencia tecnológica de las fábricas de azúcar.

A partir de las afectaciones provocadas por las lluvias, que impidieron comenzar los cortes, y los bajos índices de madurez de la caña, se reprogramó la arrancada de 17 centrales. Hasta la fecha solo dos han iniciado la producción: el central Dos Ríos, en Santiago de Cuba, y el central Enidio Díaz, en Granma.

García Pérez aclaró, al respecto, que al cerrar el año se deben haber incorporado a la molienda 31 centrales, mientras que los siete restantes comenzarán a producir  en el mes de enero de 2021.

A propósito del informe, el diputado José Antonio Pérez Pérez coincidió con que hay condiciones para cumplir la proyección de desarrollo prevista por la entidad.

Destacó que es imprescindible que los centrales inicien y terminen la zafra en el periodo adecuado. «No podemos continuar realizando zafra en mayo, mucho menos en junio, porque se sacrifica la eficiencia en las plantaciones y en la economía del país. Es el reto que tenemos hoy, como la atención a la base productiva», manifestó.