ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de Internet

Aunque ya hace más de un año que el Consejo Energético Nacional reforzó su sistema de trabajo para apoyar al país con el uso eficiente del combustible, todavía son muchas las insuficiencias que menoscaban su faena en los territorios.

Desde la demora en la toma de decisiones con quienes violan el plan de energía asignado o hacen caso omiso a otras indicaciones para el ahorro, hasta la falta de control al desglose de los planes metro a metro, transitan las causas de que ese propósito inicial solo se haya logrado hasta ahora con la concientización de las familias.

Los servicios estatales de la Salud, la Educación, la Industria Alimentaria y el Comercio continúan siendo a los que se les dedica casi el 90 % de las asignaciones de energía en varias provincias, porque son indispensables.

Durante la última sesión del Consejo Energético Nacional, Tatiana Amarán Bogachova, viceministra de Energía y Minas, constató que los servicios de este tipo terminan sobregirándose casi siempre, porque solo les entregan el plan mínimo de energía, a sabiendas de que son sensibles para la economía y la sociedad.

La habilitación de centros de aislamiento y la sobrecarga de los servicios hospitalarios para la lucha contra la pandemia, puede ser una de las causas en el sobreconsumo de la Salud; como lo es también el reinicio de las clases en varias provincias del país para la Educación, lo cual solo aumenta la premura por distribuir la electricidad de acuerdo con las necesidades reales en cada territorio.

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Javier dijo:

1

30 de septiembre de 2020

17:59:41


Si sigo ahorrando, mejor corto el servicio.

Juan Carlos Subiaut Suárez Respondió:


1 de octubre de 2020

10:58:29

Poco a poco se irá saliendo de la pandemia, se vencerá esta segunda ola, pero la recuperación económica será mucho más compleja por los problemas acumulados. El redesplegar de la industria ocasionará un alto consumo energético y tenemos que buscar, en los ahorros actuales, reservas que nos permitan acumular combustibles de generación. El país necesita desligarse de los altos consumos de energía eléctrica, en especial en estos tiempos. Los colectivos laborales, deben comprobar si hay sobregiros, y se realiza la autolectura del metrocontador, si el plan de consumo diario es de conocimiento de los trabajadores, y estos dominan y aplican el plan de medidas de ahorro desde cada puesto de labor y si en las asambleas de afiliados se debate un asunto tan importante. Pero no todo debe ser regulaciones (apagado) y desconexiones en horarios pico. Se impone a la vez, que lo consumido esté respaldado por un resultado, sea productivo, de servicios o social, y mucho mejor si se consigue con optimización. Entonces podremos hablar de ahorro. Añadí: En mi modesto criterio, la evaluación del consumo energético periódico no se puede quedar en quien cumple o quien no cumple con una cifra asignada. Es real que esta cifra sale de una desagregación de nuestras posibilidades de generación de energía y su sobregiro implicaría un sobreconsumo en la generación, en un gran %, de diésel, que tenemos que importar. Por ello y más en las condiciones actuales, consumir por debajo de esa cifra en cualquier entidad es un imperativo. Pero, esa evaluación debe llegar a que utilidad tiene ese consumo, que nivel de actividad ampara, es justificable o no. Hablemos de desempeño energético, de mejoramiento u optimización de indicadores de consumo. No se puede hablar de ahorro por dejar de consumir, o por consumir por debajo de una cifra y hacerlo de forma ineficiente, a cualquier costo, incluso sin resultados en la dirección deseada. Necesitamos que el consumo no supere la cifra asignada, pero es deseable que este sea eficiente.