
Matanzas.–Miguel Ángel Cobo no sabe a ciencia cierta cómo llegó hasta lo que hoy es su fértil finca, ni el día en que colocó el primer rollo de alambre para proteger a los animales, pero sí recuerda cuál era su ambición al fajarse con el marabú, porque lo tenía bien pensado.
«Voy a hacer, producir ese pedazo de tierra del Valle de Yumurí», le había dicho a sus amigos más cercanos. Así nació la finca La Fortuna, un segmento de suelo negro que bordea el río, a escasa distancia de la ciudad de Matanzas, «perdida» bajo la maleza de la espinosa planta por mucho tiempo, hasta que el campesino Cobo la transformó con su voluntad y la obstinada costumbre de trabajar de sol a sol.
En 2008, cuando le entregaron en usufructo las primeras hectáreas, quedó por delante la complicada tarea de limpiar y crear condiciones para la siembra. Al principio, él mismo pensó que era imposible «meter aquello en cintura», pero en poco tiempo la prosperidad de la finca se hizo visible, y desde la loma del Estero, una especie de balcón de esa llanura campestre, los curiosos notaron otra señal de vida a la vera del río Yumurí.
La finca, perteneciente a la cooperativa de créditos y servicios (ccs) Juan A. Morales, se ha ido extendiendo, y en estos momentos abarca poco menos de 40 hectáreas. Constituye hoy un sostén importante del autoabastecimiento
local, aunque cubrir la demanda de alimentos que requiere el municipio cabecera está bien lejos de ser un problema resuelto.
Los «fuertes» de la cooperativa son las producciones lechera y porcina. Cada día acopia alrededor de cien litros de leche y entrega unas 50 toneladas de carne de cerdo al año, como parte de un convenio porcino.
Según Cobo, en la finca producen, además, pienso criollo a partir de los residuos de cosecha, con lo cual mejoran la base alimentaria de los animales y acortan los periodos de ceba.
«Estamos ampliando las áreas de frijol negro, maíz y yuca, así como de otros cultivos, sobre todo, aquellos de ciclo corto. Ponemos énfasis en el plátano, uno de los más afectados tras el paso del huracán Irma. Optamos por más tierras para extender las áreas de siembra, pues esta producción es una de las prioridades de la provincia
«En la actual campaña incursionamos en el mango y ya hemos acopiado volúmenes importantes de esa fruta; también tenemos listos dos estanques, donde vamos a iniciar la siembra de 16 000 alevines de clarias, en un plan intensivo del llamado pez gato.
«Aquí no hay una sola pulgada de tierra ociosa, toda se aprovecha palmo a palmo, la mayor parte en la ganadería y el resto en los cultivos varios», insiste Cobo, mientras apunta con el dedo índice hacia las plantaciones.
Para él nada es inservible, les saca partido a todos los espacios, por eso es que la finca nunca ha retrocedido, asegura Arnel Cedeño, trabajador que asume las tareas vinculadas con la cochiquera.
Nunca está inactivo, siempre se le ve ocupado y en busca de iniciativas para incrementar los rendimientos agrícolas y poner en orden cualquier otro asunto, comenta Raúl García, otro de los obreros, también consciente de que, por su cercanía a la urbe, el aporte de la finca es básico en el autoabastecimiento del municipio de Matanzas.
Aunque reside en la ciudad de Matanzas, a Cobo es muy difícil encontrarlo en otro lugar que no sea en su finca.
«Estos no son tiempos para descansar y estar paseando. Los campesinos y productores en general tenemos el compromiso de duplicar los esfuerzos; es la única forma de sacarle más a la tierra para alimentar al pueblo en esta compleja situación que vive el mundo y nuestro país.
«En los resultados no hay magia ni secretos, solo dedicación, nada más. Y algo también importante, lo que se produce en la finca se entrega a Acopio en su totalidad».
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ana dijo:
1
16 de junio de 2020
08:03:06
Ariel dijo:
2
16 de junio de 2020
08:34:09
Cubano dijo:
3
16 de junio de 2020
10:26:15
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