
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este martes el silencio cómplice del gobierno de los Estados Unidos con respecto al ataque terrorista a la Embajada de Cuba en Washington, ocurrido el pasado 30 de abril. Lo anterior trascendió en conferencia de prensa virtual ofrecida en la sede de la Cancillería cubana.
Rodríguez Parrilla declaró a la prensa que el asalto fue perpetrado por el ciudadano Alexander Alazo Baró, una persona de origen cubano y que vive en Estados Unidos desde 2010.
El jefe de la diplomacia reconoció la actuación profesional y rápida de la policía local y del Servicio Secreto en el momento del ataque. Sin embargo, explicó que el Departamento de Estado demoró casi cinco días para ponerse en comunicación con las autoridades cubanas y emitir alguna comunicación de carácter oficial.
Advirtió que hasta este momento no se ha producido ninguna declaración pública de condena ni de rechazo a este acto terrorista, y que el Departamento de Estado y el Gobierno de ee. uu. han optado por silenciar este grave suceso.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba mostró imágenes donde se observa que el atacante se aproximó a la sede diplomática de nuestro país; gritó frases ofensivas; lanzó contra la reja una bandera cubana, profanada con varias frases incoherentes, y después trató de incendiarla con gasolina; luego atacó a tiros la Embajada, utilizando un fusil semiautomático de asalto.
Precisó, además, que durante el momento del ataque, donde se emplearon 32 proyectiles, había diez funcionarios cubanos en la sede diplomática y que el atacante confesó que iba con la intención de batir lo que hubiera delante, incluso seres humanos si hubieren estado en su línea de fuego.
El canciller cuestionó al gobierno estadounidense sus motivaciones para silenciar este hecho, mantenerlo alejado de la opinión pública y no lanzar mensajes de disuasión de actos como este; en cumplimiento de sus obligaciones legales.
Explicó que este hecho terrorista es resultado directo de la política y del discurso agresivo del gobierno de EE. UU. contra Cuba, del discurso de odio y de la permanente instigación a la violencia de políticos estadounidenses y grupos extremistas anticubanos.
Gobierno de EE. UU. incumplió obligación de prevenir este ataque
El canciller cubano dio a conocer, además, que Alazo Baró planificó el atentado con suficiente antelación, pues visitó el lugar de los hechos previamente y con fines de exploración dos semanas antes del ataque.
Según documentos legales, «Alazo Baró visitó un hospital, en el que seguramente expresó sus sentimientos y
delirios de persecución de supuestos grupos criminales cubanos o del propio Gobierno cubano, y posteriormente visitó las oficinas de varias agencias de aplicación de la ley, es decir, de varias agencias de seguridad nacional de Estados Unidos para formular acusaciones contra nuestro Gobierno y denunciar que este supuestamente pretendía asesinarlo», señaló Rodríguez Parrilla.
El Ministro expuso que le corresponde al gobierno de Estados Unidos explicar qué curso dio a esas acusaciones de Alazo Baró o cómo actuó tras las declaraciones de un individuo con esas características y esos antecedentes.
«Debo decir que se aprecia negligencia en la conducta del Gobierno de los Estados Unidos, que no actuó ante informaciones de esa naturaleza», expresó.
Asimismo, el titular del Minrex añadió que el señor Alazo Baró era poseedor de una licencia para portar armas, dueño de una pistola marca Glock; obtuvo en el periodo previo al ataque un fusil ak-47 y dos semanas antes, hizo una exploración in situ, en el lugar del hecho.
«El gobierno de los ee. uu. incumplió su obligación de prevenir este ataque del cual recibió señales suficientes» refirió.
De acuerdo con las informaciones brindadas por el canciller, en los documentos legales del arresto se registra que el atacante es una persona que sufre algún trastorno mental y que se encontró en su auto un paquete de cocaína. Amplió, además, que Alazo Baró tenía dificultades económicas, había perdido un negocio y no tenía empleo. Sin embargo, tenía licencia para armas y licencia de conducir.
«¿Cómo pudo haber permitido el Gobierno de los Estados Unidos, disponiendo evidentemente de estos antecedentes, que esta persona actuara de esa manera premeditada con ánimo de agresión y de matar?», cuestionó el ministro cubano.
En este sentido, indicó que correspondía al gobierno de ee. uu. realizar una investigación exhaustiva que permita determinar de dónde salió el dinero utilizado.
Gobierno de EE. UU. debe explicar vínculos de alazo baró
Según documentos legales, Alazo Baró actuó motivado por odio a Cuba y por temor a agresiones de supuestos grupos criminales cubanos, que todo el mundo sabe que no existen.
Sin embargo, Rodríguez Parrilla explicó que mientras Alazo Baró vivió en Cuba mantuvo una conducta social totalmente normal, con inclinaciones religiosas, se dedicó a la labor pastoral y que cumplió el Servicio Militar sin ninguna dificultad o suceso relevante alguno.
Añadió que en el año 2003, el atacante viajó a México para asentarse allí, en 2010 se mudó a Estados Unidos y durante su residencia en el exterior visitó nuestro país en ocho ocasiones, la última de ellas en 2015, y recibió servicios consulares de manera normal. «De manera que ha quedado establecido que el señor Alazo Baró nunca tuvo ni ha tenido ningún problema en Cuba ni con su país de origen», indicó.
«Hay que preguntar al Gobierno de los Estados Unidos cómo un individuo con una conducta normal, religiosa, pacífica, se transforma en alguien con problemas mentales que, con escasos recursos económicos, se hace poseedor de un fusil de asalto, se traslada, viaja de un estado a otro de la Unión y se lanza a cometer una agresión armada contra una sede diplomática en la capital de esa nación», continuó.
El canciller cubano expresó que es obligación del gobierno estadounidense investigar con precisión cuáles son los vínculos de Alazo Baró con grupos e individuos, dentro de Estados Unidos, con una trayectoria conocida de manifestaciones de odio y de instigación a la violencia o, incluso, al terrorismo contra Cuba.
Informó, además, que Alazo Baró, durante su estancia en Miami, se asoció a un centro religioso llamado Doral Jesus Worship Center (Centro de oración de Jesús, en Doral, en Miami Dade), en el que se reúnen personas con reconocida conducta a favor de la agresión, la hostilidad, la violencia y el extremismo contra Cuba.
En ese centro, el atacante entró en contacto con el pastor Frank López, «un individuo que mantiene estrechas relaciones con personas como el senador Marco Rubio, con el venezolano Carlos Vecchio y con otras figuras de conocido extremismo contra Cuba y promotores de la agresión a nuestro país, incluido el congresista Díaz-Balart», argumentó.
Agregó que, curiosamente, el Vicepresidente de Estados Unidos visitó hace poco tiempo esa iglesia; antes, el 1ro. de febrero de 2019 había pronunciado allí un discurso de franca hostilidad contra Cuba, de desprecio hacia América Latina y de amenazas a la región.
El canciller cubano argumentó también que entre las personas con quienes Alazo Baró se asoció estrechamente, en esa Iglesia, está el ciudadano de origen cubano Leandro Pérez, quien en su propio perfil de Facebook se declara como amigo cercano del tirador, a quien dice conocer y apreciar.
«Leandro Pérez es conocido por sus incitaciones públicas en las redes sociales a favor de acciones de magnicidio en Cuba, ha singularizado en sus llamados a acciones violentas, precisamente contra el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez», manifestó.
Leandro Pérez también ha usado las redes y sus contactos para promover ayuda al terrorista Ramón Saúl Sánchez, cuya violación sistemática de las propias leyes norteamericanas provocó la orden de deportación, que, sin embargo, no se ejecutó.
Por su parte, Alazo Baró tiene un perfil en Facebook bajo el nombre de Hamilton Alexander, en el que comparte los mensajes de un individuo que promueve canciones de estilo y contenido marginal, con incitaciones abiertas a actos de violencia contra funcionarios diplomáticos, precisamente en ee. uu.
Rodríguez Parrilla mostró que en ese perfil se observan vínculos con los autores de actos de profanación contra los bustos o esculturas de José Martí que se produjeron, para ofensa de nuestra nación, hace algunos meses.
«Emplazo al Gobierno de los Estados Unidos a explicar qué sabe sobre esos vínculos, qué conoce de los contactos y admiración mutua entre Alazo Baró e individuos que pertenecen a agrupaciones seguidoras que apoyan al actual Gobierno de los Estados Unidos, pero que también incitan constantemente a la violencia y al odio contra Cuba», expresó.
Enfatizó en que es obligación del Gobierno de Estados Unidos aclarar qué influencia ejerció en la conducta de Alazo Baró el sentimiento y la acción agresiva contra Cuba que se promueve en el Doral Jesus Worship Center, de Miami, qué papel pueden haber
desempeñado los individuos que he mencionado en la decisión de Alazo Baró de abrir fuego contra la Embajada de Cuba.
Odio inducido
Bruno Rodríguez refutó, asimismo, que el silencio cómplice del gobierno de ee. uu. se torna sospechoso, cuando se conoce que sus servicios de aplicación y cumplimiento de la ley tienen un monitoreo constante y preciso de los grupos violentos que actúan incluso contra Cuba en ese país e incluso se ufanan de ello.
«Hay derecho a preguntarle al señor secretario de Estado Mike Pompeo qué sabe él de estos asuntos, sobre todo, cuando suele pronunciarse de manera constante con relación a Cuba; pero que, sin embargo, no ha dicho una palabra sobre el ataque ocurrido», comentó.
Calificó de deplorable la actitud de Pompeo, quien mientras mantiene silencio sobre el ataque terrorista, se pronuncia contra Cuba y ataca la cooperación médica internacional cubana, incluso en medio de la pandemia de covid -19.
El canciller refirió que es muy difícil separar la acción de Alazo Baró del discurso constante de los funcionarios del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, contra nuestra cooperación médica, que alienta, que incita a la violencia contra personal médico cubano y sus constantes ataques contra la actividad diplomática de nuestro país.
Describió al gobierno de ee. uu. como un gobierno «que aplica una política genocida, que defiende como legítimo castigar a todo un pueblo que ha decidido ser libre, que aplica un bloqueo económico, comercial y financiero que tipifica, según la Convención contra el Crimen de Genocidio, como un acto de genocidio; un gobierno que considera aceptable agredir a las familias cubanas».
Y se cuestionó, ¿qué relación existe entre esas políticas y estos actos?
«Yo afirmo de manera directa que este ataque contra la Embajada de Cuba, de naturaleza terrorista, es un resultado directo de una política oficial de instigación al odio y a la violencia contra mi país», planteó.
Expuso, además, que quien escuche los pronunciamientos y falsedades constantes del Departamento de Estado y del propio Secretario de Estado, observará que hay una apelación al resentimiento y al odio a Cuba.
«El que entienda que actúa en línea con la política agresiva y de hostilidad que pregona y practica constantemente el Gobierno de los Estados Unidos, puede sentirse alentado a cometer actos violentos. Quien crea que coincide con mensajes de odio y de violencia contra Cuba, que se promueven a diario en la radio, en la televisión y en las redes sociales de figuras oficiales y de grupos violentos desde territorio norteamericano, puede asumir que cuenta con respaldo para cometer actos como el del 30 de abril», puntualizó.
El canciller cubano evidenció que si hubo odio en la actuación de Alazo Baró, puede afirmarse que es un odio inducido por el discurso agresivo del Gobierno de Estados Unidos, de los políticos y agrupaciones que viven de la hostilidad contra Cuba y resultado de la acción de promoción de la violencia que se realiza por diferentes grupos, en particular, en Miami.
El Gobierno de Cuba espera por resultados de una investigación exhaustiva y a fondo
«El Gobierno de Cuba espera por resultados de una investigación exhaustiva y a fondo de este ataque terrorista. Veremos si el Gobierno de los Estados Unidos encuentra alguna explicación plausible a los vínculos de Alazo Baró con las agrupaciones extremistas y violentas que he mencionado, y cómo explica la relación ineludible entre esos vínculos y esos actos y el ataque contra nuestra misión diplomática», advirtió.
Rodríguez Parrilla mostró imágenes de personas que, apenas horas después del ataque, se acercan y fotografían la Embajada de Cuba, y que son de reconocida conducta agresiva y de hostigamiento contra esa sede diplomática, entre ellos Marcheco Suárez y Mario Félix Leonard Barrós, ambos asiduos participantes en actos de hostigamiento contra los diplomáticos cubanos. Pidió al gobierno estadounidense que en su momento se aclare esto.
Añadió que «corresponde al señor secretario de Estado, Mike Pompeo, dar respuestas al pueblo de Estados Unidos, al pueblo de Cuba y a la opinión pública internacional sobre estos graves hechos y la evidencia ineludible que acabo de presentar».
Se refirió también a la larga y cruenta historia de terrorismo contra las misiones diplomáticas de Cuba en la nación norteña y contra nuestros funcionarios.
«Once mártires tiene el servicio exterior de la República de Cuba, asesinados violentamente por grupos terroristas, uno de ellos en 1980 en una avenida céntrica en Quinns, en la ciudad de Nueva York. El asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier en una avenida céntrica de Washington es también parte de esa historia», amplió.
Reiteró que el gobierno de ee. uu. ha optado por silenciar, no denunciar, no condenar, no rechazar un acto terrorista cometido contra una sede diplomática en Washington.
«El ametrallamiento contra la Embajada de Cuba con un fusil de asalto y con la intención de matar, es resultado directo de la política agresiva del Gobierno
de Estados Unidos contra Cuba y de la tolerancia e instigación a la violencia de políticos y grupos extremistas anticubanos que han hecho de los ataques de este tipo un medio de vida», replicó.
Asimismo, expuso que no es un secreto que los sectores con una trayectoria extrema contra Cuba han logrado una influencia desproporcionada en la Casa Blanca y algunos de ellos hoy participan en el control, lamentablemente, de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
«Estos son los hechos alrededor del ataque y las causas profundas que llevaron a este, junto a la omisión del Gobierno de los Estados Unidos de condenar y denunciar, y junto a su negligencia criminal de no haber atendido los numerosos datos que tuvo previamente y que le pudieron haber permitido evitar que este ataque terrorista se consumara», concluyó.
En respuesta a la interrogante del diario Granma sobre las reacciones de otros actores en Estados Unidos, Rodríguez Parrilla declaró que varios senadores y congresistas han condenado lo ocurrido y expresado solidaridad frente a un hecho de naturaleza terrorista como este. Así como numerosos ciudadanos y ciudadanas norteamericanos, diplomáticos, embajadores acreditados en Washington, numerosos países y cubanos residentes en distintos países.
La agencia de prensa dpa inquirió sobre ¿cuál sería el siguiente paso diplomático de Cuba?
El Ministro precisó que «esperamos porque el Gobierno de los Estados Unidos cumpla con sus obligaciones bajo tratados internacionales. Apelaremos a todas las instancias de Derecho Internacional. A menos que haya resultado evidente y apropiado, continuaremos nuestra denuncia», dijo.
Expuso que seguiremos garantizando de manera plena y absoluta la seguridad de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, de sus diplomáticos y de todas las demás.
«Tenemos la esperanza de que el Gobierno de los Estados Unidos intente por lo menos hacer coincidir su retórica contra el terrorismo y su política de lucha contra el terrorismo internacional con sus responsabilidades ante un ataque terrorista que se ha producido contra una Misión Diplomática en el centro de Washington», afirmó.
Fuente: Versiones Taquigráficas de la Presidencia de la República
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