Sancti Spíritus, una zafra discreta pero eficiente

SANCTI SPÍRITUS.–Halados por el aporte del central Uruguay y sobre todo por la eficiencia de sus industrias, los azucareros espirituanos cortaron una racha adversa de tres campañas consecutivas y se convirtieron la víspera en los primeros del país en cumplir su plan de producción de azúcar.

«Los niveles de molida no fueron altos, pero la eficiencia de los centrales salvó la zafra y la estrategia siempre fue sacarle el máximo de azúcar a la caña», aseguró a la prensa Aselio Sánchez Cadalso, director de la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, para quien la cosecha tuvo entre sus méritos la planificación objetiva, que arrojó con acierto las reales posibilidades productivas a partir de la materia prima disponible.

Detrás de los altos índices de recobrado, aprovechamiento del Rendimiento Potencial de la Caña (RPC) y el rendimiento industrial, indicadores en los que sobresalieron los azucareros espirituanos durante toda la campaña, los especialistas reconocen la calidad de la materia prima que llegó hasta los basculadores y la fibra de los hombres que lucharon contra carencias de todo tipo a lo largo de una campaña, que en toda Cuba no sobresale precisamente por los altos volúmenes productivos.

Al final de la contienda los trabajadores azucareros de la provincia, como los del resto del país, tuvieron que adaptarse a un imponderable mucho más pernicioso que las carencias materiales y la escasez de materia prima: el azote de la COVID-19, que los obligó a estrictas medidas de seguridad en aras de no perjudicar a los trabajadores que se mantuvieron en activo lo mismo en el corte y el tiro que en el proceso fabril.

Vencida la zafra 2019-2020, los espirituanos tienen previsto mantenerse moliendo para conseguir un modesto extra que mucho necesita el país, y luego concentrarse en la atención a las plantaciones y en la campaña de siembra con vistas a incrementar los volúmenes de materia prima en próximas campañas.