CAMAGÜEY. — Espacio inigualable para el encuentro íntimo entre los autores, sus obras y el público amante de la lectura, el Casino Campestre acoge entre el 4 y el 8 de marzo la versión lugareña de la Feria del Libro en su edición 29, una fiesta que involucra a todas las instituciones culturales de la localidad.
Desde el mismo instante inaugural, bajo los frondosos árboles del mayor parque urbano de Cuba una amplia red de pabellones, librerías y estanquillos expende más de 350 títulos diferentes, buena parte de los cuales las principales editoriales del país han dedicado al universo infantil y juvenil.
Mientras ello ocurre en el acogedor sitio citadino, en el vecino Café Literario La Comarca, de la Casa del Joven Creador, tiene lugar un programa teórico-literario de lujo, que acerca a intelectuales, investigadores, historiadores y estudiantes a asuntos de primer orden para los destinos de la cultura nacional.
Momentos especiales de la cita han constituido el homenaje, a través de mesas redondas, paneles y conferencias, a la investigadora y ensayista Ana Cairo Ballester y al dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, dos intelectuales de valía a los que se ha dedicado este año la fiesta del libro y la literatura en Cuba.
Al decir del historiador Desiderio Borroto Fernández, tampoco ha faltado en estas jornadas de recuento y tributo la merecida evocación a «una de las damas de las letras camagüeyanas, una apasionada agramontina que nos dejó prematuramente: la historiadora y escritora Elda Cento Gómez».
Invitados a la edición 29 de la Feria del Libro en Camagüey asisten el periodista franco-español Ignacio Ramonet y los escritores Froilán González y Adys Cupull, quienes presentarán algunos de sus títulos recientes y sostendrán encuentros con escritores, periodistas, estudiantes y público en general.
Gratas sorpresas esperan igualmente por estos días a lugareños y visitantes en La Carpa de la Reina, La Glorieta, el Pabellón Infantil, la peña La Terraza Campesina, el Complejo Cultural Ateneo-Vietnam y el Proyecto El Callejón de los Milagros, espacios privilegiados para el disfrute espiritual.
El programa de la Feria del Libro se extiende, además, a instituciones culturales, centros de investigación, escuelas, universidades, unidades militares, barrios y comunidades de la periferia de la ciudad, una excelente manera de llegar a todos con una muestra de lo mejor de la producción editorial cubana.







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