Era de madrugada pero aún así se iluminó la ciudad. Cómo no iluminrse, si nada tiene más brillo que la libertad y la heroica Caravana, encabezada por Fidel, y portadora de la seguridad de ese definitivo sol libertario, estaba en tierra tunera. Era el 4 de enero de 1959.
Cuentan que, a pesar de la hora, todo aquel que lo supo salió a saludar a sus barbudos, y los combatientes de este terruño, patriota y batallador, se les unieron en el tránsito glorioso hacia la capital.
Porque tenemos memoria, porque vivimos orgullosos y comprometidos con la historia que nos ha precedido, una vez más la Caravana de la Libertad llegó al balcón del oriente, pinos nuevos, hijos por herencia patriotica de aquella Generación del Centenario, reeditaron el suceso, acompañados una vez más por el pueblo.
La Plaza Martiana de la ciudad cabecera, acogió el acto de recordación, que fue también momento propicio para la entrega, a nombre del Partido y de la Unión de Jóvenes Comunistas, de un reconocimiento a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y valiosos muchachos y muchachas recibieron su carné como militantes de la organización juvenil.
A nombre de las nuevas generaciones, la pionera Claudia Vázquez Bermúdez, recordó que hoy el compromiso esencial con Fidel y con los máximos dirigentes del país, es el esfuerzo para ser cada día mejores estudiantes, ciudadanos, revolucionarios y hacer el bien en cada obra cotidiana.
Por su parte, Milena Pérez Correoso, primera secretaria de la UJC en el municipio cabecera, se refirió al protagonismo de la juventud en el perfeccionamiento del modelo económico y social, así como el trabajo permanente con los niños, adolescentes y jóvenes, que son el relevo de las actuales generaciones.
Sin duda, fue esta una jornada de reafirmación de valores, pero, sobre todo, de inmenso respeto a la historia.
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