Como una oportunidad para el desarrollo en manos de los consejos de la administración en cada municipio podría catalogarse el impuesto para la contribución al desarrollo local, ese tan conocido 1 % que ha resuelto más de una emergencia o planteamiento de las localidades que no encontraban fuentes de financiamiento.
El mejoramiento de viales, la revitalización de instituciones culturales y deportivas, de policlínicos y hospitales, unidades de la gastronomía y los servicios, entre otras instalaciones, han encontrado respuesta en este fondo para beneficio de la población.
Sin embargo, la propia experiencia y las circunstancias empiezan a hacer comprender a las administraciones locales la relevancia de emprender, con este impulso, proyectos productivos que creen no solo bienes y servicios, sino también fuentes de empleo y de nuevos ingresos para un municipio que, en virtud de la autonomía, debe tomar las riendas de su desarrollo. 
IDENTIFICAR LAS POTENCIALIDADES, UN PRIMER PASO
Apostando por la belleza de la serranía pinareña, el proyecto de ecoalojamiento La Guacamaya aspira a recibir sus primeros huéspedes a finales de 2020.
Sin el renombre de Viñales, pero comparables en materia de encantos con el mítico valle jurásico que cada año atrae a decenas de miles de visitantes, muchos paisajes de Vueltabajo constituyen verdaderos diamantes en bruto que muy bien pudieran multiplicar el impacto del turismo en la provincia.
Por eso, especialistas de la Empresa Agroforestal del municipio de La Palma y del Centro de Gestión Estratégica para el Desarrollo Local (Gedel), trabajan desde hace algún tiempo en esta primera iniciativa, en la zona de San Andrés, que luego pudiera replicarse en otros puntos de la geografía pinareña.
Jesús Alberto Gorgoy, director de Gedel, explica que es uno de los proyectos que se impulsan en la actualidad, con los fondos de la contribución territorial para el desarrollo local y otras fuentes de financiamiento.
El objetivo es abrir nuevas perspectivas para la región, que dinamicen su economía, se traduzcan en la creación de empleos, la ampliación de servicios, el incremento de las ventas y la captación de ingresos para seguir generando experiencias de este tipo.
Se trata de un principio esencial en este proceso, pues la identificación de potencialidades es el primer paso para emprender un camino más largo, que es el de echar a andar proyectos que rindan frutos y que no se queden solamente en el remozamiento o la construcción de un edificio.
Semejante espíritu anima hoy la restauración capital de La Dominica, en Cárdenas, Matanzas, un anhelo de los pobladores que deseaban el resurgir del emblemático lugar donde el 19 de mayo de 1850 ondeó por primera vez en Cuba nuestra Enseña Nacional, pero que irá mucho más allá del rescate del sitio histórico.
Aprovechando el valor patrimonial del inmueble, su historia y arraigo, los cardenenses no solo podrán contar con un espacio para revivir los hechos de antaño, sino que se convertirá en una instalación hotelera que permitirá el ingreso de divisas, necesarias para resarcir la inversión, pero también para aportar al desarrollo del territorio.
Cada localidad tiene áreas que puede explotar, ya sean sus recursos naturales, su riqueza cultural o pensar en cuestiones tan necesarias como la producción local de materiales de la construcción, un elemento imprescindible para poder hacer realidad la política de la vivienda aprobada en el país.
Precisamente en este programa ha estado uno de los caminos que ha recorrido en Matanzas la contribución al desarrollo local. Según explica Lourdes Sarmiento, vicepresidenta del Consejo de la Administración Provincial, aunque una parte considerable del 1 % se ha utilizado en el sector de salud pública y para dar respuesta a necesidades
constructivas y de mantenimiento a las instituciones educativas, básicamente en la capital provincial y el municipio de Cárdenas, desde 2018 se respalda asimismo la compra de equipos y componentes necesarios para impulsar la producción de materiales de la construcción a instancia municipal.
En estos años alrededor de 180 millones de pesos tributados por las entidades matanceras se han incorporado a las fuentes de financiamiento, de acuerdo con Alina Vera Bouza, directora provincial de Finanzas y Precios, y se estima que en 2019 la cifra alcance más de 41 millones. El reto está en que ese aporte sirva para reanimar espacios y también para multiplicarse en programas y proyectos de interés a nivel del consejo popular.
EQUILIBRIO Y ALIANZAS PARA EL DESARROLLO
Yosmany Leal, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM) en Pinar del Río, apunta que pensar en el desarrollo no significa renunciar a la posiblidad de emplear parte de estos fondos en un grupo de acciones que se necesitan en los municipios y para las cuales los presupuestos son deficitarios.
Recuerda, en este sentido, que en vísperas del aniversario 150 de que Pinar del Río recibiera el título de ciudad (2017), el uso de estos recursos tuvo un papel decisivo en la reanimación de decenas de obras. «Como con el plan de la economía no era suficiente para todo lo que se pretendía transformar, nos fuimos insertando en el programa y apoyando la recuperación de unidades y la creación de nuevos espacios».
La clave está, entonces, en buscar el equilibrio necesario, pues la mejor manera de avanzar es lograr que el dinero se emplee en proyectos que se traduzcan en encadenamientos productivos, aumento de los servicios y que además se pueda recuperar para poder emprender nuevos proyectos, precisa Yosmany Leal.
«Cuando se apoya al sector empresarial, eso crea fuerza de trabajo, ventas, utilidades, que a la vez se retribuyen en ingresos cedidos al municipio», añade el Vicepresidente del cam de Pinar del Río, quien asegura que la prioridad a la hora de utilizar los diez millones de pesos que se disponen aproximadamente cada año mediante el aporte del 1 % en este municipio ha estado dirigido a incrementar la producción de bienes y servicios.
También en Los Palacios se defiende el concepto de que al menos el 70 % del dinero de la contribución territorial tenga como destino iniciativas económico-productivas. José Ramón Cabrera, vicepresidente del cam, menciona entre ellas el rescate de las capacidades de alojamiento en varias unidades de la empresa de comercio, una fábrica de helado y un centro de producción de materiales de construcción.
«Aunque también hemos reparado parques y otras obras sociales, el mayor esfuerzo se dedica a aquello que pueda generar ingresos para poder seguir impulsando nuevos proyectos».
En este sentido, en los últimos tiempos se han ido extendiendo las experiencias de cofinanciación.
«Los fondos de la contribución territorial son en cup, y para acometer cualquier acción en el ámbito económico-productivo, muchas veces se requieren tecnologías o recursos que deben importarse o adquirirse dentro del país, pero en cuc, por lo que se hace necesario asociar estos fondos a otras fuentes de financiamiento», explica Jesús Alberto Gorgoy.
Un ejemplo de ello es lo ocurrido en el parque La Güira, en el municipio pinareño de Los Palacios, que figura como una de las primeras inversiones emprendidas en el territorio donde convergieron los fondos de procedencias diversas. Era la única manera de recuperar las obras de arte, los jardines, el lago para los paseos en bote, los restaurantes, las cabañas, las piscinas, luego de más de dos décadas de abandono y convertirlas en ese espacio agradable que es hoy, con una amplia variedad de opciones recreativas y gastronómicas.
La práctica se ha seguido extendiendo por varios municipios de Vueltabajo. Gorgoy apunta que, en el marco de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (Padit), se han concretado varios proyectos, entre los que figura una batería de casas de cultivo protegidos, asociada a la empresa Cubaquivir, en Los Palacios, encargada de asegurar posturas de calidad para el polo productivo del municipio, y una minindustria de conservas en Consolación del Sur, para aprovechar las potencialidades de la agricultura y evitar las pérdidas durante los picos de cosecha.
También con el apoyo de la colaboración internacional se echó a andar en el municipio de Mantua un centro para la producción de elementos de barro destinados al programa de la vivienda.
Ninguno habría sido posible sin la cooperación entre gobiernos territoriales, empresas y otros actores que han contribuido a la cofinanciación de proyectos.
En la minindustria de conservas consolareña, por ejemplo, los fondos de la colaboración internacional garantizaron la importación de los equipos, los de la Empresa Alimentaria de Pinar del Río aportaron otros recursos necesarios, mientras los del uno por ciento ayudaron a costear la obra civil y el montaje de la tecnología.


                        
                        
                        
                    





    
    










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Alejandro dijo:
1
21 de agosto de 2019
05:52:15
Reiter suarez espalter dijo:
2
21 de agosto de 2019
08:21:42
Alberto Zambrana Linares dijo:
3
21 de agosto de 2019
09:06:24
María Josefa Rivera Calvo dijo:
4
21 de agosto de 2019
19:34:32
Roberto dijo:
5
21 de agosto de 2019
19:38:41
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