Durante muchos años la mayoría de las prendas empleadas por los trabajadores del turismo para ejercer sus funciones, en especial los uniformes y otros productos como sábanas, fundas y las toallas utilizadas en el avituallamiento de las habitaciones, eran adquiridas en el exterior, fundamentalmente en China, lo cual significaba un gasto adicional para un sector que es la locomotora de la economía cubana.
Conscientes de la necesidad de aligerar esa pesada carga, desde hace unos tres años la industria sin humo viene apostando por la industria nacional, la cual ha demostrado, no sin algunos tropiezos, que está en condiciones de enfrentar el reto de abastecer al turismo y hacerlo, además, con la calidad que demanda ese sector.
Yadira Monagas González, directora de la unidad empresarial de base ITH Villa Clara, entidad que en su momento se encargó de abastecer a los distintos hoteles y entidades de la red extrahotelera de los uniformes empleados por sus trabajadores, señala que ahora, contrario a otros momentos, se adquieren esas prendas en talleres textiles de algunas provincias como Ciego de Ávila, donde se ubica Confecciones Trébol, especializado en elaborar estas prendas, entre otras producciones.
También se le ha comprado esa ropa a Confecciones Gala, en la capital, con muchos años de experiencia en ese renglón y que pertenece a la Empresa de Confecciones Textiles Boga, comentó la directiva, quien añadió que en las instalaciones turísticas de Villa Clara visten a todo el personal, desde el cocinero hasta el portero, con tejidos procedentes de la industria nacional.
A ese sector también se le garantizan otros renglones, como sobrecamas y cortinas, explica Yariel de la Coba Fuentes, especialista comercial de ITH en Villa Clara, quien asegura que la calidad de las elaboraciones varía, en especial en las prendas inferiores, es decir, las sayas y los pantalones, en algún momento muy propensos a las roturas y los desperfectos en las costuras y los zíper.
«Por razones como esa hubo momentos en que debimos hacer algunas reclamaciones, las que fueron atendidas con prontitud», reconoce Yariel, quien añade que hoy la calidad de los uniformes es superior a cuando se inició la experiencia, aunque es un asunto al que debe darse seguimiento.
Por su parte, Vicente Lucas Fariñas, director del grupo hotelero Islazul en la provincia, expresó satisfacción por la calidad que muestran los uniformes adquiridos en Confecciones Trébol, que a su entender ha ido perfeccionando su accionar desde que tomó la responsabilidad de producir para el turismo.

EL RETO DIARIO DEL HACER
Aunque la obsolescencia tecnológica es un obstáculo que no puede pasarse por alto, el movimiento anirista y el alto sentido de pertenencia de sus casi mil trabajadores ha permitido que la UEB Confecciones Melissa, de Las Tunas, exhiba entre otras la condición de Vanguardia Nacional, y que cinco de sus siete fábricas hayan sido declaradas como centros con Cultura Industrial al Detalle.
Su directora, Tania Reygada Pérez, declaró a este medio de prensa que hoy la sustitución de importaciones descansa esencialmente en la producción de uniformes para los trabajadores del turismo, Cubana de Aviación y Correos de Cuba.
«Solo se importa la materia prima, no importamos producciones terminadas. Hasta ahora estas prendas han tenido muy buena aceptación y eso responde a que tenemos un sistema de gestión de la calidad certificado, que comienza desde el momento justo en que recibimos la materia prima hasta que se procede al empaque de cada una de las piezas».
En relación con este aspecto, Rosa Mary Llero Sánchez, especialista de comunicación, señaló que se ha llevado también un proceso vital de atención a la posventa, lo que permite conocer y medir el nivel de satisfacción del cliente.
«Cuando vamos a realizar producciones nuevas tratamos de hacer talleres de calidad, de explicar las especificidades de esa producción para que cumpla con los requisitos necesarios. Todo ello pasa también por un sistema de comunicación institucional que busca el intercambio constante con los trabajadores», apuntó.

UN SEGMENTO DE MERCADO IMPRESCINDIBLE
Hace alrededor de cuatro años la industria textil cubana asumió la producción de uniformes corporativos y de cocina para los trabajadores del turismo. Hasta importantes polos como Guardalavaca, Varadero, Cayo Coco y Viñales han llegado las prendas elaboradas por la UEB tunera, asevera Georgina Cárdenas Ariza, especialista en gestión comercial.
«Hemos logrado un alto nivel de satisfacción, sobre todo porque damos respuesta a las curvaturas de tallas, que fue un reclamo de estos trabajadores durante mucho tiempo. El trabajo se hace sobre la base de un contrato que se firma primero a nivel de empresa y luego por parte de nuestra UEB, con cada uno de los hoteles. Todas nuestras fábricas se vinculan al cumplimiento de lo pactado».
Con el fin de ampliar el espectro de producciones destinadas a este sector, ya se ha iniciado la puesta en marcha de máquinas de nueva línea, para las que se capacitan a los operarios, como explicó la directora de Melissa en Las Tunas.
«Esta nueva línea será operada por 23 miembros de nuestro personal y es una tecnología destinada a producir lencería para hoteles (sobrecamas, cortinas, almohadones, es decir, todo lo que lleva el montaje de una habitación). Ahora estamos en la fase de la preparación de esos trabajadores, esencialmente de la brigada de montaje, que son compañeras con máquinas portátiles que llegan hasta el lugar para hacer cualquier ajuste a las piezas terminadas. Es un reto que vamos a asumir, con gran responsabilidad».




















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Oscar Ramos Isla dijo:
1
20 de junio de 2019
10:11:28
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