SANTIAGO DE CUBA.-Mariana Grajales Cuello, a quien la entrega de los hijos, sus energías y el amor por la libertad de los cubanos, la hizo merecedora de llamarse Madre de la Patria, recibió en este domingo tan especial el homenaje de los santiagueros en nombre del pueblo cubano, en el cementerio Santa Ifigenia, de esta ciudad.
Una ofrenda floral a título de millones de hijos cubanos, colocada junto al panteón que guarda sus restos, por un destacamento de ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias integrado al igual que la guardia de honor por jóvenes mujeres, inició el tributo en el sendero de los fundadores de la nación que igualmente resalta a Martí, Céspedes y Fidel.
Fue ella una de las mujeres que más conmovió el corazón del Apóstol, quien por la entrega de trece de sus hijos a la lucha, y marchar como su esposo a la manigua redentora la llamó «leona», con esa admiración que luego al morir recalcó: «Patria en la corona que deja en la tumba de Mariana Maceo, pone una palabra: «¡Madre!».
«¿Qué había en esa mujer –añadiría impresionado meses después--, qué epopeya y misterio había en esa humilde mujer, qué santidad y unción hubo en su seno de madre, qué decoro y grandeza hubo en su sencilla vida que cuando se escribe de ella es como desde la raíz del alma, con suavidad de hijo, y como de entrañable afecto?».
Precisamente así, desde la raíz del alma y con suavidad de hijo, los miembros de Comité Central del Partido y máximas autoridades del Partido y el gobierno en la provincia, Lázaro Expósito Canto y Beatriz Johnson Urrutia, respectivamente, encabezaron el depósito a título personal de rosas sobre la tumba de Mariana, por el Día de las Madres.
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