ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Al cierre del primer trimestre del año había en el país 136 831 acciones constructivas aprobadas por subsidio; de ellas se habían terminado 82 839, el 61 %. Foto: Cortesía del autor

Matanzas.–Por años, Julia se hizo ilusiones de mejorar el estado constructivo de su humilde vivienda, ubicada en un punto cercano a la Ermita de Monserrate, en esta ciudad, y donde vive junto a su hijo Wilber, aquejado de discapacidad motriz debido a una parálisis.

El poder adquisitivo familiar alcanza para muy poco y mucho menos para asumir una obra de ese tipo por esfuerzo propio. Por eso Julia, de 72 años de edad, y su hijo Wilber, vieron los cielos abiertos cuando el país puso en vigor en 2012 el programa de subsidios para beneficiar a las personas con desventaja social, de menos recursos y más necesitadas.

Tomando en cuenta su realidad social, le aprobaron un subsidio de 10 000 pesos, con lo cual hicieron algunos arreglos interiores en la casa, esencialmente en el baño, y pudieron crear las condiciones mínimas para habitarla.

«En tres meses se hizo todo. Un vecino nos ayudó en la transportación de los materiales y otros apoyaron en los trabajos de albañilería. Eso facilitó las cosas. Luego nos visitó el inspector y dijo que iban a apoyar con las ventanas y puertas, pero no fue así.

«De todos modos, estamos muy agradecidos. De no ser por el subsidio, a estas alturas la casa ya se hubiera caído». 

LA CHISPA ENCENDIDA

No muy distinta es la situación de Regla, residente también en esta ciudad y madre de un niño con discapacidad motora. Sus ingresos apenas rebasan los 300 pesos mensuales.

«Esto se encontraba en un estado constructivo caótico. El techo se nos venía encima, por suerte nos dieron un subsidio por 58 000 pesos. Alcanzó para hacerlo todo nuevo: la cocina, el baño, la cubierta, las paredes y la instalación eléctrica.

«No puedo quejarme de la mano de obra. Dos trabajadores por cuenta propia hicieron el mayor porcentaje de las labores constructivas y cobraron la mitad del precio. No fue así con la transportación, que realmente resultó muy costosa.

«Sé que en este asunto existe una retahíla de obstáculos y demasiados trámites, pero yo arreglé mi vivienda totalmente en un plazo de tiempo bastante breve. Eso sí, estuve siempre con la chispa encendida y muy al tanto de la disponibilidad de materiales para adquirirlos lo más rápido posible.

«Creo que este es uno de los programas más humanos de la Revolución. Nosotros no lo olvidaremos, porque gracias a esa ayuda hoy tenemos una casa confortable y sólida».

EL IMPULSO PUDIERA HABER SIDO MAYOR

Según cifras de la Dirección Provincial de la Vivienda, desde el comienzo de su implementación en 2012 el territorio ha otorgado subsidios para la construcción o rehabilitación de viviendas por un valor superior a los 330 millones de pesos, lo cual ha permitido beneficiar a 5 591 familias matanceras. Son personas que han culminado las acciones constructivas y mejorado sus condiciones de vida.

Se trata de un programa de gran alcance, por su naturaleza justiciera. Eso lo comprende todo el mundo y despierta un sentimiento de gratitud en la población, como sucede con las madres Julia y Regla, por solo citar a dos. Pero el impulso del mismo debió ser mayor, según algunos entrevistados.

Más de 2 600 familias no han concretado la construcción de células básicas habitacionales o la rehabilitación de sus viviendas. Llama la atención que de ellas un total de 253 tienen aprobado el subsidio entre los años 2012 y 2015, sin solución definitiva de sus casos hasta la fecha.

En la lista de los pendientes aparece la familia de José Valdés Fernández, de 72 años de edad, y de Armando Héctor Mendoza. Ambos reconocen la atención que les dispensan en la tienda de materiales de la construcción El Ladrillo, pero lamentan la falta de recursos en los últimos meses, sobre todo de cemento, juegos de baños, bloques, acero, así como de puertas y ventanas.

Abelardo García Torres, el administrador de la unidad, precisó que de agosto de 2018 hasta la fecha han concluido el expediente de 47 subsidiados, y que si bien es cierto que ahora mismo escasean algunos materiales, no todos los interesados se preocupan por igual de la recogida del módulo autorizado ni muestran disciplina para acometer con prontitud las labores de reconstrucción. Algunos son morosos y se conforman con un par de gestiones al mes, comentó.

Luego de reconocer las irregularidades tanto con el proceso de otorgamiento como con el cumplimiento de lo establecido en el contrato que ofrece dicha subvención, y que por consiguiente impiden mayores resultados, Armando Sanabria Ferrer, director provincial de Vivienda en Matanzas, destacó el impacto social de dicho programa en el territorio.

Explicó que en el actual año procurarán concluir un número superior a los 400 casos, con prioridad para aquellas personas que arrastran atraso en la construcción de sus inmuebles.

El directivo insistió en la importancia de incrementar la producción local de materiales, sobre todo de áridos, así como de marcos y tablillas de hormigón, con el fin de surtir las tiendas de venta disponibles para los más necesitados y perfeccionar el sistema de manera integral.

En ese sentido mencionó la importancia de implementar la estrategia del apadrinamiento, poner fin a las trabas y mecanismos burocráticos que le pasan factura al programa, así como lograr mayor eficiencia por parte de la comisión de atención a los subsidiados y de los inspectores para darle seguimiento y tener un mayor control de cada caso hasta la solución definitiva de su vivienda.

Dijo que la provincia de Matanzas dispone de una ventaja adicional en este sentido, pues ya recuperó alrededor del 97 % de las viviendas afectadas por el huracán Irma, y el resto de los damnificados tiene en sus manos los materiales necesarios para resarcir los daños.

LA CARA MÁS VISIBLE

Como ejemplo de que los escarmientos sirven de mucho, hoy en las afueras del establecimiento El Ladrillo, donde almacenan materiales de la construcción, no es visible aquel enjambre de revendedores de turnos, holgazanes y malhechores de hace un tiempo.

Más bien llama la atención la tranquilidad. Nadie pensó que hubiera disciplina y respeto en un lugar en el que era tan común y corriente que personas inescrupulosas se «buscaran la vida» a costa de la falta de orden y exigencia.

Encaminar la buena marcha del sistema de subsidios, la necesidad de seguir la suerte de cada subsidiado desde el inicio de su empeño constructivo hasta la culminación de la vivienda, debe ser para los matanceros algo de vital importancia en el propósito de proteger al sector más vulnerable.

Se trata de la cara más visible en el objetivo de continuar apoyando el tema de la vivienda y mejorando el fondo habitacional de la provincia, uno de los mejores del país, con casi el 70 % de las casas evaluadas en buen estado.

Al examinar el sensible tema, la Asamblea Nacional del Poder Popular le dio el empujón necesario a un programa que, con «más control y menos burocracia», debe aprovechar al máximo la voluntad política de privilegiar a los más necesitados, para proporcionarles un poco más de felicidad y calma a esos núcleos familiares como los que encabezan Julia y Regla.

EN CONTEXTO

Al cierre del primer trimestre del año había en el país 136 831 acciones constructivas aprobadas por subsidio; de ellas se habían terminado 82 839, el 61 %.

Para este año está previsto asegurar los materiales para 15 000 subsidios en la construcción de células básicas, para lo cual habrá que buscar soluciones y explotar todas las reservas existentes.

Como regla se viola el término de 70 días hábiles para dar respuesta a las solicitudes, no consta por escrito en varios expedientes muestreados la notificación a la persona beneficiada y existen acuerdos emitidos que no han sido informados a los interesados.

Existen dificultades con la contratación de empleados para la construcción de las viviendas, dígase plomeros y albañiles, entre otros, por lo que los subsidiados se ven imposibilitados de continuar con la obra.

Al respecto, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, ha dicho que las trabas y la burocracia complican y enlentecen los procesos, «mientras se haga más factible con el ordenamiento y controlemos más, se lograrán mayores resultados».

«No se puede manchar por indolencia e irresponsabilidades la obra de la Revolución, y seguiremos hasta que el subsidiado construya su vivienda, ya sea por sus medios o con apoyo», ha recalcado el Presidente cubano.

Fuentes: Cierre del Micons del primer trimestre del Programa de la Vivienda y debate del programa de subsidios en la última sesión de la Asamblea Nacional.

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Roger dijo:

1

8 de mayo de 2019

09:36:52


Concidero que lo de los subsidios esta bien, aunque creo que aunque las personas trabajen sus salarios no dan para comprar materiales de construccion por lo que casi todos deberian de ser subsidiados, ahora, el problema radica en que todo el material que aparece que es poco no debe ser solamente para subsidios, porque los que construyen por esfuerzo propio¿ cuando avanzan en su obra?, yo se que hay un porciento que es para cada cosa pero al final cuando entra un material te dicen que es para subsidios, por otra parte hay materiales que las industrias locales no pueden producir como el acero y el cemento. En Jesus Menendez hace meces que no entran cabillas como se va a construir de esa forma.

Oscar Ramos Isla dijo:

2

8 de mayo de 2019

10:23:20


Informatizar los tramites de la vivienda hasta donde sea posible. No se puede perder el sello de 10 pesos. La plantilla de los trabajadores debe estar completada. El control tiene que ser sistemático por las autoridades competentes. Brindamos un servicio de calidad, la profesionalidad nos caracteriza. Todos somos Cuba.

ok dijo:

3

8 de mayo de 2019

16:28:20


Fortalece ver se le da atención a un programa tan importante y que nos identifica como país con un alto sentido de humanidad e igualdad social.