ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Homenaje a Claudio José Domíngo Brindis de Salas, el rey de las octavas, ejecutado por Alberto Sánchez Foto: Ariel Cecilio Lemus

En el kilómetro de oro del Centro Histórico, que va desde la calle Cuba hasta la Avenida del Puerto atravesando las plazas de la Catedral, de Armas, de San Francisco de Asís, Vieja y del Cristo, es usual encontrar cartománticas, caricaturistas, pintores, músicos, vendedores ambulantes, habaneras… Pero de todos ellos las estatuas vivientes son algo especial.

Todas estas figuras trabajan en un área que escasamente rebasa los dos kilómetros cuadrados y su desempeño tiene mucho de arte y se hace con orden.

«Las estatuas vivientes llevaban cerca de 20 años en el espacio público. Queríamos saber quiénes eran y cómo estaban organizados», afirma Elpidio Alemán Velázquez, jefe del Departamento de Contribución, perteneciente a la Unidad Presupuestada de Servicios Generales de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

«Nos dimos a la tarea de que estuvieran en el espacio público según las normas legales que se habían promulgado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social  para el trabajo por cuenta propia. Nos pusimos de acuerdo y establecimos cuáles eran las áreas donde iban a trabajar».

La dirección de Patrimonio Cultural es la encargada de evaluar a estos trabajadores por cuenta propia y autorizarlos a ejercer. Luego se legaliza su estatus y se les entrega un carné, como se hace con el resto de los trabajadores no estatales. Así surgió y así se ha mantenido.

Más de una campaña ha tratado de empañar las medias que toma el gobierno de la Isla para regular la actividad del trabajo por cuenta propia, pero lo cierto es que estas formas de empleo y quienes las ejercen con apego a la legalidad, ya son parte de la vida cotidiana en cualquier punto de la geografía nacional. El área más añeja de la ciudad capital no es la excepción.

«Hacemos reuniones sistemáticas con todos —recalca Alemán Velázquez—. Tenemos 131 personajes costumbristas hoy y ellos son ocho de ese total. Les pusimos figurantes porque eso es a lo que más se asemejan, pero todos los conocen como las estatuas vivientes y con eso hemos estado apoyando el tema patrimonial de la Oficina».

La disciplina fiscal es otro elemento imprescindible en el quehacer diario de estos artistas: «Tienen que aportar una contribución para el mantenimiento de la Oficina del Historiador –agrega el Jefe del Departamento de Contribución—. Aquí cualquier mantenimiento es muy costoso, pero no cabe dudas de que es una ayuda importante. Ellos pagan sus impuestos y esto les sirve al final para su jubilación».

Y SIN EMBARGO SE MUEVEN

Las interrogantes se agolpan al hablar con estos figurantes que han elevado su condición de cuentapropistas al rango de arte. ¿Cómo eligen los personajes? ¿Cuánto tiempo emplean en maquillarse? ¿Por qué optaron por esta profesión? Pero una pregunta es obligada: ¿cómo pueden permanecer tanto tiempo en la misma posición?

Alberto Sánchez, quien se define como artista callejero, reduce la respuesta a una ecuación matemática y se revela el secreto. «Para mí es un mito, no estamos totalmente quietos. La idea central es estar quietos, pero mi experiencia y mi autoeducación me dijeron que no era tan así. Me puse la soga al cuello e hice una sumatoria: poética del clonw + técnica de estatuismo = performance.

«Esto significa que las estatuas vivientes son 100 % comunicativas. La poética del clown permite lograr una mayor comunicación con el público, en este caso con el público más pequeño que es al que le dura más la ilusión de que somos una estatua».
Formado en el mundo del teatro, Olisdrey Isaac Rivera hace énfasis en un detalle interesante: «Nuestro trabajo es duro, hay que tener mucha resistencia, mucho conocimiento incluso de maquillaje. En el mundo entero hay personas que no tienen recursos y usan cualquier tipo de sustancia.

«Nosotros hemos estudiado y buscado modos adecuados para maquillarnos. Los maquillajes son muy costosos y somos autogestores de nuestros materiales. También creamos nuestros personajes».

Con una experiencia de casi seis años de trabajo en el Centro Histórico, nos confiesa algunas interioridades: «Antes yo miraba las estatuas y decía: ¿Cómo será estar dentro de eso? Abandono mi condición de ser humano y me convierto en una estatua y veo cómo transcurre el día y la noche.

«Es muy importante para mí porque antiguamente, cuando hacía teatro de sala, trabajaba para un público específico, tenía las horas de función, las horas de entrenamiento, pero en todo eso veía que actuaba para un público específico. Aquí actúo para todo tipo de público.

«He tenido la dicha de tener espectadores desde cero años hasta otros que tienen casi cien años; personas de todo tipo de clase social. Tuve la posibilidad de darle la mano al creador de internet, de ver delante de mí a Madonna y así millones de cosas por estar situados aquí específicamente».

CON ARTE Y EN SERIO

Las estatuas vivientes no son solo una atracción del Centro Histórico. Esta representación de personajes es un modo de darles a conocer a las nuevas generaciones hombres y mujeres que existieron en otra época.

«Para hacer cada una de estas caracterizaciones necesitamos un estudio previo del lugar, el origen, la época en que existieron. Nos preparamos para ver en qué sitio nos vamos a posicionar, el vestuario que usaban en ese entonces y cómo poder llevarle más claro el mensaje a nuestro público», nos cuenta Arigneyis Cruz Fernández, ingeniera química devenida en «mensajera de los ángeles».

 Foto: Ariel Cecilio Lemus

«Hace aproximadamente cuatro años comencé mi carrera como estatua viviente. Empecé a incursionar en cada uno de los personajes que represento, En este caso es la Dama de la Buena Ventura, la mensajera de los ángeles. Es un personaje muy bonito porque regala mensajes de amor, de paz y a las personas les gusta.

«Otro de los personajes es Homenaje a Caridad Suárez, la Venus de Bronce, una de las mejores intérpretes de zarzuela cubana del siglo XIX. Es un personaje muy bonito, muy agradable, muy cubano, muy criollo; las personas sienten mucha curiosidad con él.

«El mayor público que nosotros tenemos son los niños —subraya—, ellos son los que más lo agradecen, los que más sienten la curiosidad de ver si eres una estatua de verdad o no. Ellos son los que más nos alegran cada día».

Los  Foto: Ariel Cecilio Lemus

GRACIAS AL TEATRO

Algunos de los que hoy son estatuas vivientes en La Habana Vieja tienen un vínculo previo con las tablas: estudios en el Instituto Superior de Arte, bailarín de Danza Contemporánea, trabajo con los grupos Corimacao y Giganterías. Otros vienen de talleres de actuación, festivales… Hoy todos le agradecen al teatro.

«En 1997 con Vicente Revuelta hacíamos teatro llevado a la calle», rememora Andrés Pérez, quien a la vista de todos se transforma en El Caballero de París. «Más que estatuas vivientes, la calle es el teatro», dice.

Es precisamente ese intercambio diario con el público lo que ha hecho que Beatriz Estévez, otrora estudiante de Derecho en la Universidad de La Habana y hoy Hada de Plata en las calles del Centro Histórico, se enamore del teatro callejero y estime la reacción de los transeúntes: «El espectador ni siquiera se da cuenta de que es parte de lo que está mirando, de que es también un actor en todo lo que sucede. La gente viene a agradecerte el trabajo que haces y te dan ganas de trabajar y de volverte a parar ahí».

David Rouco trabajó primero en una escuela de instructores de arte en el área de aseguramiento. Más tarde se dedicó a hacer actividades para niños en plazas de La Habana Vieja y finalmente optó por representar a un torcedor de habanos como estatua viviente.

«El personaje tiene una mesa con todos los instrumentos con los que se hace el habano: la guillotina, la prensa, la tablilla, la chaveta… Es un tabaquero estático, una representación de lo que se utiliza para poder elaborar el habano».

La pericia de estos artistas, el rigor y la profesionalidad con que asumen su trabajo les permite transformar su apariencia en tan solo 30 minutos e intercambiar durante horas con el público en una inmovilidad aparente.

En mayo se cumplen 20 años después de la llegada de las estatuas vivientes a Cuba, por eso este equipo de actores se prepara para celebrar la Décima Jornada de Teatro Callejero en Matanzas, las dos décadas de esta manifestación artística y los 500 años de la Villa de San Cristóbal. Mientras tanto, siguen regalando su arte a quienes visitan las calles más antiguas de la Ciudad Maravilla.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

maguero dijo:

1

22 de febrero de 2019

08:12:37


he visto algunas estatuas vivientes y creo es un dificil trabajo a la vez muy lindo .

Suitberto dijo:

2

22 de febrero de 2019

08:26:54


Lo disfruto y me instruyen los felicito. Gracias

Palax dijo:

3

22 de febrero de 2019

08:36:42


En Las Tunas también los hay y es veradad lo que expresa el periodista es toda una obra de arte.

jorge dijo:

4

22 de febrero de 2019

11:09:30


y de que viven esas personas que encarnan las estatuas,de lo q la gente le deja de propina?

Kary dijo:

5

22 de febrero de 2019

12:06:00


Muy buen artículo dedicado a las estatuas vivientes, un gran trabajo realizado por estas personas, que dan un aire relevante a nuestra cultura, a mi en lo particular me gustan mucho, felicidades y continuen haciendo su mejor actuación para alegría de todos!!!!

Fico dijo:

6

22 de febrero de 2019

13:14:57


Pienso que en la prensa no se debiera publuicar los estudios que tienen algunas personas cuando las mismas no lo ejercen. Es cierto que cada cual trabaja en lo que quiere o puede. Pero es muy duro ver que alguien, que el pais gratuitamente la hizo Ingeniera Química (que tanta falta hace), se dedique a trabajar como estratua viviente.Gracias.

Juan J dijo:

7

22 de febrero de 2019

14:12:08


Muy buen trabajo, me causan una grata impresión, los de la Habana casi siempre personajes de nuestra historia, en Varadero vi un agricultor con su guataca y todo, muy buen trabajo. Felicidades, ... y muy buen reportaje

Lázaro dijo:

8

23 de febrero de 2019

07:40:33


Felicitaciones por su trabajo y profesionalidad.

Margarita dijo:

9

25 de noviembre de 2019

12:32:30


Como puedo saber de la estatua del violín