
Apenas diez minutos antes de que la fuerza del tornado que azotara a La Habana en la madrugada del 27 de enero castigara varias zonas del municipio de Diez de Octubre –uno de los más antiguos y densamente poblados de la capital– Yahima Blanco Soler había llegado a su casa, en San Indalecio 651, entre Correa y Encarnación.
Vino un estruendo, recuerda, que confundió con el «carro de la fumigación». Luego habla de ventanas y cristales destrozados, de cómo se tiraron al suelo hasta que pasó todo. Vive en el último piso de un edificio de seis apartamentos, cuenta a Granma, y describe los cuantiosos daños que sufrieron las celosías y el techo de su vivienda: «La presidenta del cdr me avisó rápido de que se abrirían oficinas de trámites para acceder a los materiales de la construcción y poder arreglar de nuevo la casa. Ahora espero al técnico, estoy en el primer paso», dice mientras aguarda en la Oficina de Trámites que atiende a los damnificados del consejo popular de Tamarindo.
No es la única. Más de una veintena de personas esperan las indicaciones, en correspondencia con el punto del proceso en el cual se encuentran.
Según Albertina Iraida Pérez, es la tercera ocasión que llega hasta la oficina, porque le «han repetido los papeles varias veces. Espero ahora mi ficha técnica –se refiere al expediente confeccionado por los técnicos de vivienda y donde se describen las afectaciones del inmueble-, porque firmaron mal y faltaban datos, un apellido…».
Su casa, ubicada en San Benigno, sufrió daños en las ventanas y las puertas: «Vinieron a mi casa incluso sin yo reportar, me han atendido bien, me explicaron las diferentes formas de pago, pero como se trata de tanta documentación, la ficha terminó teniendo errores».
Algunos se quejan del exceso de documentación, demoras en la visita de los técnicos, enmiendas en las fichas técnicas, de la ubicación de la tienda de materiales…
Es admirable la disponibilidad de recursos, la voluntad de ayudar, las bonificaciones de los precios, el apoyo de las autoridades… En la organización, en la agilidad, es donde se observan reservas para mejorar el trabajo.
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A la entrada de la Oficina de Trámites, Thalía Melba Thompson, funcionaria de Vivienda en este municipio, toma nota de los daños que los vecinos informan. La lista, dice, tiene más de 500 reportes. Los daños fundamentales están en las puertas, las ventanas, los techos, los tanques…
En función de esos reportes, explica, los técnicos salen a hacer las visitas para evaluar los perjuicios y confeccionar la ficha técnica. «Se priorizan los casos críticos; pero el flujo no es tan rápido como quisiéramos».
A la entrada de la Oficina está descrito el procedimiento a seguir: reportar los daños, esperar la visita del técnico. Con la ficha elaborada, volver a la oficina para definir el tipo de pago: efectivo, crédito, bonificación, combinación de alternativas, subsidio… Quienes pagan en efectivo pueden ir con su documentación al punto de venta para comprar los materiales. Si la persona necesita crédito, en la misma oficina se tramita (24 horas), así como el acceso a otra modalidad de pago. Una vez aprobada, puede dirigirse a la tienda de materiales.
Al decir de Nivia Alcaraz Rodríguez, directora de Vivienda del municipio de Playa, quien apoya en el trabajo de la Oficina junto con técnicos de Arroyo Naranjo, ya habían confeccionado, de los muchos reportes, 199 fichas… (hasta el momento del recorrido).
Estamos trabajando 12 horas. Los mayores problemas han estado en las fichas, pues los técnicos son empíricos y no tienen toda la preparación para ejercer la actividad. Se han tenido que rehacer muchos documentos y eso demora el trámite e irrita a la persona afectada, dice.
En paralelo, añade, se está evaluando la capacidad económica de las familias, proceso que al inicio se hacía por separado. De ahí la diferencia entre las estadísticas, pues Ernesto Moreno, jefe de la Unidad de Asistencia Social de Diez de Octubre, habla de las 500 visitas hechas por los trabajadores sociales a los afectados, mientras el número de fichas y de personas que han comprado los materiales es mucho menor.
De todos los trámites, los bancarios son, quizá, los que menos cuestionamientos suscitan. Marielvy Hernández, gestora de documentos del Banco Metropolitano, explica que «la tasa de interés aplicada a los créditos es de 2,5, cifra considerada baja, a lo que se suman los plazos de amortización: hasta 15 años como máximo».
Por su parte, Yanmel Gámez Delgado, especialista de la Unidad Básica de Comercio de Diez de Octubre, reconoce que al principio hubo problemas organizativos, la población no estaba suficientemente informada, venían varias veces a la oficina… Pero hemos ido ordenando el trabajo y más de 50 damnificados ya tienen sus papeles listos.
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Acercar los materiales a la población es una de las premisas defendidas ante cualquier evento meteorológico. Y la población lo sabe. Tal vez por eso les parece distante la ubicación de la tienda de venta de materiales de la construcción que atiende a los damnificados del consejo popular de Tamarindo.
Ernesto Suárez Laborí, administrador de la unidad, resalta, entre los productos más vendidos, tanques para agua, cemento, áridos, bloques, elementos de techo…
Todos los días, agrega, «se le informa a la Oficina de Trámites la disponibilidad de materiales, y contamos con un representante de cada entidad suministradora para garantizar que, ante cualquier situación, se actúe con rapidez. No hemos tenido faltantes, excepto los productos eléctricos y de plomería que no han entrado aún».
Cuando llegamos a la tienda, Maité Aneiro esperaba para hacer su compra: «Mi experiencia, luego del desastre, ha sido buena. Me hicieron la evaluación exacta de todo lo que necesitaba. El proceso fue bastante rápido y los materiales están todos acá».
Sin embargo, Dileidys López, quien ya estaba comprando sus materiales, volvió sobre las dificultades con la documentación. «Nuestro Presidente pide agilizar, y estamos llenos de papeles. Aquí hay poquitas personas comprando, pero allá, donde empieza el proceso, hay mucha gente enredada. Eso sí, mis materiales están todos, hay que reconocerlo».
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En el municipio de Guanabacoa se constataron diferencias en el trabajo de los diversos consejos populares.
Guadalupe Puig, del reparto Habana Nueva Mañana, asegura haber ido tres veces a la Oficina de Trámites y todavía no resuelve, porque vive en una ciudadela y eso lleva otro tratamiento; Santa Regla Valdés, del consejo popular de Villa 1, agradece el apoyo recibido. «Ayer fueron a visitarme y ya hoy espero la ficha. No tengo aún los materiales en la mano, pero ha habido acompañamiento a los afectados».
Y en medio de esa diversidad, en las Oficinas de Trámites que atienden a ambos consejos populares se sigue trabajando, tanto para la atención de las personas damnificadas como para los que allí gestionan los trámites.
La jefa de la oficina de Villa 1, Regla Maritza Campos, informa que se han reportado 381 damnificados y, de ellos, 180 han sido visitados. Entretanto, Dalgis Aguilar, subdirectora de Vivienda en Guanabacoa, puntualiza que de los 211 damnificados del consejo popular de Habana Nueva Mañana, ya 168 tienen fichas técnicas.
De acuerdo con Henry Cervantes, administrador del punto de venta asignado a estas demarcaciones, cada vez que una persona compra materiales hay que llenar cinco modelos: dos originales y tres copias. Si en los documentos se incluye un tanque, hay que hacer, solo para este producto, cinco modelos más.
Esos son los procedimientos, apunta, y se hace evidente la necesidad de mantener, tal como se ha indicado desde la dirección del país, análisis permanentes sobre la evolución del proceso: las operaciones en estos lugares deben ser transparentes, auditables, sin confundir control con burocracia.
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Juan Miguel dijo:
1
7 de febrero de 2019
10:21:27
odelvy Respondió:
7 de febrero de 2019
14:39:02
odelvy dijo:
2
7 de febrero de 2019
14:40:36
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