
YAGUAJAY, Sancti Spíritus.–Cuentan que en los montes de La Caridad, cuando una avanzada enemiga sorprendió a la tropa rebelde en pleno campamento del 26 de Julio, el propio Camilo Cienfuegos les gritó a los guardias de la dictadura: «Ustedes hoy vienen por nosotros, pero muy pronto seremos nosotros los que iremos a sacarlos de los cuarteles».
La sentencia del guerrillero, todavía con los pies lastimados por la larga caminata que lo había traído desde Providencia, en la Sierra Maestra, hasta Jobo Rosado, en la zona de Yaguajay, se cumplió en la noche del 30 al 31 de octubre de 1958, cuando él y los suyos se posicionaron frente al cuartel de Venegas y abrieron fuego contra el enclave militar.
Combatientes del Frente Norte y estudiosos de la campaña villareña coinciden en apuntar que el asalto al cuartel, al sur de la faja montañosa de la región, fue organizado a partir de informes de los vecinos del lugar, simpatizantes de la causa revolucionaria, que permitieron conocer con exactitud el número de guardias que permanecía en la instalación, la ubicación de las postas, las características de las vías de acceso y demás detalles.
Los rebeldes cortaron la comunicación telefónica, se apoderaron de la estación de ferrocarril, neutralizaron las postas rivales y no demoraron en caer como fieras sobre el objetivo, donde según el relato del entonces capitán Sergio del Valle Jiménez, los guardias hicieron alguna resistencia, pero enseguida se rindieron «ante el empuje de los Browning, los Garand y las San Cristóbal, además de las granadas».
Luego vendría la apoteosis de la victoria y el pueblo dando vítores a la Revolución en plena calle y recordándoles al enemigo que, como había advertido Camilo 15 días atrás en los montes de La Caridad, en lo adelante serían los rebeldes quienes marcarían el paso de la guerra.



















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