
ENCRUCIJADA, Villa Clara.–Las ráfagas de Irma sorprendieron a Yunior Olivera Fernández, más conocido por Chencho, postrado en su cama después de haber bebido todo el día, como era su costumbre. A la mañana siguiente, tras despertar y ver el caos y la desolación imperantes, decidió que lo mejor era encargar otra botellita para olvidar las penas.
Aquella conducta no era nueva. Cuentan sus amigos que cuando el Emilio Córdova, antiguo central Nazábal, paró sus máquinas, Yunior, que era trabajador de esa industria, comenzó a perderse... hasta llegar a convertirse en un alcohólico.
Por ese camino de extravíos, Chencho se degradó tanto que las personas lo esquivaban y comenzaron a verlo como un indeseable de la comunidad, siempre harapiento; incluso, perdió una pierna tras caer debajo de un coche motor.
Entonces llegó el huracán Irma, para destruir parte de lo que quedaba en pie en Emilio Córdova, y con él, otro ciclón más potente, de trabajo, que en breve lapso comenzó a transformar el caos y la perplejidad, en seguridad y confianza para sus moradores.
En medio del ajetreo constructivo, Yunior, en sus pocos momentos de claridad, observaba desde el círculo social el ir y venir de hombres y mujeres empeñados en cambiar la fisonomía del lugar, y hasta llegó a sentir pena de sí mismo por no estar a la altura de sus coterráneos.
Cierto día, cuando más claro estaba, decidió llamar a Julio, a quien considera su mejor amigo, y le dijo apenado: «por favor, quiero cambiar, ayúdame, no deseo seguir viviendo así».
«Recuerdo que me miró fijamente por un instante, con sentido de lástima, piedad, vaya, no sé, pero creo que vio sinceridad en las palabras y decidió hacer algo por mí», narra Yunior.
Así, a los pocos días fue llevado por el amigo hasta el Hospital Siquiátrico de Santa Clara, donde recibió tratamiento para el alcoholismo y otros padecimientos y, por su voluntad, comenzó a mostrar en poco tiempo una notable recuperación.
«No crea que ha sido fácil. Dejar el alcohol es complicado, pero poco a poco lo he ido logrando. En el hospital, donde estuve más de dos meses, fui aseado, afeitado y hasta una prótesis dental y espejuelos recibí. El día que me paré por primera vez delante de un espejo, solo atiné a reírme y decir para mis adentros: ñooooo, este es otro Yunior», relata.
Su regreso a Nazábal significó una fiesta. La gente venía a abrazarlo, a besarlo y a preguntar dónde había estado, y esa sensación de que su comunidad lo quiere fue, al decir de Yunior, la alegría más grande que ha recibido en su vida.
A todos hablaba de Norma, la siquiatra que tanto lo ayudó, de lo buenas que eran las enfermeras, y de Edel, el director del hospital, una persona que lo auxilió para salir del abismo en que estaba sumido, según cuenta.
Hoy se congratula a sí mismo por haber tomado la decisión de su vida, que lo cambió para siempre; tanto como a su comunidad, que ahora cuenta con casas nuevas, un punto para la venta del pan, peluquería-barbería, local para el Sistema de Atención a la Familia, tiendas de productos industriales y de víveres, funeraria, correo, cafetería, TRD, posta médica y hasta un coche motor se transformó en Joven Club de Computación.
El último sueño de Yunior Olivera, quien ya no toma y luce pulcro y aseado, era ponerse una prótesis en su recortada pierna derecha, y la tuvo en fecha reciente, porque como siempre le recuerda su amigo Julio, ni él ni su pueblo están desamparados.
MUCHA CONFIANZA
Aunque aún falta mucho por hacer, en todos los territorios se avanza en la recuperación de los daños del huracán Irma, en especial en el tema de la vivienda, donde se reportaron las mayores afectaciones, dijo el general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, quien presidió la entrega de 88 viviendas en el poblado de Aguada de Moya en el municipio de Camajuaní, en Villa Clara.
He observado mucha solidaridad, esfuerzo y trabajo en todas partes para salir adelante ante la adversidad, dijo el también Héroe de la República de Cuba, quien realiza un recorrido por varias provincias con el objetivo de evaluar la marcha de la recuperación, recoger las principales experiencias y extenderlas a las zonas más afectadas.
Veo mucha seguridad en las personas que perdieron sus casas o parte de ellas, lo cual constituye una muestra de confianza en la Revolución y su dirección, a la vez que ratifica la idea expresada por el Presidente cubano, el General de Ejército Raúl Castro, de que nadie quedará desamparado, aseguró Pardo Guerra.
Aún existen reservas para progresar con mayor celeridad, lo cual impone más organización para que los recursos disponibles lleguen con rapidez y prontitud a los afectados, señaló el miembro del Comité Central del Partido, quien resaltó la labor de los villaclareños, que han logrado rehabilitar 22 912 viviendas de las que sufrieron derrumbes totales, lo que representa el 44,4 % del total.
En el caso del consejo popular de Aguada de Moya, el más afectado del sector cooperativo y campesino en Villa Clara, ha logrado rehabilitar la mayoría de las viviendas derrumbadas al paso del huracán, gracias al esfuerzo mancomunado de los afectados, varias instituciones que colaboraron en su ejecución y la ayuda decisiva de la dirección del país, que aportó los recursos necesarios, según pudo conocerse en el acto de entrega de las nuevas moradas.



















COMENTAR
whilo dijo:
1
20 de marzo de 2018
08:32:20
Mimisma dijo:
2
20 de marzo de 2018
10:04:31
Teresa dijo:
3
20 de marzo de 2018
11:00:50
daya dijo:
4
20 de marzo de 2018
13:14:18
maguero dijo:
5
20 de marzo de 2018
13:22:55
Responder comentario