Existe un artista que no pretende reconocimiento social, no busca riquezas ni necesita que su obra se exponga en galerías; por eso refleja su arte en la calle, con el temor de ver destruido su trabajo, de no ser aceptado. Ese es el grafitero.
También conocido como writing, el grafiti es un modo de expresión de la vida urbana. Sus más directas influencias vienen del rap (estilo de canto), el break dance (forma de baile) y los DJs (creadores de la música), manifestaciones que, juntas, forman la cultura del hip hop.
Por los años 70 del siglo pasado, en el barrio del Bronx, Nueva York, surgió el hip hop como una manera de protesta ante el sistema norteamericano, que en ese momento estaba en guerra con Vietnam; pero algunos prefieren situar las raíces del grafiti en la prehistoria, con las pinturas de las cuevas.
DE NUEVA YORK A HOLGUÍN
En la provincia de Holguín destaca el proyecto Undergraff, que se inició en el año 2006. En la actualidad lo integran dos jóvenes: Julio César Cisnero Fuentes y Yovandry Vázquez Fonseca. Ellos utilizan los llamados tags (firmas) para acreditar sus trabajos, Julio (J2CF) y Yovandry (Yovanoti). Algunos de sus sellos son: «Las paredes vacías no dicen nada», «invadiendo la ciudad con grafiti» o «arte en progreso».
J2CF, graduado de la Academia de Artes Plásticas El Alba, de Holguín, expone que «el writing en nuestro país es muy básico, las personas que no tienen el vasto conocimiento de la técnica han afeado espacios, simplemente para llamar la atención; no aportas nada con pintar un grafiti en un monumento, banco del parque o casa particular.
«Tratamos de buscar los espacios destruidos, para lograr la reparación del lugar; además, hemos hecho la decoración de instituciones y nos vinculamos con agrupaciones musicales para la realización de conciertos. A veces no obtenemos una obra con la exquisitez prevista, porque las latas de spray son muy caras y hemos tenido que improvisar», acotó.
Hiram Pérez Concepción, director de la Oficina de Monumentos y presidente de la Unión de Historiadores en Holguín, ratifica que para pintar algún lugar debe pedirse autorización a Planificación Física y a la Oficina de Monumentos, como lo establece la Ley No. 2 de los Monumentos Nacionales y Locales.
En tanto, Martín Garrido Gómez, especialista del Centro de Arte de la capital provincial, define que el grafiti es artístico cuando presenta talento y estética.

¿ARTE O VANDALISMO?
Es una interrogante que no se ha esclarecido. Para muchos, el grafiti es una declaración de arte urbano, mientras que otros lo condenan debido al «mal aspecto» que brinda al paisaje ciudadano.
«Lo han hecho en lugares inapropiados, que dañan el patrimonio de nuestro centro histórico. No estoy en contra de ellos, siempre que tengan una intención social. Se deben adoptar las medidas pertinentes para acabar con los grafitis vandálicos. La impunidad genera más violación», opinó Hiram Pérez.
A pesar de que los tageros y los writing utilizan la lata de spray para sus creaciones, existe una gran diferencia entre ambos. Los primeros solo pintan palabras, letras o mensajes. No realizan murales, se dedican a rayar las paredes. Al parecer, sienten necesidad de representarse, marcan su territorio con seudónimos. No manejan ningún tipo de regla ortográfica e incluso llegan a inventar sus propios códigos.
En cambio, los grafiteros utilizan pintura en aerosol y representan las frustraciones por la injusticia. Por lo general, usan colores vivos, como el rojo, el amarillo y el azul. Ellos solo emplean el tag para firmar sus propuestas gráficas; consideran vándalos a los tageros, pues, en su opinión, se dedican a destruir y no a crear.
Garrido comentó que son vandálicos los writing que rayan monumentos, cementerios o instituciones sociales de la capital provincial. Sin embargo, podemos elogiar el grafiti que lucha por los derechos de la humanidad.
ARTE A LA PUERTA DE MI CASA
«Estoy de acuerdo con que el paso de escalera de mi edificio esté grafiteado», comentó Mariela Hung, profesora jubilada de Español, quien además señaló que el grafiti es una manifestación de la pintura, un símbolo, una nueva forma para los jóvenes de reflejar su manera de pensar, su quehacer.
«Algunos de mis vecinos no logran entender este tipo de arte. Yo lo disfruto. Es como si me trajeran el arte a la puerta de mi casa», añadió.

GRAFITI PARA SOÑAR, NO PARA MOLESTAR
Comprender este fenómeno cultural es importante para saber cómo controlarlo, para que dejen de ser considerados –algunos– parte de la contaminación visual. Existen lugares que pueden destinarse a su exhibición, como tapias, muros, fachadas inutilizadas; pero nunca cerca ni sobre inmuebles patrimoniales.
La estrategia, por esta razón, se plantea sobre los siguientes fundamentos: la recuperación de espacios, el diálogo y atención a jóvenes grafiteros, así como la aplicación de la legalidad y su respeto.
La búsqueda de espacios de exposición formal en galerías, casas de cultura, cines y plazas comerciales destacan como alternativas para el ejercicio del grafiti moderno.
*Los autores de este texto son estudiantes de Periodismo de la Universidad de Holguín



















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JOSE dijo:
1
7 de marzo de 2018
08:45:21
Aniel Santiesteban García Respondió:
13 de marzo de 2018
10:19:29
Roger dijo:
2
7 de marzo de 2018
11:19:12
Aniel Santiesteban García Respondió:
13 de marzo de 2018
10:22:18
ENRIQUE. dijo:
3
9 de marzo de 2018
08:51:39
Aniel Santiesteban García Respondió:
13 de marzo de 2018
10:38:58
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