MAISÍ, Guantánamo.—La secular pobreza encontrada en las serranías cubanas al triunfo de la Revolución, se agravaba en Maisí tal vez como en ningún otro paraje del archipiélago.
La población de esta zona del extremo oriente del país vivió durante siglos prácticamente aislada, en la más terrible miseria económica, con un analfabetismo casi absoluto por falta de escuelas y maestros, sin apenas un médico en su vasta geografía, sin viales ni transporte, sin infraestructura social ni urbanismo y en viviendas en muy mal estado. La mayor ironía fue llamar Gran Tierra a un lugar abandonado por los desgobiernos y donde ese recurso, la tierra, estaba en manos de dos terratenientes, que expoliaban a los campesinos.

Con la alborada del Primero de Enero de 1959 comenzó un cambio raigal en la vida de los maisienses, quienes dispusieron de maestros y médicos, de centros escolares y de salud, de electricidad, servicios de comunicación, acueductos, instalaciones culturales, deportivas, recreativas, de comercio y gastronomía y parques, entre otras posibilidades, así como de transporte y carreteras que los sacaron del aislamiento.
Un momento inolvidable en la vida del municipio correspondió a la ejecución del llamado Plan Fidel, mediante el cual se edificaron cinco círculos infantiles, los internados de Santa Rita y Santa Martha, la vaquería de El Cayo, la lavandería de La Máquina, el cafetal de referencia en Vertientes, el acueducto de Maya, el asentamiento poblacional de Los Arados, se emplazó una planta eléctrica en La Máquina y un complejo de barbería-peluquería-cafetería en La Asunción. Esas instalaciones, edificadas en apenas dos años, fueron inauguradas por el Comandante en Jefe, en julio de 1967.

Esos avances incuestionables propiciados por la Revolución en Maisí se consolidaron en los últimos 15 meses mediante el proceso de recuperación de los severos daños ocasionados por el huracán Matthew al municipio, que dejó las obras redimidas más bonitas y confortables que antes del azote del meteoro.

La redención de las viviendas y las instalaciones estatales fue (y es) acompañada por el surgimiento de importantes obras que mejoran la infraestructura económico-social del territorio y el nivel de vida de las personas.

Entre esas construcciones están el vial Yumurí-Jobo Claro, el molino de áridos, la planta productora de hormigón, el hotel Faro de Maisí, un parque fotovoltaico, siete gabinetes telefónicos, tienda y puntos de venta, minindustrias de producción de materiales de construcción y la colocación de conductoras para mejorar el servicio de abasto de agua en varias comunidades, todo lo cual, sumado a lo anteriormente edificado por la Revolución, otorga un contraste que no resiste la comparación entre el Maisí de antes de 1959 y el de hoy.
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Baby dijo:
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20 de enero de 2018
09:34:44
Asdrubal Salinas dijo:
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20 de enero de 2018
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Renel Gómez dijo:
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21 de enero de 2018
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21 de enero de 2018
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Ángel Parra dijo:
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Lourdes dijo:
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21 de enero de 2018
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