VILLA CLARA.–A José Alejandro López Rodríguez, alias El Peje, no hay quien le haga un cuento de lo que fue el antiguo central Nazabal, luego Emilio Córdova. A sus 88 años, él se sabe como nadie los secretos de esa comunidad, su historia y también sus muchos avatares.
«Mire, debajo de aquella mata que usted ve allí, desde ese lugar habló a los trabajadores Jesús Menéndez; fíjese que me parece estarlo oyendo. Aquí había un alambique que producía un ron buenísimo; ah, y ahí, en esa casona se reunía el famoso soviet de Nazabal. ¿Usted no ha oído hablar de aquello?».
Así, en ráfagas y como un torrente de sapiencia que no quiere interrumpir el tema, nos habla de cada uno de los detalles del sitio. De la línea, del central, de la buena azúcar que se producía allí, de la visita de Fidel y la alegría de sus moradores hasta que un buen día hubo que cerrar el ingenio por diversas razones. A partir de entonces, todo fue tristeza en el Emilio Córdova.
«Lloré como un niño el día que se apagó la chimenea del central. Y conmigo, mucha gente derramó lágrimas; imagínese, la zafra era la vida de todos aquí», nos dice con nostalgia y profundo dolor el viejo José Alejandro.
EMILIO CÓRDOVA EXISTE, ESTÁ AHÍ
Los días de pesar para la gente del antiguo central Nazabal ya van siendo cosa del pasado. El tránsito de Irma por ese sitio, con su secuela de destrucción y daños, hizo crear conciencia en mucha gente de la necesidad de dar un vuelco a ese recóndito lugar, para borrar en el tiempo más breve los efectos del ciclón y otras marcas acumuladas por ese humilde poblado luego de la restructuración del sector azucarero en el país.
Ahora, otro huracán ha invadido la zona, para bien de los moradores de ese Consejo Popular; efervescencia caracterizada por la integralidad de las acciones llevadas a cabo, que no solo tienen que ver con la restauración de las más de 40 viviendas derrumbadas, si no con la rehabilitación integral del batey y sus principales centros económicos y sociales.
Bárbaro Monteagudo Fernández, vicepresidente del Consejo de Administración en Villa Clara, al frente de la acometida, refiere que en estos momentos se labora en la construcción de 59 viviendas, proceso que involucra a los afectados y a varias instituciones del territorio como el Micons, la Geominera, la Constructora del Centro, Mantenimiento Constructivo, la Agricultura y Azcuba.
Son construcciones que emplean las tablas extraídas de las palmas derribadas por Irma, bloques y diferentes tipos de cubiertas, dice Monteagudo.
Mas las acciones emprendidas resultan mucho más abarcadoras, y comprenden la reanimación de todos los servicios prestados a la comunidad, entre ellos la panadería, los comercios y centros gastronómicos, el correo, las comunicaciones, además de la apertura de un nuevo punto de venta de la tienda recaudadora de divisas (TRD).
Otras labores van encaminadas a la creación de una institución para la promoción cultural, a la cual se le dotará de equipos y mobiliarios completamente nuevos; la iluminación del poblado, la reanimación de la fuente y del consultorio médico que contará con una ambulancia con mejores condiciones técnicas, así como la creación de un punto de venta de la agricultura, asegura el Vicepresidente.
Asimismo, se ha emprendido la reparación de la escuelita primaria, a la cual se le mejoró la cubierta, además de la impermeabilización de los techos de los edificios multifamiliares, que también recibirán beneficios de pintura y carpintería, refiere Ramón Rosa López, presidente del Consejo de Defensa en Emilio Córdova, quien añade que el Inder trabaja en la recuperación de las instalaciones deportivas.
Como parte del proyecto restaurador, se abrió una facultad obrera para facilitar que todos aquellos jóvenes que aún no tengan el duodécimo grado vencido logren esa meta, una noticia que al decir de Ángel Luis Sánchez, al frente de la tarea, ya involucra a 38 muchachos, quienes ahora no tendrán que trasladarse hasta Encrucijada, a casi 50 kilómetros de distancia, para ese propósito.
El doctor Salvador González Castillo, médico de la familia, reconoce la importancia de esas acciones, porque contribuirán al mejoramiento humano y a crear otro estado sicológico y emocional en sus ciudadanos.
CASA NUEVA, VIDA NUEVA
La alegría en el rostro de Niurka García Orozco, cocinera de un centro de la cadena Ideal, lo dice todo. Jamás pensó en recuperar su casa derrumbada por el ciclón en tan poco tiempo, o al menos que pasaría mucho trabajo para lograrlo, sin embargo, antes del 31 de diciembre podrá habitarla, y todo, como ella misma dice: «gracias a la Revolución, que no abandona a nadie».
Antonio Girau Fernández, otros de los beneficiados por el programa constructivo de viviendas en Emilio Córdova, se sumó a la faena porque dice querer dar su aporte a esa idea tan generosa. «Mire, cuando se apagó el central eché mis lagrimitas y maldije aquella decisión. Entonces tuve que dedicarme a la pesca y a cazar cangrejos para poder subsistir porque había muy poco empleo, pero ahora me alegro mucho por todo lo bueno que está sucediendo aquí. Esto me parece un sueño», sentencia.
En tanto, Juan Montero Guevara, quien vive albergado porque perdió su casa, cuando recibió la noticia de que tendría una nueva vivienda decidió sumarse a la obra como albañil, algo que sabe hacer muy bien. «Aquí hago de todo, clavo tablas, pongo bloques, echo zapata y preparo la mezcla; bueno lo que sea». Y cuando le pregunto qué le parece lo que está ocurriendo en Nazabal, dice con orgullo: Una revolución; si le digo otra cosa es mentira. Han venido a resucitar a los más humildes de este lugar que fueron los más afectados. Quienes vengan de afuera se van a quedar boquiabiertos, reconoce Montero.



















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Zamara dijo:
1
8 de diciembre de 2017
14:15:16
marta dijo:
2
8 de diciembre de 2017
16:27:00
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