ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Pablo Bello Arellano. Foto: Ariel Montenegro

En los últimos diez años América Latina ha tenido progresos significativos en materia de conectividad. Los países más avanzados de la región han logrado, poco a poco, ir cerrando la brecha en materia de acceso a Internet, lo que se traduce en cada día más latinoamericanos conectados, mayores velocidades de acceso y precios más bajos en términos reales. Y aunque esto es una buena noticia, todavía hoy uno de cada dos latinoamericanos (50 %) no está conectado y hay brechas que se amplían como la del Internet de las cosas.

Pablo Bello, director ejecutivo de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), una compañía que reúne actualmente a las más importantes empresas de telecomunicaciones, tanto públicas como privadas, de América Latina, accedió a conversar con Granma sobre los desafíos de la región referidos al desarrollo tecnológico.

Para él, el cierre de la brecha digital es el más urgente.

«Este avance requiere de muchísimas inversiones. Estamos hablando de la construcción de redes más avanzadas, el despliegue de fibra óptica, la instalación de antenas de cuarta y luego de quinta generación, y de más espectro radioeléctrico. Los países de América Latina para lograrlo, necesitan dar un salto todavía importante para cerrar la brecha digital y para tener una infraestructura de conectividad de clase mundial», explica.
 

CERRAR LA BRECHA DIGITAL

Hablar del cierre de la brecha digital implica, además de inversiones e infraestructura al nivel de los países desarrollados, saber también qué hacer con esa conectividad.

«Debemos saber cómo crear valor sobre esa conexión para que, efectivamente, estar conectados se traduzca en mejor calidad de vida, en crear medios de riquezas, en mayor igualdad y oportunidades para todos.  

«Ese es un ámbito en el cual América Latina todavía no está muy bien. Se ha ido cerrando la brecha de la conectividad, pero en términos del uso eficiente, productivo y social de las tecnologías de la información como un factor de progreso, estamos muy lejos de los países más desarrollados», añadió Bello.  

Lograr que las políticas públicas se focalicen en incorporar tecnología de la información en cada uno de los procesos
productivos, incluso en los más tradicionales, es uno de los retos que plantea el director ejecutivo de ASIET.

La idea es hacer esto en todos los países de América Latina y en todos sus espacios productivos, insistió Pablo Bello. A la vez, ser capaces de desarrollar servicios, contenidos y aplicaciones digitales que permitan hacer esa transformación tecnológica y además, desarrollar otro tipo de actividades productivas en las que se puede sacar mucho mejor partido a nuestra propia riqueza cultural. De los 100 sitios web más visitados en América Latina, 26 son latinoamericanos y de cada cuatro, tres son de origen extranjero.

«Hoy desde Internet, estamos transfiriendo nuestra riqueza cultural hacia los países desarrollados, y no la aprovechamos en la región. Todo lo que es innovación, música, arte, emprendimientos asociados a nuestros factores culturales, el idioma, hay que aprovecharlo y convertir esa oportunidad que son las tecnologías de la información en un factor de transformación», agrega Bello.
 

¿POR QUÉ APOSTAR POR LA TECNOLOGÍA?    

En un continente como América Latina donde escasean los recursos y existen necesidades sociales, de salud, de educación y muchas otras, ¿por qué invertir en tecnología e Internet cuando hay tantas urgencias?

«Tiene que ver con una inversión de futuro, con salir de un círculo de la pobreza y construir una senda de crecimiento y de progreso. Es una decisión compleja pero que si uno analiza la evidencia y los estudios internacionales, es categórica», plantea Pablo Bello.

Según informes públicos que estudian la región, si América Latina no da un salto importante en materia de competitividad de la capacidad productiva para hacer frente a los mercados mundiales, el crecimiento económico en los próximos 15 años será entre un 40 y un 50 % más bajo que el crecimiento económico de los 15 años anteriores.

«Eso significa que si no hacemos ahora transformaciones en nuestra estructura productiva, incorporando Internet y la tecnología de la información, para crear más valor, lo que vamos a tener es una década perdida. Diez, 15 años de muy bajo crecimiento, en los que van a aumentar la pobreza, las necesidades y van a seguir creciendo los problemas.

«Romper el círculo vicioso de la pobreza y resolver las necesidades que tiene la ciudadanía en términos de calidad de vida, se logra con transformaciones en la estructura productiva a través del uso intensivo de las tecnologías. Si queremos ser países desarrollados tenemos que hacer cosas distintas y para hacer cosas distintas hay que invertir en transformación tecnológica», argumenta Pablo Bello.

AVANCES EN AMÉRICA LATINA Y EL CASO CUBA

En América Latina hay casos de éxito cuando hablamos del cierre de la brecha digital. Chile, Uruguay, Colombia, Costa Rica, son los ejemplos más relevantes. Según explica Bello, todos tienen políticas muy distintas y soluciones diferentes, pero en todos, sin excepción, hay todavía una parte de la población que no está conectada. Son las personas más pobres, las que viven en zonas apartadas, donde no hay conexión o esta es deficiente.

«En todos los países hay desafíos pero tampoco se trata de decir, este país lo ha hecho muy bien, vamos a copiar. Cada país es distinto y tiene sus particularidades. En algunos casos las empresas son públicas, en otras privadas, o hay una sola empresa. Y lo que demuestra la evidencia es que con distintos modelos se pueden lograr buenos resultados.

Cuando el director ejecutivo de ASIET habla de la región, explica que desde fuera, los indicadores de Cuba van progresando. Sobre el Plan de Informatización de la sociedad que lleva a cabo el país dio también sus criterios.

«Creo que está muy bien enfocado y que se está avanzando. Etecsa está haciendo importantes trabajos en este sentido con las zonas wifi y la conectividad ahora a los hogares. Eso va en la dirección correcta, el problema es que, claro, hay restricciones económicas como las hay en los demás países de América Latina. Para las familias de menores ingresos no es fácil, por eso hay que usar modelos comunitarios como el de conexiones wifi en espacios públicos. Todo eso va en la dirección correcta, el tema es cómo vamos más rápido y en eso hay que trabajar juntos», insistió Pablo Bello.

En Cuba, se percata, pasa algo que es bien distinto de lo que sucede en otras partes de la región. En muchos países se cierra la brecha, se avanza en conectividad pero falta mucho en uso, conocimiento, capacidad, en prácticas asociadas.

Aquí, posiblemente es un poco al revés porque hay mucha mayor capacidad de creación, más ingenieros, informáticos que están trabajando en soluciones, aplicaciones de telemedicina, en páginas culturales, en hacer emprendimientos de distinto tipo pero están más atrasados en materia de conectividad.  

Sobre este tema aseguró estar muy impresionado con las ganas que tienen de hacer los jóvenes de las universidades.

Expresó su impresión sobre las aplicaciones desarrolladas en el país en el ámbito de la salud relacionadas con telemedicina, fichas médicas y gestión hospitalaria.

Por otra parte, resaltó la capacidad de los ingenieros y de los informáticos para crear soluciones, aplicaciones, y dar un uso eficiente y productivo a las tecnologías de la información. En ese sentido, afirmó que Cuba tiene una posición de liderazgo espectacular.

«El altísimo nivel de sus informáticos e informáticas, es válido de reconocer. Sobre todo hay que destacar el rol de la mujer informática cubana porque está a un nivel muy por encima de otros países de América Latina, donde claramente hay una diferencia porque es una industria de hombres. Yo no sé cómo Cuba ha logrado romper esa brecha de género, pero ver a las mujeres en posiciones de liderazgo a mí me parece fascinante y fantástico.

«Esa inversión de tener a las universidades comprometidas con la búsqueda de soluciones, creando empresas desde la universidad para generar soluciones hacia un gobierno electrónico, en el ámbito de la salud, de la cultura, de la educación, creo que eso sin dudas es indispensable como factor de desarrollo.

«Creo que si hay algo que criticar o decir es que esa capacidad y ese know-how se venda más hacia afuera. América Latina tiene que conocer más sobre el trabajo de Cuba en ese sentido, la región es un espacio natural para que esas soluciones se puedan, incluso, comercializar. Es un mercado en el que toda esa capacidad puede volcarse para generar más riqueza para los cubanos», aseguró el director ejecutivo de ASIET.

Infraestructura, cerrar la brecha digital, lograr conectividad de clase mundial, telecomunicaciones y que América Latina sea mucho más avanzada en materia tecnológica no es un capricho, es una necesidad. Se requiere transformar la economía y la sociedad sobre esa conectividad, y eso requiere políticas públicas bien enfocadas.

«Cuba tiene una posición de liderazgo con respecto a este tema, de la cual América Latina tiene mucho que aprender y Cuba tiene mucho que exportar. No solamente en términos de conocimiento, sino también de soluciones y de software, de aplicaciones y de sistemas que puedan ser utilizados en otras partes de América Latina».

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