
Varadero.—Trabajar en el balneario matancero debió reforzar notablemente el orgullo de los constructores. Quizá por ello muchos estuvieron dispuestos a estar lejos de sus hogares e hicieron el menor caso de los sacrificios que imponía el régimen de albergado.
Así, como el que espera a cualquier precio la realización de un sueño, inició la historia del Contingente Héroes de Playa Girón, fuerza élite abanderada por Fidel en septiembre de 1989, justo en la jornada de apertura del Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez.
Venir a construir a este lugar playero, afamado en Cuba y en el mundo, fue para muchos la gran cosa, admite Daniel Tamayo Oliva, fundador del colectivo. «Era como una misión, y lo aceptamos con agrado».
La tarea se caía de la mata: emprender la construcción y remodelación de habitaciones en el polo turístico, o sea, levantar el nuevo Varadero ante un singular contexto internacional en el cual Cuba debía encontrar en el Turismo un soporte decisivo para su economía y donde los constructores estaban llamados a convertirse en un motor impulsor del desarrollo.
Aquel día 25 de septiembre el contingente quedó integrado por 22 brigadas, con 6 900 hombres procedentes de varias regiones del país. Al frente del flamante grupo estuvo Enrique Horta García, entusiasta constructor que llevó las riendas de esa fuerza por bastante tiempo y que falleciera en junio de este año.
Debido a los designios de nuevas estructuras empresariales el contingente pasó a denominarse Brigada Constructora de Obras de Arquitectura No. 47 (BCOA No. 47), perteneciente a la Empresa Construcción y Montaje de Obras para el Turismo.
Su actual director, el ingeniero Everto Yero Martínez, significa que en los inicios los constructores se enfrentaron al desafío de capacitarse conforme con los requerimientos de un sistema para ellos inexplorado.
Comenta que la superación ha sido una regla invariable para consolidar los conocimientos y poder dominar las nuevas tecnologías. Gracias a ese espíritu de prosperar constantemente, hoy la Brigada cuenta con un destacamento de Maestros de la Construcción que comprende a 126 operarios en 14 especialidades.
En términos prácticos, dicho movimiento ha sido clave en la formación de los nuevos operarios y contribuye significativamente en la calidad de las obras y en los más diversos servicios constructivos, asegura Yero Martínez.
Siempre mostraron la mayor disposición. A lo largo de estos 28 años laboraron además en la construcción de obras sociales, entre las que destaca la reparación de la Escuela Vocacional V. I. Lenin y la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI); viviendas, círculos infantiles, Consultorios del Médico de la Familia, hospitales, policlínicos, salas de rehabilitación y otras muchas obras.
Como el primer día, factores de organización, y de disciplina tecnológica para cumplir con los plazos de entrega y con la calidad de las obras continúan siendo el desafío mayor de estos constructores, por cuyas manos han pasado no pocos de los hoteles que hoy operan en la llamada Playa Azul.
Hemos ganado bastante terreno. Sabemos que el país necesita la mejor respuesta de este sector, por eso insistimos cada día en ser más eficientes en los procesos constructivos y conseguir un adecuado desempeño, reconoció Héctor Ballester Díaz, jefe de grupo de ejecución.

«Si bien todavía la eficiencia continúa siendo un reto, hemos ido escalando y hoy podemos decir que cada vez estamos más cerca de lo que nos pidió Fidel: ser más productivos y eficientes, como lo exige el turismo. Al cabo de casi tres décadas podemos decir orgullosos que esta es una fuerza distinguida por el oficio y la calificación. Ser constructores de Varadero es una garantía de calidad, consagración y profesionalidad».
Yero Martínez se muestra optimista con la puesta en práctica de la Resolución 15/2016, una forma de pago por rendimiento que logra fundamentalmente la estabilidad de los trabajadores y recupera la fuerza calificada. Muchos han regresado después que rigen esos indicadores productivos, reconoció.
Los fundadores no olvidan las palabras elogiosas de Fidel al referirse a la constitución del contingente, cuando aseguró que no era nada casual, que respondía al nuevo espíritu de trabajo, basado en una serie de principios como la disciplina, la consagración al trabajo y a un sistema salarial que no conspirara contra la calidad.
Y así fue. Tanto la BECOA 47, como la BECOA 36, surgida algunos años después, se convirtieron en el eje de todo el universo constructivo y el crecimiento habitacional del nuevo Varadero.
Los mismos constructores que en los últimos días laboran en la recuperación de las instalaciones turísticas tras el golpe asestado por el huracán Irma.
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orlaide dijo:
1
15 de agosto de 2025
11:33:17
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