ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: del autor

MARTÍ, Matanzas.–Irma trató sin miramientos al municipio de Martí, el primer territorio del circuito norte matancero que recibió los embates del huracán.

Una muestra de la crueldad es bien visible en Playa Menéndez, pequeña ensenada para el disfrute de los residentes en el norteño municipio, donde la furia de los vientos arrasó literalmente con todo, incluido el muelle construido para esta temporada veraniega.

Casi una semana después, con algunas magulladuras visibles y todavía sin los beneficios del servicio eléctrico, la población mantiene la cabeza en alto y da pruebas de su resistencia.

«Yo hasta había olvidado lo sabroso que puede resultar un vaso de agua fría», hace notar con la gracia del campesino Elides Socorro, vecina de la zona conocida como Las Tecas. Cuenta que la fuerza de los vientos hizo cundir el pánico en el batey y logró tumbar algunos árboles de teca.

«Pero aquí estamos, lo más importante es el empuje de la gente, que sigue echando pa’ lante», subrayó la joven Maricelis Rodríguez, mientras cargaba dos cubos de agua para su vivienda.

No muy lejos del lugar, en el caserío Esteban Hernández, nos topamos con Sanilé de la Paz Osuna, estudiante del tercer año de Medicina. Señala que lleva seis noches sin dormir. «La situación es muy molesta, si me tapo me ahogo de calor, y si me destapo me comen los mosquitos», relata tras mencionar que esa adversa situación, sin embargo, contrasta con la solidaridad entre los vecinos y los sentimientos más amistosos.

Fue lo que pasó con Yadisney Mato, joven con seis meses de gestación y residente en la comunidad de La Anguila. «Las autoridades del municipio nos trataron de la forma más correcta. Yo me evacué en casa de un vecino cercano, y allí fui como una más de la familia; no tengo la menor queja».

La gente tiene puestas sus esperanzas en las acciones en práctica para atenuar el vendaval. En horas de la mañana de este jueves, muy cerca del poblado de Martí, distante a unos 90 kilómetros de la cabecera provincial, vecinos de la localidad recibían el agua distribuida por medio de pipa.

David González, el pipero, dice que todos los días se acuesta muy tarde, cerca de la media noche, aunque reconoce que vale la pena. «Una casa sin agua es un martirio, es peor que la falta de corriente», ilustra.

Wilfredo González Cruz, presidente del Consejo de Defensa Municipal, subraya que hay en total nueve pipas en la distribución de agua en poblados y localidades sin otra alternativa.

Al referirse a la proporción de las afectaciones menciona que el municipio estuvo incomunicado durante dos días tras el colapso de la red de fibra óptica, y que los principales daños están vinculados a la vivienda y la agricultura. Aclara que si los perjuicios no son mayores fue por la previsión de los cuadros y los propios trabajadores que en cada lugar adoptaron las medidas pertinentes antes de la llegada de Irma.

Desde hace ya varios días y con el apoyo de la población procedieron a la limpieza así como a la recogida de escombros y desechos sólidos, en aras del saneamiento ambiental del territorio.

De igual manera están empeñados en aprovechar al máximo los cultivos que fueron afectados y que en estos momentos se cosechan de forma intensiva, sobre todo en la UBPC El Sordo, una de las mayores productoras de su tipo en el país.

Por otra parte, reiniciaron las clases y han ampliado los puntos de venta de alimentos como una manera de extender las opciones de la gente.

Aunque el nombre de Irma sigue resonando todavía entre la población, González Cruz asegura que no hay nadie aterrorizado. Son horas difíciles, muchos están molestos sobre todo por la falta de fluido eléctrico, pero seguimos peleando duro para recuperarnos en el menor tiempo posible, subrayó.

Foto: del autor
COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.