A pesar de que su centro pasó a cientos de kilómetros de La Habana, Irma llevó el mar ciudad adentro como no se veía desde los tiempos de Wilma, en el 2005. El Malecón fue superado en varias zonas del litoral y las olas de hasta nueve metros rompían a escasos metros de los edificios. En el interior de la ciudad, los árboles caídos, las viviendas dañadas y la rotura del tendido eléctrico fueron las principales afectaciones.
Pero este lunes, ya con el sol afuera, los habaneros amanecieron en plena etapa recuperativa para tratar de devolver la vitalidad a la principal urbe del país.
En la avenida 70, del capitalino municipio de Playa, este diario encontró una brigada del Instituto Técnico Militar José Martí, ocupada en retirar los árboles caídos en aceras y vías.
El teniente coronel Reinaldo López del Toro, al frente de esa tropa, explicó que, luego de llevar a cabo la recuperación de las áreas de la unidad, todos los soldados, cadetes y oficiales asumieron la limpieza y saneamiento de las calles principales del municipio de Playa. «Haremos microvertederos y luego el personal de comunales debe retirarlos», añadió.
Inmersos en el escombreo de varias zonas del litoral del mismo municipio también andaban fuerzas de la Región Militar de Mayabeque.
Durante el recorrido por las zonas inundadas del municipio de Plaza de la Revolución, nuestro diario conversó, además, con Jaimer González Torres, director de la unidad empresarial de base Equipos Especializados, responsabilizada con el saneamiento y traslado de escombros y desechos de toda la franja desde Línea hasta Malecón.
«Contamos con 12 camiones y tres cargadores, y ya tenemos algunas áreas despejadas. Pero no somos los únicos involucrados, también están trabajando otras entidades porque la recuperación es de todos», apuntó.
Cerca de 300 cadetes de la Academia de las FAR, así como decenas de oficiales de esa institución, trabajaban por su parte en la limpieza de las calles 3ra. y 1ra. del Vedado, donde penetró con fuerza el mar.
En las inmediaciones de Calzada y 12 hallamos las fuerzas de la Empresa Saneamiento Básico de La Habana. Verónica Martiatu Águila, jefa territorial, indicó que son los responsables de extraer el agua de los sótanos y semisótanos, cisternas, desobstruir las redes, así como de limpiar las fosas y del escombreo mecanizado en edificios, ciudadelas y entidades estatales.
«Las personas están desesperadas, y hay muchas afectaciones. El trabajo irá avanzando paulatinamente, en la medida que el mar lo permita. La dirección de la empresa está en función de resolver
cada incidencia y contamos con los medios para ello», precisó.
En la zona de San Lázaro, cercana al parque Maceo, el contingente Raúl Roa trabaja sin descanso para retirar los destrozos que dejó la penetración del mar.
«Estamos enfrascados en la limpieza y saneamiento de la calle San Lázaro. Estaremos aquí hasta que quede todo limpio», dijo Carlos Nodal Airosa, especialista de la Brigada de Trabajos Especiales de ese contingente.
SERVICIOS BÁSICOS
Las acciones de recuperación abarcan todos los sectores necesarios para la población.
El director general de Aguas de La Habana, Leonel Díaz Hernández manifestó a Granma que el sistema de abasto de agua a la capital sufrió afectaciones sensibles en el suministro eléctrico para el bombeo, aunque los equipos no sufrieron daños. La situación, según manifestó el directivo, se solucionará entre las próximas 24 a 48 horas a partir de la tarde de este lunes, para comenzar con una gradual recuperación.
Según Díaz, el sistema de Cuenca Sur, parte fundamental del sistema de abasto de la ciudad –encargado del suministro a Centro Habana, La Habana Vieja, Cerro, Plaza y Diez de Octubre–, quedó con sus 18 bombas fuera de servicio tras el paso del huracán.
«El sistema oeste de la capital posee una situación parecida. Ese circuito es
encargado de los municipios de Playa, Marianao y La Lisa. El primero de ellos ya se encuentra recuperado mientras que el segundo fue reconectado igualmente a un grupo fuel oil, pero un disparo en las líneas eléctricas lo dejaron completamente fuera de servicio, por lo cual se está tratando de reconectar al Sistema Electroenergético Nacional. En la tarde de este lunes Coscuyuela comenzó a abastecer a parte de la población de Playa», declaró el máximo encargado de Aguas de La Habana
Leonel Díaz explicó que el acueducto Paso Seco aún sufre dificultades eléctricas, pero de manera estable se ha mantenido ofreciendo servicios a la red de hospitales y población asociada a estos centros de Boyeros y Arroyo Naranjo.
El Sistema-Este de la ciudad fue el que menos daños sufrió, reveló el funcionario, aunque las mayores problemáticas se ubican en el acueducto El Gato –segundo más grande de la ciudad– encargado de La Habana del Este, San Miguel, Regla y Guanabacoa, así como en el acueducto El Benigno, el cual suministra a la mayor parte de San Miguel del Padrón.
Por su parte, la Unión Eléctrica inició la fase de restauración del sistema en La Habana, donde un grupo importante de barrios ya cuentan con el servicio.
«A partir de que haya disponibilidad en la red, los municipios que no tenían servicio podrán regresar al sistema paulatinamente», aseguró el director
técnico de la Unión Eléctrica, Lázaro Guerra. «Este proceso de restauración debe ser bien pensado, cada acción a ejecutar lleva luego un tiempo de espera, debemos analizar los resultados pues una equivocación puede implicar un retroceso de 36 horas de trabajo», añadió.
La miembro del Buró Político del Partido, Mercedes López Acea, vicepresidenta del Consejo de Estado y presidenta del Consejo de Defensa Provincial de La Habana, puntualizó que se intentará habilitar el alumbrado público en las zonas que permanecen sin luz.
Yanet Hernández, directora provincial de Educación en La Habana, afirmó que –a pesar de que más del 40 % de las instituciones educativas han sufrido alguna afectación– este martes reinicia el periodo lectivo en la capital, excepto en el Ipvce Vladimir Ilich Lenin, por ser un centro de evacuación.
No estoy garantizando que en todas las escuelas va a haber electricidad, que cuando los alumnos lleguen van a tener las escuelas como estaba el 4 de septiembre, –expresó a Granma la directora provincial de Educación– pero al menos el alumno allí va a contar con las personas preparadas que van a poder organizar un grupo de actividades para él.
«Si en la escuela hay una afectación con un maestro que tiene una situación puntual, tiene la posibilidad de que el resto del colectivo se haga cargo del grupo», orientó.
Entretanto, el miembro del Buró Político del Partido y Ministro de Salud Pública, Roberto Morales Ojeda, aseguró a Granma que en la capital la vitalidad de los servicios de salud se ha mantenido antes, durante y después del paso del huracán Irma.
Hasta el momento, según el Minsap, La Habana no reporta brotes de enfermedades transmisibles.

NECESIDADES URGENTES
Las zonas más afectadas, sobre todo en las que penetró el mar, acumulan ya más de 72 horas sin fluido eléctrico y las fuentes de agua potable se encuentran contaminadas.
«Normalmente la gente guarda reservas para estos casos, pero como entró el mar, las cisternas están contaminadas», dijo a este diario Anet Baró Aguilera, vecina de San Lázaro entre Gervasio y Belascoaín.
El presidente del Consejo de Defensa de Centro Habana, Ernesto Luis Corvo Vizcaíno, refirió que adelantaban las gestiones para llevar el agua con pipas.
En un recorrido al cierre de esta edición, Granma pudo comprobar que varios vehículos cisternas abastecían Centro Habana. Entretanto, en las zonas más críticas del Vedado, cercanas al Malecón, las pipas han comenzado a llegar, pero aún resultan insuficientes para satisfacer la demanda.
Por su parte, las empresas vinculadas al comercio y la gastronomía en la capital hacen un esfuerzo por mantener un grupo de ofertas en lugares cercanos a las zonas afectadas.
Nuestro diario pudo constar la venta de comida elaborada, muy útil para la población que carece de medios de cocción, como arroz surtido (cinco pesos), caldosa (dos pesos) y panes con embutidos de diversos tipos.
Aunque los productos se venden con rapidez y algunos llegan a agotarse, algunas situaciones con los precios generaron preocupación en la población, como las de los vecinos de la calle 3ra. entre A y B en el Vedado.
Allí, un camión de la Empresa de la Industria Alimentaria (EPIA) de Diez de Octubre vendía únicamente paquetes de galletas a 60 pesos cubanos.

Por su parte, Andrés Díaz, presidente del Consejo de Defensa en Plaza, puntualizó que «por ahora se han puesto quioscos a precios módicos con comida por toda la calle Calzada».
Idalmis Martínez Pérez, directora general de la Unión de Empresas de Comercio y Gastronomía de la Habana, sostuvo que en el día de ayer fueron abiertos todas las bodegas y supermercados donde no existieron afectaciones. En el caso del litoral, especificó, los productos se ofertan en las bodegas más cercanas, que no tuvieron daños.
Martínez Pérez afirmó que «se encuentran abiertas las grandes plazas con ofertas de lácteos, productos frescos y líquidos», así como galletas de dulce y de soda, y permanece abierta la red de unidades de artículos industriales y artesanales.

LAS INDISCIPLINAS COSTARON VIDAS
El balance del Consejo de Defensa Nacional muestra que la mayoría de los fallecidos son de La Habana.
Aunque resulta imposible prever todas las afectaciones de un fenómeno natural de las dimensiones de Irma, las causas de las muertes son una evidencia de que la indisciplina y falta de cooperación de algunos habaneros agravaron la situación.
El equipo de reporteros de Granma, en recorrido por las zonas inundadas durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, pudo constatar el trabajo heroico de los paramédicos, bomberos y guardacostas para socorrer al mayor número de afectados.
Al mismo tiempo que los botes sacaban a las víctimas, decenas de personas se introducían en el agua por su propia voluntad, poniendo en riesgo sus vidas e incluso las de los rescatistas.
Muchos de los afectados por las inundaciones, asimismo, habían sido alertados con anterioridad del peligro que corrían y se negaron a abandonar sus casas.
«Aquí en Centro Habana se evacuaron muchas personas, algunas en casas de familiares, otros en albergues, pero se avisó con tiempo de que era una zona peligrosa para quedarse», refiere Jacinto Rodríguez, quien vive a pocos metros del Malecón en las cercanías del parque Maceo y pasó la inundación en una casa segura.
Sin embargo, no todos siguieron las orientaciones de las autoridades.
«Yo decidí quedarme en mi casa, yo me muero aquí, lo poco que tengo, tengo que cuidarlo», refirió Santiago Ross, vecino de San Lázaro 672 entre Gervasio y Belascoaín, quien reconoce que las autoridades encargadas de la evacuación se personaron mucho antes de la crecida y pusieron autobuses a disposición de la población.
«Cada cual tomó la decisión de evacuarse o no hacerlo. La gente tiene miedo a perder las cosas, no es que uno no quiera evacuarse», añadió Ross. «Nadie quiere perder lo suyo».
El primer teniente Roberto Vázquez Ruiz, perteneciente a la policía de Playa y encargado de cuidar parte del perímetro del litoral de ese municipio, confirmó a este diario que muchas personas violaron las orientaciones de la Defensa Civil y llamó la atención sobre la irresponsabilidad de algunos ciudadanos que no tienen percepción del riesgo al que se exponen.
Más allá de Irma, resulta preocupante la falta de civismo básico demostrada por algunos habaneros. Las autoridades han hecho un trabajo titánico, pero como dijo el Jefe de la Región Estratégica Occidental y ministro de las FAR, general de cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, había que ser más severos incluso antes de la llegada del meteoro, para evitar las indisciplinas y en consecuencia la pérdida de vidas humanas.
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